El Miércoles de Ceniza marca para los católicos del mundo y para los del país el inicio de un periodo de 40 días de arrepentimiento, en lo que también se conoce como el tiempo de Cuaresma. Una señal con ceniza en la frente fue el signo de renovación de fe, luego de otro tiempo el de Carnaval que para el común de la gente fue de diversión, aunque en Oruro tiene su día especial que es el Sábado de Peregrinación dedicado exclusivamente a rendir pleitesía a la Virgen del Socavón, por tanto no todo Carnaval es el sinónimo de su origen en el plano comparativo del desborde “carnal”.
Hay algunos aspectos que son importantes de recordarlos cuando se habla de un “tiempo de arrepentimiento” y es que muchos pueden sentirse tan “sanos y nobles” que no tengan de qué arrepentirse, sin embargo la condición humana nos lleva a comprender que nadie está libre de cometer errores, con secuelas muy serias para quienes lo rodean o más allá de su entorno íntimo; de ahí que no pasará aquello de que el arrepentimiento es sólo para los pecadores… y pecadores somos todos, de manera directa y hasta indirectamente por los hechos que son parte de nuestra cotidianidad.
Algo que estremece es la frase que los sacerdotes en todo el mundo la convierten como especial sentencia para entender el milagro de la vida y la muerte: “De polvo eres y en polvo te convertirás”. Nada más cierto para que pensemos además en lo corta que puede resultar una vida y ese tiempo en que deberíamos hacer el bien para sentirnos preparados de pasar a esa realidad del polvo, pero cumpliendo los preceptos de arrepentimiento y renovación en la creencia del Evangelio”.
Pero tras esas reflexiones, que no siempre son comprendidas en su justa dimensión, los hechos que vivimos cada día de nuestro existir nos deben llevar a conciliarnos entre nosotros, en la familia origen de la sociedad, en el contexto social en el que nos desenvolvemos, en la institución a la que pertenecemos, en el trabajo que nos permite subsistir, en el departamento y la ciudad que nos acoge y en la Patria grande que nos insufla orgullo y patriotismo.
Este tiempo de Cuaresma debe hacernos pensar serena y fríamente en todos esos aspectos que siendo tan contradictorios son parte de nuestra vida misma, como hablar de justicia y practicar la inequidad, mencionar la libertad y coartar ese derecho, hablar de riquezas y mantener al pueblo en la pobreza, señalar que hay trabajo cuando miles de personas no tienen ocupación fija, no se puede afirmar que hay paz social si la incertidumbre corroe la conciencia de la mayoría de bolivianos… en fin hay mucho por analizar y bastantes cosas para el arrepentimiento.
Las señales vienen de arriba, es lo que se dice y hay algunas dolorosas como las que afectaron a miles de hermanos que han perdido viviendas y enseres, pero seguramente son las condiciones de la prueba que pone el Altísimo para lograr a través de algunos el cambio que se necesita para unirnos solidariamente en la búsqueda de mejores condiciones de vida. Hay que rescatar la parte humana y la sensibilidad de la gente ante la tragedia, son las pruebas de un destino marcado que no cambiará pero que puede ser más benigno si se piensa y se actúa en virtud al cambio que propone la Cuaresma, tiempo de arrepentimiento para unirnos en la desgracia y salir adelante con la fe renovada en un Ser Supremo que todo lo hace y todo lo puede.
Fuente: LA PATRIA
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