Viernes 04 de marzo de 2011
ver hoy
Hay palabras y frases afortunadas que se generan en algún momento y en seguida se expanden con rapidez. De esas son, por ejemplo, “nivelación”, “obedeciendo al pueblo”, “revolución productiva”, etc. Hoy circulan con gran profusión por los medios dizque para aplacar la reacción ante las “nivelaciones”.
Y vaya uno a saber si consiguen su objetivo, que es suplantar la realidad con la propaganda. Debe animarles gran esperanza puesto que es a cambio de una fuerte erogación. Si la ministra Suxo tuviera la audacia de transparentar el monto, se produciría un escándalo. La seguridad de que no lo hará nunca, es una prueba preconstituida (como dicen los abogados) de que el efecto hipotético es posible.
En cinco años de sembrar nabos sobre las espaldas, creyeron que el terreno estaba preparado para infligirle otros golpes más contundentes. Pero asustados con la inesperada respuesta, se apresuraron en repetir: “No es gazolinazo; es sólo una nivelación”. ¡En vano! El miedo al hambre – todavía no el hambre mismo – puso en alerta. ¡Abajo la demagogia!, gritaba la muchedumbre movilizada.
