Loading...
Invitado


Domingo 30 de enero de 2011

Portada Principal
Revista Dominical

El milagro de la Mamita del Socavón en tierras aztecas

30 ene 2011

Fuente: LA PATRIA

La mirada de la Virgen del Socavón nunca se olvida, es la luz de la Candelaria que guía a sus hijos por los socavones de la vida • Por Marco Antonio Flores Nogales - Periodista • México DF.-Especial para LA PATRIA.-

¿Fotos en alta resolución?, cámbiate a Premium...

Esta historia nace allá por el año 1995, cuando el médico orureño, Ivar Rocha, dejaba su natal Oruro y llegaba a México cargado de muchas ilusiones, pero también traía consigo una efigie de la Virgen del Socavón y como no podía ser de otra manera, ese mismo año fue consagrada en la basílica Nuestra Señora de Guadalupe.

Un año después, los esposos Hugo Domínguez y Estela Vázquez, boliviano y mexicana respectivamente, organizaron la segunda celebración del Carnaval de Oruro en Iztacalco DF, con una misa en la iglesia de la Santa Cruz.

Esta tradición se fue manteniendo por muchos años hasta la actualidad y ya hubo muchos pasantes; se fue mejorando la presentación de fraternidades tradicionales como morenos, diablos, tinkus y caporales, gracias al ímpetu y devoción de algunos compatriotas que organizaron la Confraternidad Boliviana Mexicana.

VIRGEN

Cuando la devoción se hace historia, nos cuenta sobre la bendición de la Virgen del Socavón, aquella Ck’achamoza a la cual muchos orureños y bolivianos le tienen una fe inquebrantable y por la cual bailan con devoción en el Carnaval, porque ella sabe de sus sufrimientos y alegrías.

Ocurrió un día cuando los morenos giraban con su paso cansino, los diablos saltaban alegres, los tinkus pisaban con fuerza el suelo y los caporales marcaban el paso al ritmo de los cascabeles. Eran danzarines bolivianos que viven en México y celebraban también el Carnaval de Oruro y bailaban por la Virgen del Socavón.

Muy cerca del lugar, en una casa, una joven se encontraba postrada en su cama debido a un cáncer terminal, sufría el padecimiento de la cruel enfermedad y clamaba por el encuentro con Dios, pero sin la tortura de aquel dolor que consumía su cuerpo desde hace mucho tiempo, pero aún no llegaba la hora fatal y su padecimiento era un martirio para su familia.

Su madre salió al encuentro de los bolivianos cuya columna era encabezada por la efigie de la Virgen del Socavón, a cuya devoción, los bolivianos se apoderaron de algunas calles del barrio de Iztacalco.

La madre agobiada pidió casi en tono desesperado que la Virgen del Socavón sea llevada a su casa, porque su hija quería verla y pedirle su bendición. La Virgen Morena fue llevada y la joven le pidió ir al encuentro de Dios, pero que ya no quería sufrir más.

Ese clamor de un descanso eterno y una muerte sin sufrimiento ocurrió pocas horas después.

Aquel acontecimiento de la Virgen del Socavón, a quien le atribuyeron el milagro o favor a la joven, para que pudiera descansar en paz y terminara su largo sufrimiento, ya era comentado por los vecinos.

Las voces decían que en la casa de la familia Domínguez, había una virgen boliviana, por la cual los bolivianos bailaban con mucha devoción y muchas personas agobiadas por enfermedades y problemas le ofrecían oraciones.

Hugo Domínguez, cuenta que hace muchos años tuvo un delicado diagnóstico médico, el cual no era muy alentador. Luego de acudir a la medicina, siempre habrá otra esperanza que nunca morirá y es la fe. Esa fe y devoción fueron depositas en la Virgen Morena.

Han pasado algunos años, Hugo Domínguez, cuenta esa anécdota con algo de nostalgia, pero su corazón vibra cuando habla de la Mamita y dice: “Ahora estoy bien, sino mírame”, haciendo referencia a su físico bonachón.

Otro caso es el de una niña mexicana que recién empezaba a conocer lo bello de este mundo, pero tuvo que pasar largas horas en un hospital, entre consultas y análisis. El diagnóstico no era de los mejores. La madre en su desesperación también acudió a la Virgen del Socavón, en un diálogo interno entre madres, le pidió por la salud de su hija. Tiempo después aquella mujer mexicana se vestía de China Supay y bailaba emocionada, con lágrimas en los ojos por devoción a la Virgen del Socavón, retribuyendo el favor o milagro a la “Ck’achamoza”.

MEXICO

Los compatriotas contaron a los mexicanos, la historia de la Virgen del Socavón, desde su aparición en el interior de una mina en el departamento de Oruro, y que por ella hombres disfrazados de diablos, que simplemente eran mineros, bailaban con mucha devoción y con el paso de los años el Carnaval de Oruro fue declarado como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.

No fue tarea fácil que los mexicanos asimilaran que los diablos bailen por la Virgen y mucho menos entren a una iglesia. Pero, ocurrió lo inexplicable, la Mamita no solamente se ganó el corazón de los bolivianos que no eran de Oruro y como era de esperar tenían fe a las vírgenes de Copacabana y Urkupiña que también son tradicionales en Bolivia, sino que también había nacido un cariño en los aztecas.

Y como esas historias, hay muchas de bolivianos y mexicanos que son muy íntimas, llenas de gratitud y devoción. Esa devoción que a miles de kilómetros en México se siente igual como si se estaría dentro de la Iglesia del Socavón en Oruro, pasando de rodillas, con los ojos fijos en la Mamita, y las lágrimas que no solamente mojan el rostro de aquellos hombres y mujeres, sino su alma misma.

Para quienes están lejos de la tierra, lejos de las montañas envejecidas por el tiempo y tuvieron la suerte de estar frente a ella, con nostalgia evocan que la mirada de la Virgen del Socavón nunca se olvida, es la luz de la Candelaria que guía a sus hijos por los socavones de la vida, para encontrar la paz con los primeros rayos de sol que salen en el alba.

Fuente: LA PATRIA
Para tus amigos: