Viernes 04 de febrero de 2011

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Está latente el planteamiento que desde diferentes organizaciones nacionales se ha planteado al Gobierno Plurinacional para que analice y defina en tiempo perentorio la recuperación del Ferrocarril Boliviano, todavía en manos de Cruz Blanca, empresa chilena que explota los servicios pero no los amplía.
En repetidas oportunidades se habló del tema y se mencionó en Oruro la necesidad de disponer urgentes medidas para restablecer los servicios ferroviarios en el ramal Oruro – Cochabamba y viceversa al constituir tal reposición una acción de justicia frente al descalabro que significó su liquidación, dejando a muchas poblaciones intermedias sin su modo de vida diaria y más aún postergando indefinidamente el plan de unir vía ferroviaria el altiplano y el oriente, pasando por el valle y enfilando hacia Aiquile, como se sugirió con justificativos muy precisos que evidentemente significaban una inversión pero que daría en poco tiempo importantes dividendos.
Cuando se hace memoria de las condiciones en que se capitalizó la Empresa Nacional de Ferrocarriles, tema tratado con lujo de detalles por un experto en la materia, se demuestra que existió deliberado interés geopolítico por parte de Chile para tomar bajo su control el ferrocarril boliviano, que como se observa al presente cumple una tarea prioritaria de transporte de carga y en muy bajo porcentaje el servicio para pasajeros en determinadas rutas desde La Paz, hacia el Sur del país y con destino particular en estaciones chilenas, mientras que servicios tan reclamados como el de altiplano – valle están simplemente “archivados” pese a constantes reclamos de autoridades e instituciones.
Fuente: LA PATRIA