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Domingo 13 de marzo de 2011

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Revista Dominical

Wilancha

El sacrificio de un animal para saciar a la Madre Tierra

13 mar 2011

Fuente: LA PATRIA

Por: Deyvid Rocha - Periodista

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Wilancha, ritual andino que es practicado en varios lugares de nuestro país, es considerado como un sacrificio, generalmente de una llama para ofrendarla a la madre tierra, con el objetivo de agradecer los beneficios que brindó a los interesados en el año que transcurrió y para pedirle una mejor producción para la gestión que se avecina.

Para el escritor Saúl Alejandro Maldonado Pérez, la wilancha, es una “ceremonia ritual donde se ofrenda, generalmente, una llama, se la degüella y con su sangre se challa o invita a la naturaleza, esparciéndola a los cuatro puntos cardinales y rociando con ella a la Madre Tierra o Pachamama”.

Es un acto que representa que la tierra bebe la sangre y los achachilas o también llamados tíos que son los abuelos ancestrales y no dioses, reciben la sangre como una ofrenda en la ceremonia ritual de la Wilancha.

Sea como fuere, el ritual andino, en la actualidad se sigue practicando, claro ejemplo, es el que LA PATRIA pudo atestiguar el viernes de ch’alla, en instalaciones de la mina Itos, junto a los trabajadores de la Cooperativa Minera Nueva San José.

Eran aproximadamente las 12 horas del mediodía día del viernes, cuando cinco mineros luchaban con cuatro llamas que, aparentemente adivinaban su futuro, no querían ingresar al interior de la mina, pero la fuerza del hombre pudo más e hicieron caminar a los camélidos, por ese túnel oscuro.

Al fondo, entre turistas, mineros, yatiris, periodistas, músicos e incluso niños, esperaba una enorme hoguera a todo visitante que incluso por primera vez iba a ver el sacrificio de los animales.

Todo estaba listo, ya que desde el día anterior, el yatiri, profundo conocedor de los rituales, preparó la mesa blanca que fue instalada precisamente delante del “cuadro”, donde están instalados dos ascensores para descender a niveles interiores de la mina, hasta 340 metros, por el que los trabajadores circulan diariamente.

Para el efecto, dos “minero-carniceros”, con cuchillo en mano, ansiosos por degollar a las llamas, esperaban impacientes que el yatiri, de la orden para carnear a los animales que después de ser inmovilizados con una cuerda, esperaban juntos sin saber lo que iba a pasar.

Las personas creyentes de los rituales, se acercaban a las llamas, una a una con un pedazo de lana roja, para amarrarla en su cuerpo, que de acuerdo a las creencias, es para solicitar algún deseo que se pedía a la madre tierra para este año con toda fe.

Cuando el yatiri dijo “ahora es cuando”, una a una las llamas fueron degolladas, perdiendo la sangre que era recibida en vasijas por otros mineros, que posteriormente iba a ser regada en el interior de la mina, como parte del ritual.

Posteriormente el minero-carnicero, introdujo su mano con violencia hasta el interior del cuerpo de la llama, sacando el órgano que le daba la vida y que aún latía en la mano del victimador.

El corazón, de cada una de las llamas, en medio de dianas interpretadas por la banda de música, fue entregado al yatiri, para que este lo conceda a la madre tierra en calidad de sacrificio.

Con la sangre recargada de los animales y con cerveza en mano, los trabajadores mineros fueron entremezclándose entre abrazos y augurios para el futuro, diciéndose “que sea en buena hora”.

Así, el ritual continuó y fueron cuatro los mineros que con la sangre de alguna llama se pintaron el rostro y fueron los encargados de abordar el cuadro que los condujo a cada nivel, bajo tierra, donde los corazones fueron dejados.

“Esta es la costumbre que nosotros tenemos desde hace años atrás, nosotros gracias a la explotación de mineral llevamos el pan de cada día a nuestras casas y en agradecimiento y retribución al Tío, ofrendamos con el sacrificio de las llamas, la wilancha correspondiente, entregándonos una mesita y un plato para el Tío”, sostuvo el presidente de la Cooperativa Minera Nueva San José”, patrocinadora del sacrificio, Ever Acero

El dirigente minero comentó que esta actividad se la realiza dos veces al año, una el viernes de ch’alla y la otra el 1 de Agosto.

“Hacemos la wilancha también para pedir que no haya accidentes en el interior mina, el trabajo en interior mina es riesgoso, muchas veces nosotros entramos sin saber que nos puede pasar, entramos sanos pero no sabemos si vamos a salir en las mismas condiciones, acotó Acero.

“Jallalla Cooperativa Nueva San José”, fueron las palabras del yatiri, que dieron fin al ritual, que dejó asombrada a más de una persona, incluso turistas que pagaron para ver el sacrificio de los animales.

En la actualidad, la Cooperativa Minera Nueva San José, acoge aproximadamente a 300 trabajadores que explotan en la mina Itos, el complejo constituido por plata, plomo y estaño particularmente.

Fuente: LA PATRIA
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