Rómulo Bracamonte: “Nuestro deber salvar vidas y nuestra misión recoger noticias”

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Identificado por su característico bigote, largo y encorvado como pocos caballeros de nuestra época acostumbran usar, es Don Rómulo Bracamonte Mercado que por muchos años fue el responsable de recoger y escribir las noticias que nadie quisiera conocer, es decir aquellas crónicas policiales, describiendo asesinatos, robos, asaltos y accidentes; escenarios en los que trabajaba con el lema “salvar vidas es lo primero”. “Nuestro deber era salvar las vidas y nuestra misión era recoger las noticias”, cuenta.

Algunas veces, el periodista llegaba al lugar de los hechos antes que los policías y “no podía ver que la gente herida sufra, entonces había que ayudarlos”. No pocas veces las lágrimas rodaban por sus mejillas cuando en los accidentes de tránsito vio morir a las personas, “más me partía el alma ver a los niños heridos y minutos después morían”, narra.

Su incursión en radio le permitió trabajar en las radios Bolivia y San José, donde a iniciativa del director de la radio minera, Felipe De Nery Loayza, protagonizó la radionovela “Socavones de Angustia” que desde Oruro se difundió a nivel nacional.

Hijo de ferroviario, fue director por muchos años de radio “El Cóndor” la primera emisora ferroviaria del país. Años después y previa evaluación de los entonces ejecutivos Enrique Miralles Bonnecarrere y Cristóbal Molina se enroló a LA PATRIA.

Todavía joven su inclinación por la música lo llevó a formar parte del grupo “Fantasmas” como baterista.

Como todos los noveles periodistas de su época recuerda cómo debía desplazarse por las fuentes periodísticas llevando al hombro la grabadora de cinta que “parecía maleta”, muchas veces hacían la entrevista entre dos personas, una que sostenía la grabadora y otra el micrófono. Entre sus entrevistados célebres recuerda a Leonardo Favio, Los Iracundos y Pablito Ruiz, sin descontar dignatarios de Estado y misiones diplomáticas.

Recuerda que cuando le asignaban la cobertura de noticias en el área rural, junto a las autoridades, comunarios, dirigentes, incluso debían pasar los ríos en precarios pontones. Él confiesa que puede jactarse de haber sido una persona afortunada que gracias al periodismo conoció casi todos los rincones del departamento. Estuvo en las minas, en estaciones ferroviarias, pueblos muy recónditos que permanecen escondidos y donde al parecer no pasó el tiempo.

“Por ejemplo la mina La Chojlla, era un lujo, todo empedrado, no había grasas, ni piedras dispersas, todo un ejemplo de lo que debía haber sido nuestras minas”, narra.

CRÓNICAS

POLICIALES

Apasionado hombre de prensa, fundamentalmente para tratar temas policiales, luego de algunos años de trabajo en el matutino LA PATRIA, junto al entonces Jefe de Redacción, Humberto Cabezas Selaya, se impusieron el desafió de elaborar un suplemento policial, que en poco tiempo se constituyó en uno de los espacios periodísticos que identificaban al Subdecano de la Prensa Nacional.

En los años 90, el periodista Bracamonte, ya era considerado como un especialista en crónicas policiales, pues luego de dar nacimiento al suplemento policial fue el encargado de mantener por años la expectativa ciudadana cada miércoles y sábado para dar a conocer las “noticias chorreando sangre”.

A esa labor se sumó otro periodista, Wilfredo Navarro Amurrio, complemento ideal para la elaboración del suplemento, sin dejar de lado la misión del reporte gráfico Fidel Escalera, fiel escudero que acompañaba las jornadas de labor periodística, obteniendo las fotografías, años después se incorporó Reynaldo Bellota, también reportero gráfico.

