Sábado 19 de febrero de 2011

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Hay disciplinas como el Tantra que ligan estrechamente sexo y espíritu, una conexión que no es evidente para todo el mundo. Y sin embargo es así: El sexo nos abre un abanico de nuevas posibilidades, nos acerca a nuestra esencia y a la de nuestra pareja.
Ciertas sensaciones y emociones sólo pueden expresarse a través del sexo, y no con palabras. Tras un acto sexual especialmente feliz, respiramos profundamente y nos decimos: «La vida es esto. Hay poco más».
Pues, como los ángeles, el sexo es invisible pero está siempre presente en nuestras vidas. Como dice la canción de John Paul Young: «El amor está en el aire». El ser humano es tan sexual como espiritual, y su misión en la vida es integrar ambos aspectos para lograr una existencia realizada y completa.
En ese sentido, el sexo es un gran maestro que nos enseña a armonizar el cuerpo, la mente, las emociones y el espíritu.
¿Qué otras lecciones espirituales nos procura el sexo? Nos enseña, por ejemplo, que…
-Hacer el amor y practicar sexo no siempre es lo mismo.
Fuente: sexualidad.doctissimo.es