Domingo 06 de marzo de 2011
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Ciertamente, la música, la danza y esencia del Carnaval orureño, vindican su carácter de Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, declarado así por la Unesco. Ello no equivale a declarar que la parafernalia, ya consuetudinaria en Carnaval: Ingentes latas de cerveza, botellas de vidrio o de plástico, bolsas, globos, basura fofa, perifollos innecesarios, deban ser parte del patrimonio.
No me resisto a censurar la necedad que significa tapar cada año los rieles ferroviarios de la Avenida 6 de Agosto, dañando otro patrimonio orureño, el ferrocarril. Se ha visto antes de Carnaval el estado deplorable en que las inmediaciones a los fierros para el tren se encuentran, el asfalto se ha levantado como gelatina en varios sectores; harto talvez a causa de la constante manipulación y desgaste del sector. Pues tapar con asfalto los rieles para cada entrada folklórica, y luego a destruir, refiere una estulticia en las autoridades municipales.
¿No podría colocarse una alfombra de goma que se prende cabalmente del suelo?, así se hacía en otros lugares para no dañar el piso. ¿Cuántas veces más se emprenderá la nociva empresa de fatigar a fuerza de aparatos y gastos fútiles la ciudad?