“Me decían está chorreando sangre del suplemento, pero, teníamos que enfocar la noticia lo más atractiva posible, para motivar al lector. Orientábamos también a las autoridades, haciéndoles notar sus errores”, dice y recuerda que el primer logotipo que tuvo el suplemento policial, fue diseñado por Marcelo Miralles Iporre (actual gerente de LA PATRIA), probablemente inspirado en la personalidad de Bracamonte, pues en el gráfico se incorporó un detective con bigotes y una pipa. El dibujo muy parecido al autor del suplemento. “Quizá si se inspiraron en mí, si el gráfico tenía un parecido conmigo”, dice y se ríe.

Con orgullo y agradecimiento recuerda que los ejecutivos de LA PATRIA, Enrique Miralles y Cristóbal Molina, siempre acompañaban sus jornadas de trabajo, al extremo de viajar a lugares donde la noticia los necesitaba.

“En una ocasión viajamos por el lado de Cochabamba, al cerro Machu Sayary donde se estrelló un avión que llegó a Oruro y se accidentó al retornar. Nos decidimos a viajar, subimos al cerro y escuchamos un ruido fuerte, parecía que el avión caía sobre nosotros, pero levantamos la mirada y eran las aves de rapiña que se estaban comiendo a los cadáveres, era un cuadro dantesco. Vimos también cómo los campesinos se peleaban por los billetes que eran dispersados por el viento, pues en el avión se llevaba el dinero cobrado por la carne entregada en Oruro”, explicó.

Un sinsabor de la cobertura informativa vivieron a su retorno, las fotografías no llegaron a ser captadas, pues por un error en el cargado del rollo, éste quedó atorado en la máquina, “Don Enrique y Don Cristóbal querían morirse, salvamos con otras fotos que sacó Fidel a una maleta que trajimos para entregarla a la Policía conteniendo credenciales, armas y municiones. Eso nos salvó, comentó.

Entre sus entrevistas memorables recuerda una entrevista a un recluso de la cárcel de San Pedro en La Paz, conocido como el “Wacoto” que fue fusilado por la comisión del delito de violación y asesinato.

“Lo entrevisté y ni siquiera estaba publicando la nota y lo fusilaron” recuerda. Como otro mérito de LA PATRIA cuenta sobre un accidente en Machacamarca, cuando explotó un caldero tuvieron que sacar una edición especial y trabajaron fuera de horario.

“La rotoplana trabajó en el día y se rompió un record de impresión”, recuerda y mencionó que asistió a recoger la información de cientos de accidentes, muertos y heridos. “No sólo íbamos a cubrir la información, éramos parte de la actividad al ayudar a rescatar heridos, yo creo que esa es la misión primera, salvar vidas”, enfatizó.

Bracamonte fue ejecutivo del Sindicato de Trabajadores de la Prensa (STPO) y en 1992, en representación de Oruro, junto a Edmundo Rocabado Vásquez, Raúl Vásquez Gómez García y otros periodistas viajaron a un encuentro nacional , donde nació la Asociación Nacional de Periodistas.

DICTADURAS

Bracamonte que también tiene su parte en la historia que vivió Bolivia a través de las dictaduras, cuestiona la labor de los “perseguidos de antes que son los perseguidores de ahora”, es el caso del actual vocero de Gobierno, Iván Canelas.

“En aquellas épocas nosotros lo protegíamos en casas particulares o centros donde nos reuníamos. Eso él no se acuerda. Ahora nos persiguen con bronca, sin recordar las luchas enconadas que emprendimos en épocas de la dictadura. Deben respetar la libertad de prensa y expresión. Parecería que no quiere acordarse de esos pasajes. Ahora que vivimos en democracia estamos peor que en aquellas épocas, no hay periodista que no sea perseguido o amedrentado”, apuntó.

Hizo énfasis en manifestar que Evo Morales creció gracias a la labor de los periodistas. “Aunque no es de extrañar que todos los gobiernos consideren a los periodistas como sus enemigos. Cuando publicamos cosas reales parece que les molesta y comienzan a lanzar sus advertencias y amenazas, pero eso no nos debe amilanar hay que seguir peleando, la labor de prensa se debe respetar”, comentó.

Fuente: LA PATRIA