Como todos los años y en el mismo tiempo se producen los grandes ajetreos para el desarrollo del Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, bajo un patrón que tiene insignificantes variantes y que se cumple inexorablemente con la activa participación de miles de devotos que en realidad son los directos ejecutores de la fiesta religiosa y su simbiosis de paganismo.
Es natural que si miles de devotos hacen el espectáculo, unos pocos dirigentes deban correr con la responsabilidad de organizar un evento de tanta magnitud, que además congrega a otros centenares de visitantes, nacionales y extranjeros cambiando la configuración de la apacible ciudad de Oruro en un “infierno” de grandes tradiciones y costumbres durante una semana, de sábado devocional a sábado de tentación.
Una Ley enmarca las disposiciones para la organización y ejecución del carnaval de Oruro, reconocido por la UNESCO como la Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad y cuya vigencia obliga a tomar ciertas actitudes, como responsabilidad de mejorar cada año su proceso de tal manera que miles de personas en conjunto sientan, disfruten y participen del carnaval de Oruro donde se supone que cada año debe aplicarse mejores condiciones de control, de desplazamiento de los conjuntos, de seguridad para danzarines y público, reducción al máximo de la venta y consumo de bebidas alcohólicas y suspensión definitiva del juego con agua y espumas.
Las graderías están siendo instaladas en diferentes arterias, ya se colocaron las de la Plaza Principal, lo mismo sucederá en la Avenida del Folklore y en las otras calles donde centenares de espectadores pugnarán por tener un sitio para observar el maravilloso Carnaval de Oruro, que en la presente ocasión se espera sea más dinámico, sin espacios perjudiciales entre conjuntos, pero además con mayor seguridad y comodidad para los que bailan y los que observan.
Parece que este es el momento oportuno para cerrar acuerdos importantes entre la Asociación de Conjuntos Folklóricos, el Gobierno Municipal, la Gobernación y las instituciones de apoyo como la Policía y las FF.AA., además del grupo voluntario de la Cruz Roja de manera que entre todos puedan ser definidas algunas condiciones que permita mejorar sustancialmente el desarrollo carnavalero, empezando por hacer cumplir las disposiciones en vigencia, inclusive una que prohíbe el juego con agua antes y durante el carnaval.
Hay que eliminar las pugnas internas y facilitar las condiciones de comodidad y limpieza para los espectadores, obligando a la instalación de “baños públicos” en toda la ruta y si fuera posible de cuadra en cuadra para mostrar desde el presente año una nueva imagen de limpieza y seguridad para vecinos, espectadores y para los propios danzarines, que por efecto – estos últimos – de disposiciones vigentes deben abstenerse de consumir bebidas alcohólicas, finalmente aplicar severas sanciones a infractores que provean de cualquier tipo de bebidas “espirituosas” a danzarines y público en general. Única manera de evitar que siga utilizándose la crítica mordaz de ver el carnaval como un festín infernal, con todos sus males y consecuencias.
Fuente: LA PATRIA
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