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Warning: session_start(): Cannot start session when headers already sent in /home/lapatri2/public_html/impresa/index.php on line 8 Oruro fue, es y será el crisol rebelde de la bolivianidad - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
Aportes históricos de la tierra del gran Pagador a Bolivia
Oruro fue, es y será el crisol rebelde de la bolivianidad
10 feb 2011
Fuente: LA PATRIA
Por: Juan Carlos Treviño Meneses - Periodista
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La alta y digna tierra de los Urus, ubicada en pleno altiplano boliviano a 3.706 metros sobre el nivel del mar, conlleva entre sus características, constantes aportes insurreccionarios para liberar al territorio que ahora es conocido como Bolivia, aportando siempre a su rica historia… en ese contexto estamos seguros que Oruro fue, es y será el crisol rebelde de la bolivianidad.
Ya han pasado 230 años del primer grito libertario de América Latina y continúa más radiante y vigente que nunca aquella heroica manifestación de emancipación, en ese sentido, en las siguientes líneas, nos esforzaremos por dar a conocer los aportes estructurales históricos de Oruro a Bolivia y por ende al mundo, identificados en cuatro momentos, en diferentes épocas, pero con el mismo compromiso.
La contribución de Oruro a la historia de Bolivia y de América, empieza en 1739, con lo que es considerado como la primera prueba de conspiración contra el yugo español, el Manifiesto de Agravios de Juan Vélez de Córdova, documento en que se hace patente el descontento del sojuzgamiento peninsular, pues principalmente los indígenas vivían de manera inhumana, nada más y nada menos que en su propia tierra.
Además, el Manifiesto es considerado por historiadores a nivel internacional como el primer programa político del siglo XVIII, propugnando volver al genuino sistema político administrativo de antes de la colonización. Sin duda alguna ésta fue la mecha que encendió el movimiento de sublevación en toda América.
Años más adelante, nos situamos en el segundo aporte vital para tener una Patria libre, que además es el principal suceso histórico de Oruro, el glorioso 10 de Febrero de 1781. El historiador Fernando Cajías explica que la rebelión se configura convenientemente en medio de un clima general de agitación que se vivía en Perú y en Charcas desde mediados de 1780.
En ese contexto, agosto de 1780 marca el inicio de la sublevación de los Catari en Chayanta y en noviembre la de los Amaru en Tinta. Por tanto, en enero de 1781, ambos focos de revuelta estaban en retirada, pero surgió un tercero en las provincias de Paria y Carangas, aledañas a la ciudad de Oruro.
Se puede decir entonces que los conflictos económicos, políticos y la rivalidad de los criollos contra los europeos puros, propiciaron la insurrección. Sin embargo, también se adscriben tres causas determinantes: La noticia y la propagación de la rebelión de Túpac Amaru en el Cusco; las elecciones de alcaldes del 1 de enero de 1781, en que el partido europeo del corregidor Manuel Urrutia venció al partido de los criollos, encabezado por Jacinto Rodríguez y finalmente, los conflictos en las milicias que se aprestaban a defender la Villa.
Son varios los héroes de esta gesta libertaria, criollos, mestizos e indígenas, muchos de ellos anónimos. Sin embargo, entre ellos destaca Sebastián Pagador, que se inmortalizó lanzando su proclama: “Amigos, paisanos y compañeros: Estad, ciertos que se intenta la más aleve traición contra nosotros por los chapetones; esta noticia acaba de comunicárseme por mi hija; en ninguna ocasión podemos mejor dar evidentes pruebas de nuestro amor a la Patria: No estimemos en nada nuestras vidas, sacrifiquémoslas gustosos en defensa de la libertad; convirtiendo toda la humildad y rendimiento que hemos tenido con los españoles europeos, en ira y furor…”.
El tercer momento histórico, que sirvió para fortalecer a la flamante Bolivia en 1825, fecha en la que nacía libre a la vida republicana, claro previa a una cruenta batalla contra los ibéricos, que finalmente fueron expulsados de estas tierras desde Tarija hasta Beni, desde Potosí hasta La Paz; se circunscribe en la primera convocatoria a sesión para fundar al país, hijo de Bolívar.
Nos referimos a la primera Asamblea Constituyente, que se debería llevar a cabo en Oruro, pero debido a diferentes factores no se hizo efectivo, desarrollándose en Sucre.
