Las universidades pre coloniales, no la española, tenían un grado de investigación, en la tecnología de esa época, que habían recuperado y reciclado saberes anteriores y los desarrollaron bajo su propia visión. Claro que debían saber el curso de las estrellas para vivir bien, hoy ese curso de las estrellas ya no sólo necesitan de nuestros ojos o lentes con ayuda de lagos y lagunas para observarlos, requieren nos guste o no, (Benedetti diría: Me jode confesarlo), de telescopios avanzados y de ordenadores de última generación, de libros donde lo observado anteriormente marque lo nuevo a observar.
La descripción de plantas medicinales ya no sólo requiere la observación esporádica, sino de la sistematización de una serie de variables. Los nuevos callahuayas serán salidos de las universidades, sean indígenas, citadinas o extranjeras. Los viejos callahuayas tendrán que saber escribir y leer, porque en los centros donde se distribuyan las hojas del medicamento sólo sabrán qué quieren, si trae la receta.
Es cierto ya somos muchos más, seguramente unos dos millones en una sola área, La Paz y el Alto, y más de un millón en ciudades como Santa Cruz. Las farmacias de las ciudades, sean naturistas o altamente industrializadas, serán visitados por los habitantes, en cientos, y la receta deberá ser prescrita por un médico, no todas las hierbas son buenas per se. La dosis, es lo que convierte en medicinal o veneno, Paracelso decía ello. Las hierbas tienen componentes que pueden generar sinergias que pueden llegar a enfermar más a un enfermo. La dosis que se requiere no es la misma que hace sólo tres décadas.
La ciencia es la constante evolución de taras y desconocimientos que velaban nuestro razonamiento, seguirán habiendo otros saberes ocultos que velen el razonamiento y por lo mismo, nuevos retos.
Los colegios deben ser también verdaderos bunkers tecnológicos, el acabose de los colegios debe tener su continuose en las universidades, y no un mero proveedor de mano de obra barata y capacitada. Para la continuidad se debe trabajar en un currículo de escuela, colegio y universidad.
Los busines Villazón no tienen contestatarios desde la realidad de los busines Achacahi, a pesar de la formación en el área. No en los discursos sino en la palabra escrita, en la tecnología y confundimos al instrumento como si fuera éste el enemigo.
Pero los bunkers tecnológicos deben tener un complemento de tecnología educativa, en los bunkers el “debe ser” es de una alta especialización y diferenciación en determinados saberes. La matemática tiene sus bases en el juego, pero después requiere de la disciplina, la concentración analítica, la investigación y la experiencia.
La tecnología educativa que está en boga es una tecnología de antes de la primera guerra mundial, Freinet hablaba de cómo sus alumnos realizaban pequeños libros ilustrados desde la imprenta escolar y la escritura de cartas a otros colegios intercambiando las descripciones de su ambiente. Esta tecnología ha sido introducida por escuelas privadas y de religiosos que aplicaron la información y el conocimiento. ¿Valen hoy esas técnicas en los tiempos del facebook? Sí. El saber cómo se hace, dista del hacer, y no sabemos qué hacer y menos el hacer. La falencia es crasa. Los saltos cualitativos y cuantitativos pueden darse paso a paso o generar un salto que aminore el tiempo, en todo caso también un salto al vacío que nos devuelva a un tiempo de oscurantismo.
Makarenko tenía en sus descripciones una serie de variantes que no provenían sólo de una escuela, hoy muchas de ellas son aplicadas en los principales industrias del mundo como forma de capacitar a su personal, pero la experiencia educativa no sólo describe éstas técnicas, remata con la semilla de una industrialización y la generación de esta sobre la base de investigaciones ajenas y propias.
La contraposición a la investigación de las universidades en Francia, fue la creación de instituciones que avanzaron allí donde no existía el interés para la investigación. Seguramente fue ésta la precursora de las actuales normales en Bolivia. Hoy día el rango de elevar a universidades pedagógicas debe tener una discusión y la proyección no sólo coyuntural sino de largo plazo.
El nuevo currículo escolar, no existe, lo admiten los precursores de la nueva ley y aunque en el camino se acomode el bulto, este acomodo puede traer consecuencias para quienes cargan el mismo. Los últimos acontecimientos han demostrado suficientemente cómo la industrialización no puede hacerse en lo alto del edificio si antes no se tienen los cimientos. Los cimientos no sólo se lo hacen por voluntad, está empedrado de gentes y gentes de toda laya que trabajan. Los grandes emprendimientos se realizan a través de la colaboración y la apropiación del conocimiento, teórico y práctico, de varios elementos, allí donde las gentes del pueblo no pueden, aún cuando sepan, qué hacer, faltará cómo hacerlo. El mundo es global, nos guste o no, cambien o no cambien las hegemonías y los sistemas.
La educación andina (sin entrar a ver los sistemas precoloniales y sus particularidades), no pudo dar ese salto cualitativo. La educación tenía un componente de elite, (no entro a entablar discusión con el filosofo boliviano y su educación aristocrática, H.F.Mancilla). Tomamos tecnologías y les cambiamos de nombre a otro nombre, pero son y son tecnologías cuyos frutos desconocemos. Pero el árbol de donde se nutrió la Patria es amplio y vasto.
La escuela india de Warisata, tiene sus entretelones y cortinas, el desarrollo de la misma, lo demuestra. El sólo ver esta historia y estudiarla dará luces. Miremos pues con ojos descolonizadores, descolonizadores desde la infraestructura y la tecnología apropiada y aplicada a ella. ¿Existía una escuela de curas en La Paz donde varios esquemas y hasta los planos de lo físico de Warisata tomó ejemplo, sin decir que los copió? ¿Cuáles valieron para Warisata? ¿Cuál fue su desarrollo después de la primera etapa y cuáles los que siguieron, discípulos, fundadores y sus detractores? ¿No fue en Oruro, La Paz, Potosí y Sucre, con colegios centenarios de donde salieron, colonizados y descolonizadores, formados o deformados, lo que hoy es Bolivia con esta emergencia? ¿No han sido escuelas cómo Livichuco, y muchas parecidas a lo ancho del país, vedadas que persisten en la emergencia de hoy?
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