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Warning: session_start(): Cannot start session when headers already sent in /home/lapatri2/public_html/impresa/index.php on line 8 La Fortaleza, escenario del inicio de la gesta libertaria del 10 de Febrero - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
La Fortaleza de Oruro construida por los españoles aproximadamente años después de la fundación de la Villa de San Felipe de Austria en el año 1606, se constituye en el escenario aún vivo de la Revolución del 10 de Febrero de 1781, cuando Sebastián Pagador, quien frente a la milicia orureña lanzó su discurso contra la dominación de los hispanos a quienes acusó de traicioneros, momento en el que se aprestaban a defender la villa minera del levantamiento indígena de los alrededores.
La Fortaleza, como cuartel de las fuerzas militares realistas, que actualmente mantiene parte de sus murallas en los depósitos de la Aduana Nacional, en la calle Velasco Galvarro, desde la Junín hasta la calle Adolfo Mier, esconde sobre sus muros la historia de cómo surgió el primer movimiento revolucionario entre criollos e indígenas en Sudamérica, que lucharon por un momento contra una sola causa, la reivindicación de todos los nacidos en América y su liberación.
El historiador Vicente González-Aramayo Zuleta sostiene que la Fortaleza fue un recinto que tenía todas las características y condiciones para acoger a los regimientos de los españoles, para defender la villa minera y más aún por su ubicación geográfica estratégica como era Oruro, centro de paso para llegar a Potosí, La Paz, Cochabamba y La Plata (hoy Sucre).
“El actual mercado Campero, tenía una plaza abierta desierta, solamente alrededor existían caseríos que ocupaban la gente del pueblo, viendo del lado Este de la ciudad existía una mina profunda, un socavón, por donde se ingresaba a otras minas”, afirma González-Aramayo.
Agrega que las cuatro esquinas de la fortaleza, estaban estructuradas con cuatro torres en forma de castilleros, para posicionar cañones de bronce para defender la estructura contra cualquier invasión de cualquier tipo, en especial a los indígenas de Sillota y de otros lugares, en esa época de revolución.
La Fortaleza, como otras estructuras españolas de la época, tenía puertas y entradas para facilitar la salida de contingentes soldados, en este caso escuadras de tiradores para repeler cualquier sublevación.
“Era un castillo pequeño, más bajo que los castillos medievales, pero era un castillo de piedra (…) se supone que la Fortaleza no fue siempre así, sino un poco más alta con alamedas, con una capacidad de miles de soldados”.
1781
El día ocho de febrero de 1781, se congregaron frente a la Fortaleza, donde estuvieron acuartelados los milicianos, las madres, esposas e hijas, con armas en las manos; entonces Lita, hija de Sebastián Pagador, héroe de la Revolución del 10 Febrero, llegó primero al cuartel: “...y, llorosa, referirle lo que se decía en las calles, al tiempo que le entregaba alguna arma punzante. El arribo de otras mujeres... derivó en tumulto ante el que la guardia nada pudo”. (Torres, 1994:183)1
Entre las tropas que permanecían en la Fortaleza para defender la Villa de Oruro, se notaba voces anti-españolas en la compañía del capitán Clemente Menacho (Torres, 1994:183), la sublevación se llevaba a cabo en la noche.
De acuerdo al diario del cura mercedario Echeverría, contrario a los criollos, esa noche del 8 de febrero, Pagador se dirigió ante los milicianos y la gente que se encontraba afuera del cuartel con las siguientes palabras: “Amigos, Paysanos (sic) y compañeros: Estad ciertos que se intenta la más aleve traición contra nosotros por los chapetones; esta noticia acaba de impartírseme por mi hija. En ninguna ocasión podremos dar evidentes pruebas de nuestro honor y amor a la Patria, convirtiendo toda la humildad y rendimiento con que hasta aquí hemos sufrido la tiranía de los chapetones, en ira y furor para despedazarlos y acavar (sic) si es posible con esta maldita raza…”.
Esta frase que se dio en la Fortaleza, se constituiría en el futuro como la prueba para elevar a Sebastián Pagador como héroe de la Revolución, desmereciendo el papel de Jacinto Rodríguez, que fue cabecilla intelectual de los hechos del 10 de Febrero.
El 9 de febrero de 1781, un día antes de la revuelta, las tensiones aún se mantenían dentro de la población, los rumores de muerte de parte de los españoles contra algunos conjurados, como Jacinto Rodríguez, muy querido por los habitantes, “sembró” más la desconfianza.
La jornada fue dura para los familiares de los milicianos que se encontraban acuartelados y desarmados, dentro la Fortaleza, quienes les gritaban los rumores de masacre que realizarían los hispanos, contra los orureños.
En el cuartel existía desconcierto por lo que pasaba afuera, el teniente Nicolás Herrera iba gritando por las calles de Oruro la traición de los chapetones, al siguiente día los milicianos determinaron abandonar la Fortaleza, porque no les proporcionaron armas y por los rumores de morir sorpresivamente en manos de los chapetones, quienes también se encontraban acuartelados, pero en otra parte.
DESPUÉS
La suerte de semejante infraestructura militar hispánica, según el libro Polifonías II, publicado por la Carrera de Antropología, de la Universidad Técnica de Oruro (UTO), destaca la suerte de la Fortaleza de Oruro:
“Con la nueva República, la conformación de un ejército permanente y dejando de lado la presencia de las milicias para salvaguardar a las ciudades, la Fortaleza de Oruro, prácticamente queda en ruinas… la construcción del cuartel Camacho en 1900, que alojó a los conscriptos del Batallón Campero de 5ta línea, determinó la suerte final de la estructura colonial”.
Asimismo, “el lento avance del progreso determinó que por su cercanía con el boulevard del ferrocarril, los hoteles y la zona comercial próxima, generada por la llegada de productos y los grandes almacenes, que se iban creando en las inmediaciones de la calle Bolívar, llevaron al Concejo Municipal en 1903 a construir el actual Mercado Campero, siendo puesto a disposición en 1904, tal como hoy lo conocemos”.
González-Aramayo relató que después de la época de la Colonia, la Fortaleza fue ocupada por el barón del estaño, Mauricio Hoschild, como almacenes suyos, por su ubicación cerca a la estación de ferrocarriles.
Pero la suerte de este patrimonio de la Revolución de 1781, fue nuevamente destruido en 2010, tras un atentado en los almacenes de la Aduana Nacional, que provocó un incendio de magnitud, que obligó a las autoridades a derribar el muro que da a la calle Adolfo Mier, destruyendo parte de la arquitectura de esa época.
1 Cfr. Marcos Beltrán Ávila, Capítulos de la Historia Colonial de Oruro, 1925:247.
BIBLIOGRAFÍA
Carrera de Antropología; Oruro, 400 años en su historia, Polifonías II, 2006
CAJÍAS, de la Vega, Fernando; ORURO 1781: SUBLEVACIÓN INDÍGENA Y REBELIÓN CRIOLLA, 2004
Llanque Ferrufino, Etzhel Arturo; Aproximación Al Discurso de la Revolución Orureña del 10 de Febrero de 1781 (La revolución reflejada desde los pasquines de aquella época.)
REVISTA DE BUENOS AIRES - HISTORIA AMERICANA; Diario del tumulto acaecido en la Villa de Oruro en 10 de febrero de 1781 con motivo de la Sublevación de Túpac Amaru, escrito por un eclesiástico.
TORRES, Sejas Ángel ORURO EN SU HISTORIA, 1994.
Fuente: LA PATRIA
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