Pero como si Oruro, tierra rebelde, hubiese reclamado vehementemente a los caprichos con los que a veces acciona la historia que impidió la realización de la Asamblea Constituyente en la fundación de Bolivia, años más tarde se aprobó la nueva carta magna que rige las nuevas estructuras en el país, más allá de líderes o de grupos, sino de la integridad del país.
Precisamente éste es el más reciente momento histórico, en el que Oruro, tierra de hombres perseverantes y trabajadores, sella el proceso constituyente que se inició en la Capital Constitucional, Sucre.
Por tanto, consolidada la independencia, el Mariscal Antonio José de Sucre dictó el decreto de 9 de febrero de 1825, convocando a elecciones para el día 25 de marzo del mismo año. Una Asamblea General se reunió en Oruro el 19 de abril, escenario en el que Sucre expuso su Plan Provisional de Gobierno, en ella se deliberaría sobre los destinos de las provincias, sobre el régimen provisorio del Gobierno; y mientras la Asamblea no acordara lo pertinente, continuaría el Gobierno Militar del Ejército Libertador, el que respetaría las resoluciones de esta Asamblea.
Sin embargo, la reunión se pospuso para el mes de mayo y se trasladó a Chuquisaca. La Asamblea Constituyente reunida el 10 de julio de 1825, con sus 48 representantes, que en su mayoría eran miembros intelectuales de la Universidad Real y Pontificia de San Francisco Xavier de Chuquisaca, decidieron la independencia de Bolivia el 6 de agosto de 1825, como un homenaje a la Batalla de Junín.
El primer acto legislativo de la Asamblea consistió en la sanción de la Ley del 11 de agosto de 1825 en la que se dispone que la denominación del nuevo Estado fuera en lo sucesivo República de Bolívar, que luego fue sustituida por la de República de Bolivia, consignando además que la capital del nuevo Estado se llamaría Sucre, en honor del Mariscal.
Pasaron los años, y luego de grandes conflictos sociales como los denominados Febrero Rojo y Octubre Negro, durante la presidencia de Gonzalo Sánchez de Lozada, el pueblo demandó a los gobiernos de transición como el de Carlos Diego Mesa Gisbert y Eduardo Rodríguez Veltzé, la estructuración de la Asamblea Constituyente, espacio para configurar un nuevo Estado, no obstante, también fue escenario para la incomprensible violencia.
Éste se consolidó trasladando la última sesión para la aprobación de la Constitución Política del Estado a Oruro, sancionada el 10 de diciembre del 2007.
Sus antecedentes señalan que el 15 de agosto del 2007 la discusión se convierte en violencia que rebasa los límites físicos del Teatro Gran Mariscal, ésta se encarna en una vieja práctica racista entre citadinos - campesinos y viceversa, también llamados en ese momento como t’aras y k’aras, situación aberrante que no es justificable, al margen de su procedencia.
Esta serie de segregacionismo dio como resultado la metamorfosis del Estado Nación, que desde el concepto de sistema, permite construir y articular los cimientos del mercado mundial, a través del cual las distintas burguesías logran articular también el dominio político y cultural sobre las distintas poblaciones, a manera de subordinarlas.
Mientras que la idea del Estado Pluricultural maneja elementos en los que ya no se puede ejercer el dominio sobre un espacio homogeneizado jurídica, cultural y políticamente, sino que su espacio de dominación se fragmenta, en este ínterin de conceptualizaciones el estado multicultural reconoce las diferencias, pero no el pluralismo jurídico.
Todo este tejido de ideas y paradigmas provocan el escenario en el cual Bolivia empieza a desarrollar el Estado Plurinacional, consecuencia lógica de demandar las condiciones necesarias para la existencia y la continuidad de los pueblos indígenas, con sus propias normas y sus propias autoridades.
De hecho, hace pocos días (el 22 de enero), se celebró el primer aniversario de fundación del nuevo Estado Plurinacional, con muchas observaciones de parte de la oposición y en medio de un difícil escenario económico, con el alza de productos, debido a las consecuencias del “gasolinazo”, llamado por el Gobierno, mediante el Decreto Supremo 0748, como nivelación de los precios de los carburantes.
Por todo lo dicho y explicado, Oruro se constituye siempre en el bastión de la bolivianidad, apoderándose de los principales momentos históricos del país, que son irradiados al continente y al mundo entero… Oruro, tierra rebelde.
Fuente: LA PATRIA
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