El narcotráfico penetró sistema de inteligencia boliviana

La información publicada sobre la detención en Panamá del general (r) René Sanabria Oropeza, ex jefe antidrogas del presidente Evo Morales, quien cumple ahora funciones de director del Centro de Inteligencia y Generación de Información del Ministerio de Gobierno, significa un hecho lamentable pero cierto; demuestra que el narcotráfico penetró el sistema de inteligencia del Gobierno boliviano.

Si eso es así, habrá que saber qué casos más desconoce la opinión pública o dicho de otra forma, no fueron publicados por los medios de comunicación, puesto que el ahora jubilado general René Sanabria tendría que ser un superhéroe, una especie de “Macgiver”, para hacer todo sin que se enteren sus superiores, como el viaje realizado a Panamá “sin informar a ninguna autoridad”, según el ministro de Gobierno, Sacha Llorenti.

Luego de superado ese “impasse” que incomodó a la gente del partido gobernante, el general Sanabria el año 2009 fue nombrado presidente del Tribunal Disciplinario de la Policía Nacional y el mes de febrero de 2010 designado director del Centro de Inteligencia y Generación de Información (Cigein), constituyéndose en el hombre fuerte y de mayor confianza del ministro Sacha Llorenti y de la administración del presidente Evo Morales.

A esto se suma la preocupación expresada hace 15 días por el propio comandante general de la Policía Boliviana, cuando alertó sobre la presencia de mafias colombianas que operan en Bolivia, sin que exista ninguna reacción del Gobierno pese a la presencia creciente de grupos nacionales y extranjeros dedicados al narcotráfico que ubica en una situación difícil a la administración gubernamental.

Al caso de referencia que involucra al general Sanabria se suman otros tres policías acusados de estar involucrados con el ex director nacional de la Felcn y funcionario de Inteligencia y Generación de Información, quien fue aprehendido en Panamá con 60 kilos de cocaína. Fue el propio ministro Sacha Llorenti, quien presentó en conferencia de prensa a los involucrados, el coronel Milton Sánchez Pantoja, el mayor Edwin Raúl Oña Moncada y el capitán Franz Fernando Siles Ríos, de quienes se presume que tienen vínculos con una red de narcotraficantes que enviaba cocaína a Estados Unidos.

“Este grupo liderado por René Sanabria Oropeza, habría enviado 144 kilos de droga hacia los Estados Unidos, a través del puerto de Arica, pasando por Panamá y, transportaba la droga en un barco”, según confirmó el ministro Llorenti, cuando ratificó que otro boliviano, Marcelo Juan Foronda Acero, fue también detenido bajo el cargo de narcotráfico y llevado junto con el general Sanabria a Miami para ser investigados en los Estados Unidos.

El ministro Llorenti a nombre del Gobierno aseguró que la investigación se extenderá a otros uniformados y civiles, advirtiendo que el Poder Ejecutivo no tendrá ningún escrúpulo en sancionar con la mayor rigurosidad sea quien fuere, “sea el grado que tenga”, lo que hace suponer que en Bolivia existe una red vinculada al narcotráfico y que involucra a efectivos policiales, por lo que se deduce que el sistema de inteligencia boliviano ha sido perforado y podría estar controlado por el narcotráfico.

Ojalá se pueda tener bajo control e identificar a los policías involucrados en el narcotráfico, para que en nuestro país no sucedan los hechos que dejaron sangre, dolor y luto en Colombia, cuando las mafias se apoderaron de los estamentos superiores de la administración de gobierno y mantenían bajo control el aparato de seguridad y la inteligencia del gobierno.

Lo más recomendable es que se haga conocer quiénes son los “narco policías” para poder ubicar a sus contactos y tener identificadas a sus redes que hasta ahora gozaron de protección de los propios funcionarios jerárquicos de Gobierno, tal el caso del general René Sanabria, que quedó al descubierto en su relación y vínculo directo con el narcotráfico. El Gobierno tiene la gran responsabilidad de combatir este flagelo para evitar que en Bolivia crezca el consumo y la producción de drogas, por ser una actividad ilícita y delincuencial que a todos perjudica.

(*) Periodista