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Domingo 20 de febrero de 2011

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Revista Dominical

Eliminación del trabajo infantil un objetivo a nuestro alcance Parte I

20 feb 2011

Fuente: LA PATRIA

Por: Gabriela Ortega Pardo - Comunicadora Social

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LA NIÑEZ TRABAJADORA

En principio, es bueno destacar las diversas propuestas sobre la situación de la niñez trabajadora en nuestro país y a nivel mundial; especialmente las diferentes publicaciones del UNICEF respecto a la infancia y sus condiciones de subsistencia en el mundo.

En lo que concierne al origen de la crisis, la primera alternativa que se debe plantear es, ver si se trata de una crisis estrictamente coyuntural o si se trata de una crisis estructural. En este sentido, existen elementos importantes, tanto en la coyuntura como en el tipo de estructura económica que hemos ido desarrollando en el curso de los últimos 30 años. Con frecuencia, escuchamos mencionar que el modelo de la acumulación se ha agotado, principalmente por la forma en que se estructuró la economía esencialmente a partir del 1.952.

A partir de este año el criterio técnico que se impuso para el desarrollo económico de Bolivia se puede sintetizar brevemente en la forma siguiente:

Los sectores estratégicos, particularmente la minería y los hidrocarburos, quedarían en manos estatales y el resto de la economía podría desarrollarse en las manos del sector privado. Este era el esquema planteado en el año 1952. Pero evidentemente surge la pregunta: ¿Qué haría el estado con los ingresos que le proporcionarían estos sectores? La respuesta era de intentar volcar los excedentes de estos dos sectores al resto de la economía y como el resto de la economía estaba obviamente en manos privadas, se estructura un mecanismo de transferencia de ingresos del sector público hacia el sector privado, aspecto extremadamente importante que va a permitir comprender la crisis que vivimos a partir de fines de 1970.

RECUADRO:

Terminal de la ciudad de La Paz, 21 de enero 2011. El bus de Transportes “Urus” tiene programada una salida a la ciudad de Oruro, en el bus se encuentra una señora con su niña de menos de cinco años. De pronto se presenta el controlador de “boletos uso Terminal”, la señora bastante precaria en sus condiciones económicas paga el suyo y el controlador --muy violento-- exige que también la niña pague ante lo cual la niña en cuestión irrumpe en llanto totalmente asustada por el trato que se está dando a su mamá, pero el controlador ante la negativa de la señora madre llama inmediatamente a la policía y se hacen presente dos uniformados exigiendo el pago de dos bolivianos (2.00 Bs.) por el uso Terminal de la niña que ni siquiera estaba ocupando un asiento. Ante la presencia de los policías la niña totalmente asustada y traumada, aumenta su llanto y desesperación por proteger a su madre que recibía un trato totalmente inhumano por parte de los policías y del controlador de los boletos mencionados, que de no ser por la intervención de un señor compasivo, quizás aparecía todo el ejército policial por dos bolivianos. Este es el trato a los niños(as) por personas totalmente descalificadas e insensibles.

LA CRISIS ECONÓMICA EN BOLIVIA Y SU IMPACTO EN LAS FAMILIAS

Las características actuales de la acción económica del Estado, son resultado del proceso económico cuyas raíces pueden ser escudriñadas a partir de los propios momentos constitutivos del mismo.

Sin embargo, las huellas más recientes y profundas se sitúan en el desenvolvimiento de los últimos 50 años, a partir de la Revolución del 9 de abril de 1952. Todos los principales acontecimientos posteriores muestran, de una forma u otra la influencia de ese proceso revolucionario frustrado.

Por eso, es sumamente útil una sintética representación de las principales etapas de la política económica, desde 1952.

 Período 1952-1956

Esta es la etapa de las profundas transformaciones revolucionarias; pero es también la de la frustración del proceso.

