Viernes 11 de marzo de 2011
ver hoy
Hoy se sabe que los redactores de los evangelios son desconocidos. Sus textos no están redactados por testigos de la vida de Jesús, con excepción tal vez del evangelio de Juan. La combinación de sus informes en el Nuevo Testamento se produjo en siglos posteriores y bajo vehementes enfrentamientos acerca de lo que había de formar parte del canon de los “escritos sagrados” y de lo que no.
El Apocalipsis de Juan halló al final cabida, pero otros escritos pasaron inadvertidos, como por ejemplo el denominado evangelio de Tomás. De esta forma nadie debería afirmar que los denominados Evangelios Apócrifos estén menos inspirados, ni tampoco que los textos del canon tengan más contenido de verdad.
Cierto que en el tiempo transcurrido desde entonces la mayoría de los teólogos se han puesto de acuerdo en un texto griego unificado; pero ¿qué le precedió? Decenios donde se produjeron cambios importantes, de forma que el científico Herbert Braun llega al resultado de que sólo son auténticas aproximadamente el 20% de las palabras de Jesús en la Biblia.