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Revolución del 10 de Febrero de 1781, clara evidencia del amor por la Patria
10 feb 2011
Fuente: LA PATRIA
Los orureños protegieron la libertad sin intereses personales o de posesión de riqueza del yugo español
• Por: Itza Terrazas Herbas - Periodista
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La Revolución del 10 de Febrero de 1781, es una clara evidencia del amor que se tenía a la Patria, puesto que los orureños protegieron la libertad sin intereses personales o de posesión de riqueza perteneciente al yugo español, esta iniciativa fue escrita y detallada por Adolfo Mier.
El contenido que se encuentra resumido en el texto: Oruro en el Proceso de la Independencia, edición 2010, Weimar Giovani Iño Daza, que cuenta con el apoyo de varias instituciones del país.
En este texto se pueden encontrar datos poco usuales, que revelan cómo actuaron los orureños en la revolución y su pensamiento para la construcción de una Patria libre.
El 10 de Febrero de 1781, tuvo lugar la Revolución de la Villa de San Felipe de Austria, en contra de la dominación española. En esta parte de la historia aparece el corregidor, don Ramón de Urrutia, quien había organizado a guardias nacionales con motivo de la sublevación de Túpac Catari y Gabriel Túpac Amaru.
Los patriotas de Oruro que se sintieron humillados por la dominación española, consideraron que era tiempo de levantarse, puesto que contaban con una milicia urbana, pero no se encontraba armada.
La leyenda, “el poder de tus brazos Oruro”, también se refiere a la fuerza de espíritu que tuvieron los orureños para proteger su libertad, enfrentándose a una poderosa monarquía, desconociendo su excesivo dominio y esclavitud de los hombres.
Por otra parte, existía un rumor que los indios de Challapata, Condo, Poopó y demás pueblos inmediatos amenazaban con invadir Oruro, el corregidor Urrutia, acuarteló a 300 hombres, entre capitanes y oficiales, y don Manuel Serrano había formado una compañía “chusma”.
La noche del 9 de febrero, algunos de los soldados de Serrano, acuartelados, habían salido a las 10:00 de la noche, gritando socorro, entre ellos se encontraba Sebastián Pagador, quien se dirigió al pueblo para advertir de la traición cometida por los europeos.
Un grupo encabezado por Pagador se presentó ante Jacinto Rodríguez, quien les dijo que retornen al cuartel, explicándoles como sería el amotinamiento preparado por los revolucionarios.
Una vez que estalló la revolución, el corregidor Urrutia se fugó a Cochabamba pidiendo auxilio, en cambio los vasallos del Rey, se aislaron en la casa de José Endeiza, que era considerada como una fortaleza por sus características.
Esta casa es la que se encuentra frente al templo de la Merced (hoy San Francisco), en este sector se desató una batalla tenaz entre el pueblo desarmado y los vasallos del Rey, que según confesiones, tenían a disposición numerosas armas. Las mujeres y niños también participaron de la lucha desatada en esa esquina, trasladando piedras para los soldados de Rodríguez.
En la dispareja lucha, a Juan de Montesinos se le ocurrió arrojar canastas con ají, también incitó y ordenó traer leña de su casa para quemar el domicilio de Endeiza, quien supuestamente habría ordenado a los 200 francotiradores disparar al aire, un hecho que es puesto en duda por el escritor.
Los rebeldes actuaron de forma agresiva y violenta, como signo de sublevación en contra de la autoridad del reinado de Augusto Soberano Don Carlos III. Teniendo conocimiento de esta actitud sediciosa y la proclama de libertad y Patria, José Ayarsa marchó hasta Oruro para reponer la bandera de la corona española, por órdenes del corregidor de Cochabamba, Felipe José de Villalobos; después de su retorno, los sediciosos una vez más tumbaron la bandera española.
La Revolución de Oruro de 1781, no tuvo los mismos matices de la insurrección de Túpac Catari y la sublevación de Túpac Amaru, quienes luchaban por la resistencia armada de la raza aborigen.
En cambio, la revolución de Oruro fue una verdadera iniciativa de una guerra para lograr la independencia y constituir una Patria libre, las verdaderas causas de esta revolución se encuentran en el discurso de Sebastián Pagador, cuando convoca al pueblo como iguales, señalándoles que es el tiempo justo para dar prueba del amor a la Patria, sacrificando la vida misma voluntariamente para defender la Libertad.
Basados en el discurso patriótico de Pagador, varios pasquines fueron distribuidos en América, para levantar al pueblo que estaba sumido en el yugo español, los mencionados escritos prueban que Oruro tenía interés de construir una Patria independiente y libre.
La revolución fue encabezada por los más acaudalados de la villa, entre ellos: Los Rodríguez, Delgado, el cura Amezaga, Fray Antonio Lazo, Serrano, José Gardún, los Herrera y Galleguillos, mas el discurso de Pagador, prueba una vez más que los revolucionarios no tenían la intención de saquear la fortuna de los vasallos del Rey, sólo el firme deseo de sacrificar la vida por amor a la Patria.
La Revolución de Oruro difiere de las demás, que se consideran como la iniciativa de emancipación sudamericana, puesto que los orureños al desconocer la autoridad de la corona, fueron valientes, temerarios y heroicos; las frases célebres de sacrificio por un ideal, fueron manifestadas antes que fueran escritos los derechos del hombre en la Convención francesa.
El glorioso hecho protagonizado por valientes orureños en 1781, no es considerado por las causas que da a conocer el escritor, fundamentado en documentación histórica confiable.
Cada uno de los orureños podemos ser como estos héroes, sólo depende de la gloria desinteresada que uno pueda tener, y cómo se logra este fin, es tan simple, sólo debemos ser útiles a la Patria y al prójimo, agradecidos por lo que nos da esta tierra que nos cobijó en su seno tranquilo y de gente trabajadora.
Las generaciones futuras no deben olvidar la heroica hazaña que se suscitó en esta tierra del Pagador, puesto que nos sumiríamos en la ignorancia y la ingratitud, porque los pueblos que olvidan a sus héroes y mártires están destinados a desaparecer.
Fuente: LA PATRIA
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