Sufre el pueblo los efectos del “gasolinazo” derogado
31 ene 2011
Por: Edmundo Rocabado V.
Aunque el Gobierno de Evo Morales y su entorno palaciego afirman que el país está en jauja, no existe inflación y los precios de muchos artículos de consumo familiar bajan o se mantienen estables, como informó el Ministro de Economía, Arce, después de visitar algunos centros de abasto en la ciudad de La Paz, el grueso del pueblo sufre hambre por falta de comestibles y la constante elevación de precios producto del D.S. 0748, conocido también como el “gasolinazo”, aunque esta disposición fue anulada por la presión ciudadana.
Si bien aquel D.S. maldito duró apenas cinco días, provocó que la economía del país sufra terrible distorsión que hoy golpea las frágiles espaldas de los bolivianos, de aquella gente humilde que apenas tiene un salario mensual de 100 dólares, o de aquel hombre y mujer que no tiene sueldo y vive vendiendo chiflerías, lavando ropa, lustrando calzados y labores de peón por falta de una fuete laboral permanente.
Con el “gasolinazo”, aunque esa disposición se encuentre archivada en papel membretado del palacio Quemado, permanece en la sicosis del pueblo por las desacertadas declaraciones de una asambleísta del MAS y del mismo Vice Presidente, Álvaro García Linera, afirmando que el Gobierno tiene en mente elevar el precio de carburantes en 10% y están tomando equivalencias que realizan encuestas algunas empresas especializadas, motivando que casi el 5010 de la población se inclina sobre la necesidad de imponer nuevos precios al diesel y gasolina.
No puedo entender que un Gobierno rodeado de “expertos” en economía se arrimen a encuestas para tomar decisiones en el manejo del Estado, aspecto que demuestra que no existe capacidad para delinear, con absoluta solvencia, las políticas del país.
Aquellas declaraciones del Vice Presidente, García Linera y la asambleísta, ponen la tilde a un futuro “gasolinazo”, para que aumente la ocultación de diversos artículos, elevación de precios que comenzaron desde el pasado 27 de diciembre.
Junto a los anteriores antecedentes, el pueblo hace colas para conseguir un kilo de azúcar y arroz que distribuye Emapa, institución gubernamental que vende con precios subvencionados pero que también incrementaron sus ganancias aumentando los costos, haciendo desleal competencia a comerciantes instalados en diferentes centros de abasto, quienes prefirieron cerrar sus casetas para evitar saqueos, como ocurrió, recientemente, en la población de Llallagua, ubicada en la provincia Bustillos de Potosí, donde mineros cooperativistas y 7.000 campesinos de dos ayllus destrozaron puertas, ventanas y anaqueles para robar diversos artículos, sin que la policía intervenga, seguramente, por disposiciones superiores.
Dentro de la política de desaciertos del gobierno del MAS, la falta de azúcar, arroz, soya y maíz, obedece a restricciones que dispuso el Ejecutivo para la exportación de granos, obligando a los productores, principalmente el oriente boliviano, reducir la siembra. He ahí la falta de criterio de las autoridades nacionales que siempre tienen en mente liquidar a la iniciativa privada y perjudicar a miembros de las cámaras agropecuarias, como especie de venganza a regiones que son contestatarias a la política del MAS.
El Presidente Morales recordando en su mensaje a cinco años de gestión y primero del Estado Plurinacional, pidió acabar con “broncas” y aliarse al desarrollo del país apostando por la ejecución de megaproyectos en 2011, pero sin referirse al sufrimiento del pueblo por la falta de alimentos básicos y la escalada de precios, similares a la gestión de la UDP, la época negra de la inflación que casi termina con la estabilidad de nuestro país.
El Presidente muestra a la opinión internacional, afirmando que estamos en bonanza comprando un satélite con 300 millones de dólares y gastando a manos llenas ingentes cantidades de dinero para concentrar a miles de masistas en la plaza San Francisco de la ciudad de La Paz, festejando el primer año del Estado Plurinacional, y demostrar que tiene respaldo político; pero, ocultando la pobreza de bolivianos que no tienen espacio en la burocracia estatal que les permita subsistir.
La presencia en el Gobierno es para superar la crisis económica con seriedad y responsabilidad, no cometiendo bromas afirmando que recuperaremos Atacama, lapsus contestado con firmeza por el Presidente chileno, diciendo que aquel territorio es y será siempre de su país.
Consideramos que toda gestión gubernamental debe ser responsable, para que no nos califiquen que somos un país de payasadas, como nos tildó el escritor peruano Vargas Llosa, galardonado con el Premio Nobel de Literatura. (*) Periodista
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