Lunes 31 de enero de 2011
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Las enérgicas transformaciones de esta sociedad globalizada están dejando en claro un cambio total de políticas en juego, un cambio de paradigmas. Por ello, el ser humano vive rodeado de muchas circunstancias que constituyen la realidad crítica de éste en aras de lograr las metas del nuevo milenio que se tiene en adelante y, superar los fenómenos negativos que afectan la estructura de nuestra sociedad.
En el caso de la educación, el fracaso quizá fue a que las respuestas tienden a mantener y sostener una contemplación retrospectiva más que a innovar una propuesta prospectiva, expandir y replicar el modelo clásico de la escuela del siglo pasado neoliberal y colonizadora.
Las reformas educativas implantadas en nuestro país, carecían del apoyo granítico de las bases o actores sociales, del cual surgieron escenarios contradictorios frente a la aplicación de la reforma, cuyas reformas no fueron consensuadas ni mucho menos consultadas, circunstancias negativas provocó la desobediencia, rechazo y en algunos casos ocurrieron masificas protestas callejeras.
La educación es toda influencia que el ser humano recibe del ambiente social durante su existencia para adaptarse a nuevas normas y los valores sociales vigentes y aceptados, asimismo es desarrollado en la familia, en el hogar y en los grupos sociales de la sociedad, es un proceso sociocultural permanente, orientado a la formación integral de las personas, contribuye a socializar a nuevas generaciones y las prepara para que sean capaces de transformar, crear cultura y de asumir sus roles y responsabilidades como ciudadano, es una actividad formadora que consiste en enseñar, instruir, impartir conocimientos y las normas sobre el cómo debe comportarse con los demás o en la sociedad.
