La captura en Panamá del jefe de inteligencia más importante del Ministerio de Gobierno, el General en retiro René Sanabria, en posesión de cocaína y dinero ilícito, trajo consigo la constatación de que el narcotráfico mantiene su capacidad de incrustarse en los estamentos del poder político, sin importar la ideología política del Gobierno de turno.
Para la administración del presidente Evo Morales, el caso de Sanabria, denominado como el del “narcogeneral” por la población, representa la reiteración de varios escándalos de participación de gente representativa del partido gobernante en el tráfico de drogas.
Antes de Sanabria se conocieron cuatro casos resonantes de personas vinculadas al MAS, implicadas en el narcotráfico en menos de tres años.
Desde la detención de las hermanas de la fundadora del MAS, Margarita Terán, en septiembre de 2008 con 147 kilos de droga hasta la incautación de 240 kilos de cocaína líquida en el domicilio del llamado “narcoamauta”, Valentín Mejillones en julio de 2010 y la detención de un concejal y un alcalde del MAS en 2009 y 2011 correspondientemente con alijos de droga, la imagen del Gobierno paulatinamente asumió el tinte de las “narco-relaciones” que derrumbaron varios mandatos de gestiones ahora calificadas como “neoliberales”.
RECUENTO
El modus operandi del caso Sanabria es muy similar a la ejecución del plan para exportar más de cuatro toneladas de droga a Estados Unidos en 1995, caso denominado como “narcoavión”, durante el primer gobierno del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada.
En esa ocasión Luis Amado Pacheco, alias “barbaschocas” influyente “empresario” de La Paz, había logrado establecer una red de acopio, transporte y exportación de ingente droga hacia Estados Unidos con la colaboración de altos jefes militares y policiales.
Pacheco, que contaba con un credencial de “asesor” del Senado y fue, según el Gobierno de entonces, militante de Unidad Cívica Solidaridad (UCS), había comprado la lealtad de varios policías antidroga. Según sus propias declaraciones ante la fiscalía, Pacheco contaba con la colaboración directa del teniente coronel Alex Alipaz que “era el encargado de que en el aeropuerto no se hiciera una revisión minuciosa y camuflada entre muebles, colchas, artesanías, etc., pueda salir sin ningún problema”.
El ministro de Gobierno de entonces, que conoció el caso del “narcoavión”, Carlos Sánchez Berzaín agilizó la destitución de un total de trece uniformados implicados con “barbaschocas”. No obstante, el predecesor de Sánchez Berzaín, el ex ministro Germán Quiroga denunció que la autoridad actuó con lentitud y negligencia, dejó que el “narcoavión” avanzara en su ruta hacia el país del Norte pese a tener la información del caso. Sobre Sánchez Berzaín también cayeron las sospechas inicialmente dirigidas contra su secretaria, María Jesús Aldunante, involucrada con uno de los integrantes del clan de “barbaschocas”.
NARCOVÍNCULOS
Según un informe de 1997 de la Oficina en Washington para América Latina, (WOLA), Pacheco fue socio del narcotraficante Alejandro Sosa Tellez, “jefe de campaña del MNR en Santa Cruz para las elecciones de Sánchez de Lozada en 1989”.
El padre de Pacheco, Alejandro Pacheco Sotomayor ya había establecido relación anteriormente con el denominado ministro de la cocaína, Luis Arce Gómez, actualmente preso en la cárcel de Chonchocoro por delitos de lesa humanidad durante la dictadura de Luis García Meza. Arce Gómez fue extraditado, igual que Sanabria, por cargos de narcotráfico a Estados Unidos y recibió una sentencia de 20 años por conspiración para trasladar droga a ese país.
Pero durante el Gobierno de Sánchez de Lozada también estalló el escándalo de los “narcovínculos” que revelaron relaciones de la alta cúpula del MIR con el presunto narcotraficante Isaac “Oso” Chavarría.
Publicaciones de “narcofotos” y “narcovideos” dieron paso a una investigación de los denominados “narcovínculos” para determinar que el jefe del MIR, el ex presidente Jaime Paz Zamora (1989-93) y su colaborador más directo, Óscar Eid, no solamente se relacionaron sino que colaboraron con Chavarría.
De ese caso surgieron frases célebres como “jodidos estamos todos” de Eid, cuando se reveló una grabación con un presunto enlace con la organización de Chavarría y “errores, no delitos” que fue cómo calificó Paz Zamora su participación en el entuerto.
El ex Presidente Zamora llegó a renunciar a la política y Eid permaneció cuatro años en la cárcel con sentencia de la Corte Suprema emitida el 16 de junio de 2000.
En los últimos días de la gestión del Senado del año 2005, Eid consiguió el perdón de esa instancia legislativa que lo habilita como ciudadano con plenos derechos.
DIODATO
Otro caso de estrepitosas relaciones de poder político y narcotráfico se registró durante el gobierno del ex presidente Hugo Banzer (1997-2001). El italiano Marco Marino Diodato, capturado en Santa Cruz por delitos de narcotráfico a fines del primer año de Gobierno de Banzer, no sólo estaba casado con la sobrina del Primer Mandatario, sino que había “penetrado las Fuerzas Armadas (Diodato tenía rango de oficial y había organizado una unidad armada de élite), la Policía, el sistema judicial, la legislatura y el sistema político”, según el ex zar antidroga de Estados Unidos, Barry Mac Caffrey.
Diodato recibió condena por narcotráfico pero se fugó de la cárcel de Palmasola de Santa Cruz.
Una fiscal que participó en su acusación murió en un atentado terrorista y los vínculos de Diodato con el poder político se desvanecieron con el cambio de mando del Gobierno de Banzer que aquejado por un cáncer tuvo que dejar la presidencia en 2001.
CASO SANABRIA
El Presidente Morales ha reiterado insistentemente que no permitirá el retorno de la DEA estadounidense por “dignidad” y destacó que su Gobierno encara una lucha franca contra el narcotráfico. Pero también ha reconocido que ese problema es un tema pendiente de su gestión.
Sanabria se declaró inocente de los cargos de narcotráfico, pero revelaciones recientes constataron que el ex general de Policía fue filmado y grabado mientras negociaba el traslado de la droga con agentes encubiertos de Chile que realizaban una investigación con la DEA.
El ex mayor de Policía, David Vargas dijo que el Ministro Llorenti tiene muchas preguntas que responder. “Sanabria era un jefe de inteligencia, ¿cómo salió del país?, ¿tenía autorización del Ministro?”, preguntó.
Fuente: La Paz, 05, LA PATRIA
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