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Domingo 06 de marzo de 2011

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Cultural El Duende

Alta tierra de Oruro...

06 mar 2011

Fuente: LA PATRIA

Canto al hombre vertical y eterno

Canto a Oruro donde el trabajo

tiene la fragancia del pan moreno.

Trigo y sudor, aire campesino

perfumando la mesa del pueblo

y sangre de mazorca tiñendo de alegría

el fondo de plurales escudillas.

Aroma de pampa

la amistad hecha abrazo:

canción de bienvenida

la voz del arenal en cada esquina

del charango.

Estaño y roca

canto a Oruro.

De un año de siglos

se levanta el carburo

para alimentar tu senda.

¡Cantar de copajira!”

Yo canto al hombre vertical

y eterno:

roca de auténtica ternura

que aflora en cantos y martirio.

Canto a Oruro / Martín Condori

indio o cholo: minero,

capitán de los vientos,

precursor de las uvas.

A la tierra,

donde madrugan las sirenas

alborotando mil montañas,

convocando al socavón

y a la dura tos de dinamita

y a la rosa incendiada

en el fatigado crepúsculo

de la sangre,

y al bronce: flor de campanario,

dulzura de paloma

que en matinal aleluya de alas proclama

la derrota final de las sombras.

Oruro: barro y relámpago

trabajaron tu nombre

y cuando en los últimos

bodegones de la tarde

encendió sus altas lámparas el vino

tu alma se hizo copla y llanto

en la trágica ronda del estaño.

Hasta tu pecho de metal codiciado

llegó la furia del extraño

y por siglos en tu covacha tétrica,

sin hora ni calendario

escondióse el hambre:

¡Arcángel demacrado!

En tus huayños lloró su noche larga

la luna nueva del harapo:

pero cuando supiste

que la voz del estaño sólo ordenaba

socavones de asfixia adquirió tu voz

la lozana forma del trigo

y te diste –pan de batalla–

en la urgencia brutal de la barricada.

Desde la tierra del Sumaj Orqo

yo vengo a cantar a Oruro

la tierra del hombre vertical y eterno.

Yo canto a sus poetas que cantan

con el verbo encendido

de las admoniciones.

Yo canto al hombre de Oruro

un canto nuevo

hecho de amor y esperanza.

Florencio Tórrez Guzmán.

Potosí, 1927

La muerte del minero

Juan Navarro,

insepulto y sepultado

yace en el fondo

de la mina oscura.

Afuera el Sindicato

un grandioso homenaje

ha preparado:

fue mártir del progreso,

fue soldado…

declama el intendente

En su lectura

y en solemne responso

el señor cura lo llama,

boliviano iluminado.

¿De qué sirve todo eso

Juan Navarro?

¿De qué sirve si estás muerto

y pudriéndote en el barro

sin saber que en Oruro

es primavera…?

Carlos E. Figueroa. Poeta argentino.

Oruro

Oruro es un proletario

que viste casco minero.

Tiene una llama en la frente

y un ruiseñor en el pecho.

“¡Oruro!” gritan los trenes,

que van rayando el silencio.

“¡Oruro!” suena el pututu,

estremeciendo los cerros.

Como una locomotora

que canta a los cuatro vientos

se oyen zumbar los latidos

de su corazón de hierro.

Están los diablos de luna

bailando sobre su pecho

y sus pisadas retumban

en sus pulmones mineros.

Y los quirquinchos resbalan

sobre sus bíceps de obrero,

mientras por las bocaminas

sacan su lengua los cerros.

Oruro es un ferroviario

que en un convoy gigantesco,

lleva al pueblo boliviano

hacia un mañana soberbio.

Oscar Alfaro.

Escritor y poeta tarijeño.

Fuente: LA PATRIA
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