El desarrollo para los neoliberales está basado en la libre oferta y demanda y, una de sus herramientas para lograr desarrollo con fuerte desequilibrio es la competitividad y esta injusticia se mide por “resultados y objetivos”. Esta manera de ver la planeación propia de la empresa privada tiene su razón de ser, pues la empresa privada tiene que generar “plusvalía”. Por todo ello, cuando la alcaldesa indica de manera airada que quiere ver resultados, pareciera que apela a la planeación “inmediatista cortoplacista y estrictamente coyuntural”. Resultados y objetivos son parte de la empresa privada por su naturaleza y su misión.
Es cierto que la empresa pública ha adquirido ciertas herramientas propias de la empresa privada, en especial la planificación estratégica, que significa la planeación a largo plazo y en base a la concertación interinstitucional. Sin embargo, la empresa pública moderna hace uso de lo que significa la planeación sostenida y holística. Y justamente estos elementos holísticos están insertos en la Nueva Constitución Política del Estado, donde la comunidad, el barrio, la vecindad, es decir todo el espacio urbano, es parte del desarrollo humano, no sólo equipamiento de infraestructura sino principalmente el desarrollo del género humano.
Por otro lado, hoy en día los Gobiernos municipales han dejado de ser simples proveedores de servicios y se han convertido en verdaderos “agentes de desarrollo locales”, por esta nueva visión y misión los Gobiernos municipales modernos ya no apelan a los POAs trasnochados, sino a la planeación participativa a través de los presupuestos concertados.
Los POAs, que son parte de los modelos neoliberales, hoy en día están siendo debatidos, pues los resultados de esta manera de planeación han sido coyunturalistas e inmediatistas o situacionales, pero también los POAs, han servido para hacer “parches” de la problemática urbana y al final “sus resultados” han sido nefastos o negativos para el desarrollo integral de los municipios, sólo veamos a los municipios de Oruro, La Paz y otros, donde se ha generado desigual desarrollo.
La gran ventaja de los presupuestos participativos reside en que toda la sociedad civil “participa”, no sólo aquellos grupos denominados coyunturales como son los movimientos sociales, es decir los barrios, o nuevas urbanizaciones emergentes resultado también de la “desplanificacion”. Lo que quiero decir es que generalmente los POAs bolivianos son resultado de las demandas de sectores sociales emergentes, en este caso de la migración campo - ciudad, por ello su asentamiento en la periferia citadina no ha sido planificada, sin embargo, estos grupos emergentes o nuevos también tienen necesidades y para que la autoridad los escuche se organizan y legítimamente reclaman. Lo negativo de esta situación es que las autoridades coyunturales sólo tratan los problemas urbanos con estos grupos emergentes, dejando de lado a toda la demás sociedad civil “empoderada”.
Otra ventaja de la planeación holística y sostenida, es que reúne a todos los sectores; sean profesionales, instituciones de desarrollo, trabajadores formales e informales y les hace también co-responsables tanto en la planeación como en la ejecución y evaluación de lo planeado. Pero lo más importante de la planeación holística y sostenida es que sus metas y objeto, son integrales, significa que no sólo va a mirar la problemática de un lado sino el conjunto de la problemática, por esta razón sus soluciones no son parches, sino son soluciones integrales y generalmente son a largo plazo. Y no espera resultados inmediatos, sino lo que le interesa son los impactos sociales; reducción de pobreza, des - informalidad en el empleo y mayores niveles de cohesión social será su meta final.
Si apelamos a las herramientas neoliberales y hacemos una evaluación primaria de la gestión municipal actual, diríamos y con acierto que no hay resultados, pues para que haya resultados debe haber un objetivo propuesto, y por donde se lo vea no encuentro una propuesta clara de la gestión municipal. Lo de transparencia es parte intrínseca del quehacer institucional, no necesita publicidad sino “ejecución y cumplimiento”.
Pero también veo una debilidad en la actual alcaldesa y sus colaboradores “carecen de iniciativa propia” y esto se debe en gran parte a su falta de “conocimiento y visión” en el diseño, formulación y ejecución de políticas de desarrollo locales. El empoderamiento es algo personalísimo y propio. Y repiten los errores del pasado, y lo más nefasto es que esperan que vengan ajenos y planeen por nosotros. Es hora de confiar en el profesional orureño, pero sin clientelismos ni padrinazgos, sólo así forjaremos una institucionalidad “con responsabilidad”.
(*) Experto en Desarrollo Local
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