Cuanto más grande es tu cintura, más pequeño tu cerebro

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Bien conocidos son los muchos perjuicios que provoca en la salud la comida basura o ´fast food´. Lo que nadie había dicho era el daño que ésta provoca en nuestro cerebro, llegando incluso a reducirlo…

“Dime qué comes y te diré quién eres”, decía el gastrónomo Anthelme Brillat. Es cierto, la salud comienza por lo que comemos, a lo que desde luego hay que sumar la actitud mental positiva, el ejercicio, etcétera. Lo que no se sabía realmente, aunque se podía inferir, era que la alimentación podía afectar a nuestro cerebro.

Este estudio es importante porque se puede comprobar el daño terrible que pueden provocar alimentos como las hamburguesas, que pueden permanecer incorruptas durante un año. Ya se imaginarán la cantidad de conservantes y demás cosas presentes en ellas para poder durar un año sin descomponerse. Aunque tampoco nos pongamos más papistas que el papa, una hamburguesa de vez en cuando a nadie le viene mal...

El estudio consistió en mirar diferentes regiones del cerebro a través de resonancias magnéticas para analizar su contenido de agua y los niveles de fibrinógenos, una proteína relacionada con el nivel de inflamación. Y se llegó a la conclusión de que existe una correlación entre los niveles de fibrinógenos (inflamación) y los individuos obesos. Un hallazgo interesante -interesantísimo- es la relación entre los hábitos alimenticios de estas personas obesas -dietas altas en hamburguesas y comida rápida en general- y las zonas reducidas del cerebro.

¿Es definitiva la relación entre el alto consumo de estos alimentos y la reducción del tamaño de zonas cerebrales? Aún no. Podría ser coincidencia... El siguiente paso es ver o medir zonas cerebrales en personas normales y, pasados unos años, volver a medir los que hayan comido cantidades excesivas de hamburguesas o comida por el estilo, para confirmar o desechar lo que se sospecha.

Fuente: salud-yahoo