Las grandes decisiones de política económica, como la nacionalización de las minas, la reforma agraria, el voto universal y los principales proyectos de integración nacional, las medidas para la diversificación económica, el fortalecimiento de las empresas públicas, y otras, se adoptaron en los primero años de la Revolución.

Durante los primeros dos años, bajo el impulso del movimiento obrero y popular, el Estado boliviano dispuso de un amplio margen de autonomía relativa, puesto que habían sido aplastadas las viejas clases dominantes y derrotadas sus aparatos armados.

El Estado boliviano perdió capacidad de decisión y tuvo que someterse más y más a las imposiciones norteamericanas. Entre las medidas que atestiguan la presencia extranjera en las decisiones de la política económica están:

 La indemnización a las ex-empresas mineras, sin montos definidos y a deducir las mismas de las entregas de minerales.

 El Código del Petróleo, redactado por abogados norteamericanos y suscritos sin que los propios firmantes tuvieran una idea precisa de su contenido.

 La recepción de la ayuda americana, en excedentes agrícolas, que provocó la reducción de la producción interna de trigo, aceites, algodón y otros productos acentuando la dependencia de los abastecimientos importados.

 Período 1957-1964

En esta etapa culminó el proceso de penetración extranjera, que llegó a establecer un dominio casi absoluto de la política económica boliviana.

La aprobación del plan Eder, de Estabilización Monetaria, significó no sólo el fin de las transformaciones revolucionarias, sino el franco retroceso a esquemas liberales, totalmente contradictorios con la realidad surgida de la Revolución Nacional.

El dominio extranjero se vio reforzado por la caída de los precios internacionales del estaño, provocada por las ventas del Stock Pile y la Buffer Stock norteamericano.

Los primeros años de vigencia de la Estabilización Monetaria, entre 1956 y 1960, el programa estabilizador funcionó como un chaleco de fuerza que, por un lado atenazó al Estado impidiéndole cualquier otra iniciativa que no hubiera sido contemplada en él, y además supervisada por los EE.UU.

Estas medidas, de típico corte semi-colonial, unidas a la decadencia del MNR, prepararon el ascenso de los militares que, reorganizados por los mismos miembros del MNR y los Estados Unidos, continuaron la obra política para beneficio del país del norte.

 Período 1964-1969

En 1964 tuvo lugar la llamada “Revolución Restauradora” cuyo significado más importante fue la instauración del dominio militar sobre la sociedad civil.

Entre las primeras acciones del nuevo régimen estuvo la derogatoria del Decreto Supremo 6556, de 22 de agosto, y más tarde modificó el código del Petróleo, en el artículo referente al ”factor agotamiento” que constituía un verdadero atentado contra la economía nacional. Puso en vigencia los proyectos que el gobierno del MNR venía preparando.

Los primeros pasos para las masacres mineras de 1965, 1967, fueron dados por el gobierno del MNR, antes de su caída, cuando movilizó regimientos militares y campesinos sobre los centros mineros, en abierto despliegue intimidatorio. Hay, sin embargo un aspecto que muestra el carácter ambivalente del régimen militar del período 1964-1969.

Se trata de la instalación de los hornos de fundición de estaño en Vinto (Oruro), que significó un enorme salto en la estructura productiva nacional al dar comienzo a la metalurgia.

Esta acción se debe exclusivamente a un reducido grupo cívico militar encabezado por el Gral. Alfredo Ovando Candia, que supo enfrentar y vencer la descarada oposición norteamericana principalmente con la nacionalización de la Gulf Oil Co. Como una acción del entonces Ministro de Minas y Petróleo Marcelo Quiroga Santa Cruz, en base a la propuesta ideológica de Sergio Almaráz y de los grupos reaccionarios locales.

 Período 1969-1971.

La política económica de esta etapa se caracteriza por las medidas transformadoras orientadas a romper la dependencia y a promover una mayor participación popular de las decisiones trascendentales.

