Un testimonio de la realidad se dio en el aniversario cívico de Oruro. Tenía que haber sido visto sin tapujos. Escamotear la verdad no beneficia a nadie. Se pidió dejar de lado la bronca, pero el “azucarazo” -en lugar del otro gazapo abrogado- fue algo como a propósito para exacerbarla. Los trabajadores de todo el país están con esa reacción apenas contenida. Ese fondo tenían la marcha y protesta del 10 de Febrero.
El oficialismo tiene un modo particular de ver y entender las cosas. No obstante que los canales mostraron los hechos, el vocero presidencial dijo que las marchas y las protestas “fueron un fracaso total”. Ya es mucho que organizaciones sindicales se vuelquen contra un gobierno de sindicatos; sin embargo, parece que -con todo- no fue tanto como se temía. En la visión de otro masista sólo fue un “pequeño grupo radical que jamás apostó a un proceso de cambio”. Si la realidad es así, no pasa nada en Bolivia. Como se los ve a los gobernantes: ¡Felices!, así también está el pueblo. El pueblo del Estado Plurinacional, obviamente.
No hay coherencia entre lo que se dice y lo que se hace. Si fue tan insignificante la marcha, ¿por qué se asustaron tanto? “No hay que tener miedo al pueblo”. El Presidente y su comitiva salieron a la escapada de Oruro. ¡Huyeron en realidad! Al decir del entonces vocero presidencial, se tomó esa decisión por no “responder a las provocaciones tan vergonzosas y penosas”. Lo que antes significaba una acción denodada y heroica, la presencia de los mineros con sus cachorros de dinamita en las calles y los caminos, ¿ahora es para tener vergüenza? ¡Quién tiene vergüenza!
Para los dirigentes no había nada que celebrar, por eso la marcha se convirtió en homenaje a la fecha histórica. “Hoy luchamos -dijo Jaime Solares, ejecutivo de la COD orureña- contra el imperialismo y contra un Gobierno que también miente al pueblo, y por eso le pedimos que cumpla la agenda de octubre”. La abrogación del 21060 es parte de dicha agenda. Nadie se atrevió a hacerlo. También Morales se rindió ante el famoso decreto para lanzar el azucarazo. “Nivelar precios al mercado”, medida típicamente neoliberal.
De todas maneras, los orureños, pese al mal tiempo y las mezquindades políticas, demostraron con gallardía su profundo fervor cívico. Realizaron su desfile a paso marcial, desafiando a la naturaleza e ignorando el desdén de los soberbios.
(*) Columnista independiente
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