Jueves 27 de enero de 2011

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No se sabe si se trata de una suposición de los sacerdotes o una simple creencia popular, la que afirma que los animales no pueden pensar, por lo tanto no tienen alma. Su falta de raciocinio, tal como afirmó el doctor de la Iglesia san Agustín, lo destina para ser animal de matanza “El justo orden establecido por el Creador ha sido ajustado para que su vida y su muerte estén supeditadas a nuestro provecho”. Pero lo cierto es que la falta de sensatez de los doctores de la iglesia han convertido la tierra en un campo de batalla y un auténtico matadero.
La enseñanza de “san” Agustín nada tiene que ver con Cristo y el cristianismo. Desde hace más de 3.000 años Dios llama y advierte a través de Sus profetas. A través de Moisés Él nos dio el Mandamiento «No matarás» y a través de Isaías dijo: «Estoy harto de los carneros que quemáis en holocausto como sacrificio y de la grasa de vuestros bueyes». También a través de Jeremías «Vuestros holocaustos no me complacen. Vuestras matanzas de sacrificio no me son gratas».