Las medidas de nacionalización de los recursos naturales y de apoyo a las fundiciones, constituyeron la esencia de la política económica en cuanto a los sectores productivos.

Las medidas aplicadas afectaron los intereses de poderosas empresas extranjeras y también ciertos intereses locales.

El resultado de los grandes enfrentamientos clasistas definirá en este desarrollo de los hechos el contenido esencial de la política económica. Por eso, después de la derrota popular del 21 de agosto de 1.971, las clases dominantes y el imperialismo procedieron a lo que, en términos militares, se denomina la “explotación del éxito”.

La política económica posterior refleja ese hecho y, por tanto, no es extraño su carácter antipopular y antinacional.

 Período 1971-1978

Los aspectos esenciales de la política económica de esta etapa se definieron en la derrota popular contra el Gral Juan José Torrez González del 21 de agosto de 1971, que llevó al poder al Cnl. Hugo Banzer Suárez.

En esta etapa el Estado cambió muchas de las características que quedaban como herencia del 52 y que la restauración barrientista no había podido eliminar. La represión sistemática se constituyó en uno de los instrumentos más importantes en el arsenal de la política económica.

Asimismo, el gasto público y el crédito bancario se emplearon, sin restricciones, en la capitalización de las empresas privadas, recursos forestales y agrícolas fueron explotados en condiciones de verdadera dilapidación de reservas sin medir sus futuras consecuencias.

Todo esto se hizo para promover un desarrollo capitalista a cargo de los empresarios privados que integraban la alianza política del Frente Popular Nacionalista (F.P.N).

La política económica del régimen de Banzer condujo directamente a la crisis económica y sentó las premisas para las crisis posteriores. No se establecieron claramente políticas referentes a la atención de los menores trabajadores; esporádicamente los juegos bolivarianos dieron una imagen disimulada sobre las condiciones de la niñez y juventud de nuestro país.

 Período 1979 – 1983

Es un período de gran inestabilidad, tanto política como económica. En el gobierno del Dr. Hernán Siles Zuazo, inútilmente se trató de controlar la inflación que se desató a finales de la década de los setenta.

En este período las exportaciones legales casi desaparecieron, dada la legislación Boliviana exigía a los exportadores depositar el total de sus ingresos en dólares en el Banco Central. El contrabando como lógica consecuencia floreció en el País.

 Período 1984 – 1985

Bolivia sufrió la séptima hiperinflación más alta de su historia y la más prolongada, además es la única que no ha sido acompañada por una revolución o guerra extranjera; fenómenos como este, no se hallan registrados en el mundo desde la hiperinflación que acompañó a la revolución China en el año de 1949; es decir, que nunca se había presentado en un país miembro del Fondo Monetario Internacional (F.M.I), desde su creación.

El nivel de la hiperinflación alcanzó durante 1985 el 24.000% anual de crecimiento en los precios. En estas condiciones, poco o nada se hizo por paliar la situación desesperante de miles de hogares que sufrieron la arremetida de las medidas económicas desfavorables especialmente para la niñez y adolescencia que tuvo que insertarse en las labores de supervivencia social.

 Periodo 1986 – 1990

Por cuarta vez el M.N.R. a la cabeza del Dr. Víctor Paz Estenssoro asume la conducción del país, se aplican ajustes drásticos orientados a frenar la hiperinflación, se dicta el Decreto Supremo 21060 el 28 de agosto de 1986 frenando de esta manera la famosa “marcha por la vida”. El Decreto, de nefastas consecuencias estableció entre otras cosas la Relocalización que en síntesis significó el cierre de varios distritos mineros de Comibol, la privatización con el rótulo de “capitalización” de muchas otras empresas del estado como ENTEL, ENFE, YPFB, etc. Con esta política estatal se estima que alrededor de 20.000 niños quedaron sin escuela, y muchas familias estaban destinadas a engrosar las filas de los desocupados y los cinturones de pobreza en las principales ciudades del país. Las condiciones de la niñez trabajadora no sufre alteración notoria, los niños aumentan en sus dimensiones laborales, el país en general continúa sumido en la recesión económica por lo cual el desempleo aumenta en proporciones desmedidas.

