Los Kallawayas, ágiles y ligeros curanderos andinos

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El Carnaval de Oruro se constituye en la única expresión capaz de concentrar en sus entrañas, especialidades de danzas tan diversas, como complejas, una de ellas demuestra la grandeza de la cultura boliviana, en la medicina herbolaria, los Kallawayas, ágiles y ligeros curanderos andinos, constantes animadores de la Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.

Su origen no es propio de la cultura kallawaya, pero desde luego que está inmersa implícitamente. Los orígenes del grupo étnico de los kallawayas, se remontan a la época preincaica. Al igual que muchos otros aspectos de la cultura andina, sus prácticas y sus valores han evolucionado con la fusión de las religiones indígena y cristiana.

La etimología del término kallawaya proviene de dos palabras aymaras: Qolla que significa “medicina herbolaria” y huaya que significa “portar-llevar”, traducidos, portadores de la medicina herbolaria.

Historiadores comentan que pese a su condición de extranjeros entre los Incas, su fama como depositarios de la ciencia permitió a los kallawayas gozar de un rango superior debido a su dominio de la farmacopea vegetal, animal y mineral, así como del diagnóstico y tratamiento de múltiples enfermedades.

Entonces los kallawayas son famosos como médicos naturistas yatiris y chamakanis, distintos de los laicas, parientes de los “anchanchus” o seres malignos y los “sajras”, de carácter demoníaco.

Sus largas caminatas por el mundo andino y sus alrededores llevando salud a los ayllus, son recordadas en las danzas kallawaya que se presentan en las festividades y que se destacan por la agilidad para atravesar montañas.

Estos personajes de las regiones del Noroeste del departamento de La Paz, pertenecen a la denominada cultura Mollo, descendiente directa de Tiahuanaco. Por eso inclusive hoy, pese a mutaciones y mestizajes, los hijos mantienen rasgos distintivos: Por ejemplo, si bien hablan el quechua o el aymara, tienen un idioma peculiar y presuntamente descendiente de noble alcurnia.

Con todos estos argumentos, la Asociación de Conjuntos del Folklore de Oruro, recibe en su seno a la Fraternidad Kallawaya Bolivia, un 15 de octubre de 1980, con la finalidad de que este proyecto se constituya en uno de los más imponentes del Carnaval de Oruro.

En la actualidad la institución que ya carga a cuestas 31 años de vida, cuenta en su estructura con 100 danzarines aproximadamente, señala su presidente Jaime Lucero.

“La característica de nuestra Fraternidad, es sobre todo mucha devoción a la Mamita del Socavón, tenemos como característica además de la última velada que se produce antes del Último Convite, realizar nuestra fiesta principal el día lunes de Carnaval, éste en realidad es un escenario lleno de confraternidad que resulta ser como un epílogo de los meses de preparación”, explicó el presidente de la Fraternidad Kallawaya Bolivia.

Los saltos agiles de los kallawayas, en el caso de los varones vestidos con ponchos coloridos y pantalones de color claro, en tanto que las damas con polleras y blusas holgadas, que recorren la ruta del Gran Antruejo de los Andes, de aproximadamente 4 kilómetros, recuerdan el despliegue del médico itinerante con su sombrilla de plumas de avestruz para cubrirse en sus largas caminatas llevando salud espiritual y material a los ayllus.

Por tanto aunque nace de la sana pugna entre dos poblaciones rivales del departamento de La Paz. Charasani contra Chuma. Los Kallawayas de Charasani, denigraban a sus pares de Chuma como “pico verdes”, porque masticaban hojas de coca y los de Chuma los calificaban como turistas provincianos, de allí que en Chuma se baila desde finales del siglo XIX, como sátira al turista arqueólogo del siglo XIX, y al herbolario viajero kallawaya.

Por tanto algunos estudiosos manifiestan que no se trataría de una danza ritual, ceremonial, siendo tan solo una vistosa y hermosa danza coreográfica, sin embargo otros sostiene lo contrario. Lo cierto es que la Fraternidad Kallawaya Bolivia, tiene mística con una capacidad de aglutinar a ágiles danzarines que recuerdan a eximios médicos andinos, que aún perviven en la provincia Bautista Saavedra, al Norte de La Paz, hecho sólo visto en el Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.

Fuente: LA PATRIA