A propósito del rediseño curricular; una nueva estructura curricular en Derecho
02 feb 2011
Por: José Ramiro Atahuallpa Vía
Hoy más que nunca la universidad boliviana tiene un reto, ser parte del cambio o seguir siendo una institución sin razón de ser dentro nuestra sociedad. Y paradójicamente las facultades de Derecho del país, recién ven que son las más rezagadas en cuanto a su visión de país, es decir recién se cuestionan ¡para qué existen! Si hasta la fecha no han contribuido en nada en la construcción del Estado, al contrario, pareciera que su pasividad ha sido dolosa y reaccionaria. Recuérdese que el estado de cosas de una sociedad es el resultado de sus instituciones y de sus profesionales y veamos cómo está nuestra justicia, totalmente capturada.
Dentro ese contexto, la carrera de Derecho de la Universidad Técnica de Oruro, ha empezado un proceso de “rediseño” de su estructura curricular. Es decir, que la currícula es acorde para estos tiempos de cambio. Sin embargo, es necesario realizar un análisis o diagnóstico de la situación actual de todo el entorno que hace a la formación de los abogados, analizar no sólo la currícula, sino también los modelos didácticos, hasta la misma pedagogía de parte de los docentes, pero también su estructura administrativa harta burocrática; estos aspectos hacen que la carrera de Derecho mantenga ese estigma de ser reaccionaria clientelista - prebendalista y con altos niveles de rezago.
Hoy en día se practica una pedagogía “activa”, basada en la participación “activa” del estudiante, lo que algunos denominan “la educación significativa”, significa que hoy los alumnos ya nos son “receptores pasivos” de información, al contrario son ellos los que “construyen” el conocimiento, pero ¿cómo lograr esto? Para contextualizar un poco trataré de describir una clase rutinaria de Derecho. Los docentes, lo primero que hacen es dotarles de textos de la asignatura, sobre este texto base se llevan a cabo las clases magistrales, donde es el docente que lleva la palabra, hasta finalizar la clase, en ningún momento ha existido participación del alumno, por tanto no ha existido construcción de conocimiento. Algunos docentes, por no decir todos, indican que en Bolivia en materia de Derecho todo está hecho, y no hay nada que construir. ¡Claro como todas las leyes nos vinieron de afuera! Los abogados nunca han sentido la necesidad de construir leyes patriotas.
Y analizando la situación, es que la estructura curricular, sumada a ella la pedagogía y didácticas de los docentes de derecho están “diseñadas” para formar profesionales pasivos, instrumentalistas, clientelistas y nada éticos. En estas condiciones los estudiantes no serán capaces de debatir, participar y construir un conocimiento propio y nacional. Pues están siendo formados para ser pasivos, rutinarios y reproductores de lo ya instituido.
Cuando hablo de una pedagogía activa, me refiero a las formas de construir el conocimiento, y esto se logra con una didáctica “distinta y diferente” a lo rutinario, donde el docente es un mediador o facilitador del conocimiento, y el alumno participativo – activo, analiza y debate los temas. Un hecho que me preocupa de sobremanera es la forma de evaluación; Derecho mantiene una evaluación clásica y tradicional, se evalúa mediante exámenes escritos, trabajos prácticos que nunca son revisados, ¡claro! como todos los docentes tienen “n” de ocupaciones ¿Cuándo? Hacen su trabajo con ¡responsabilidad!, aparte de que en derecho es raro el docente que asiste con regularidad a clases; estas formas de evaluación forman alumnos memorísticos repetitivos y harto pasivos, hechos para la burocracia judicial.
Otro aspecto preocupante es el escaso nivel de lectura crítica, esto se debe en su gran parte a una ausencia de mecanismos de lectura crítica dentro toda la universidad, pero en especial en la carrera de Derecho; por ello las bibliotecas ahora son un adorno; como otro aspecto preocupante está la ausencia de participación, las clases en Derecho son monótonas y carentes de debate !claro¡ como la participación no se califica, los estudiantes hacen el mínimo esfuerzo por “cuestionar, indagar, inquirir o simplemente preguntar”.
Un aspecto que indigna es la prebenda y el nepotismo, para nadie es desconocido que la facultad de Derecho la “manejan” padres docentes e hijos; todo se maneja en familia. Esta nefasta situación debe terminar y es la sociedad la que debe encaminar procesos “transparentes” de selección de docentes y administrativos.
Para finalizar, esta indignación por un mero cambio de ropaje que intentan hacer en Derecho y que las cosas sigan tal como están y permanezcan incólumes, los estudiantes identificados con el verdadero cambio del Estado, pedimos a las autoridades y docentes intocables, despojarse de intereses y posiciones mezquinas o simplemente apartarse del proceso de rediseño; ya lo dije antes “la mentalidad rezagada nunca se abre al cambio, al contrario contagia y vuelve más reaccionaria a la gente joven”.
(*) Experto en Desarrollo Local y alumno de Derecho
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