 Periodo 1990 – 2000

Se estabiliza la democracia en el país, las condiciones de recesión no varían significativamente, son muchas las fábricas que cierran a causa de la gran competencia que provoca el contrabando desmedido, se ajustan los planes respecto a la creación de 500.000 mil empleos en un caso y la lucha contra la pobreza en el otro. Ambas propuestas caen por su propio peso, la corrupción se apodera de los niveles decisionales de la administración pública en nuestro país.

Las condiciones de la niñez trabajadora aumenta en cuanto a la desnutrición, el analfabetismo, la mortalidad infantil y otros indicadores que hacen ver que nuestro país aún se debate entre la miseria y la pobreza, a estas alturas de nuestra historia, se logran captar 1300 millones de dólares para la lucha contra la pobreza, en diferentes foros y reuniones se pretenden dar las directrices precisas; pero continua la pregunta latente: ¿se logrará disminuir los índices de pobreza a pesar de las condiciones de gobernabilidad en nuestro país?, ¿Cómo, cuándo y dónde se invertirán estas donaciones extranjeras?, ¿Se favorecerá en alguna medida a la niñez trabajadora?

¿Cuál fue la reacción de las familias frente a esta situación?

Desde luego y sobre todo: “de diferente manera”. Parece que hubiera existido una especie de consenso en el planteamiento de una estrategia de sobrevivencia en los siguientes términos:

-La primera de ellas, ha sido intentar participar, en un mayor porcentaje que en el pasado, en la distribución del ingreso nacional disponible. Así en 1980 el sector familia participaba en el ingreso nacional con un 76% aproximadamente. A fines de los 90 llegan a una participación del 84%, es decir que a través de diferentes vías, las familias empiezan a absorber una parte cada vez más importante del ingreso nacional disponible. Obviamente una de estas vías han podido ser las reivindicaciones de carácter salarial. Por otra parte la absorción cada vez más grande de los excedentes de la producción por las mismas familias, han incrementado su participación en la distribución del ingreso nacional. En términos absolutos, el ingreso ha caído en un 21% para todo el sector y en promedio por familia en un 27 %.

- Una segunda estrategia, que han empleado las familias ha sido el de sacrificar el ahorro. En la década de los 80, el sector de las familias era responsable de un tercio del ahorro nacional. En los primeros años de la década 1990, las familias empiezan en primer lugar, a consumir todos sus ahorros. Ya para 1993 empiezan a desahorrar; es decir, a consumir parte de su patrimonio y en 1994-2000 la situación es aún más grave en este sentido, las mujeres y los niños se constituyen en los nuevos actores de la economía nacional.

- Una tercera estrategia de sobrevivencia, es la de subsistir o la de modificar su estructura de consumo, tanto desde el punto de vista de las prioridades que pueden plantearse las familias, como desde el punto de vista de los precios de los bienes que pueden adquirir, por esto, el niño se inserta en nuevas ocupaciones que contribuyan a la subsistencia familiar.

La crisis ha agudizado la pobreza, y como una respuesta se ha incorporado al mercado de trabajo a la mayor parte de los miembros de la familia, especialmente a los niños y a las mujeres estas últimas tradicionalmente eran consideradas “amas de casa”. La crisis ha agudizado el abandono de los menores obligándolos a incorporarse a las actividades económicas en procura de un ingreso.

Así mismo la emergencia del fenómeno de menores en la calle, particularmente en el área urbana de las ciudades, da cuenta de la confluencia de factores ligados a determinados tipos de familias ubicadas en las franjas de pobreza, que no han podido resistir el embate de la crisis.

Fuente: LA PATRIA
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