Oruro no escapa a los efectos nocivos del calentamiento global

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Si usted siente temperaturas elevadas, para nada frecuentes en nuestra región, es por la sencilla razón que Oruro no escapa a las emisiones de efecto invernadero, que provocan el calentamiento global. A pesar que no nos constituimos en potenciales causantes de este fenómeno, no podemos soslayar nuestra responsabilidad de tratar de revertir estos terribles resultados, que se los puede evidenciar en cada punto de nuestro planeta tierra.

Los datos, están ahí, fríos, no mienten, y manifiestan que el pasado 2010, en el planeta, fue el segundo más caluroso desde 1998 en los registros de temperatura existentes desde 1850, claro está Oruro no escapa a esta realidad.

Estos informes mostraron que todos los años de la última década, a excepción de uno, se encontraban entre los 10 más cálidos desde 1850, destacando una tendencia al calentamiento vinculada a la emisión humana de gases de efecto invernadero, según datos de la agencia Reuters.

A nivel nacional, la incidencia tampoco es significativa, respecto a las emisiones que causan el calentamiento global (su aporte es del 0,03%-según datos de la ONG WWF for a living planet), sino contrariamente los ejecutores de este descalabro planetario son explícitamente los países altamente industrializados, que deberían compensar a los países de bajas emisiones de gases de efecto invernadero por estos desastres.

La lucha global contra el cambio climático sufrió un revés tras la crisis financiera, disminuyendo las finanzas para proyectos de energía renovable y afectando el impulso de los esfuerzos por acordar un nuevo acuerdo climático que suceda al Protocolo de Kioto en el 2013.

Sin embargo, las cumbres internacionales que tratan estos temas, como la reciente desarrollada en México, son aparentemente escenarios propicios para encontrar soluciones duraderas y sostenibles, pero se convierten en simples cortinas de humo y tristes teatralizaciones de los poderosos hacia los denominados “tercermundistas”.

Pero esto no significa que el país y el departamento no compartan responsabilidades, por ejemplo al no evitar la creciente deforestación y permitir la quemas de extensas regiones, como sucede cada año, principalmente en las regiones oriental y valluna del país.

Bolivia contribuye al cambio climático mundial con aproximadamente 0,03%, mayormente debido a la deforestación. El 2010 la deforestación en Bolivia avanzó a un ritmo de más de 280.000 hectáreas, situación terrible, pues el humo junto con el viento se dirigió a lugares que en el país, por sus características no realizan los famosos “chaqueos”, producidos principalmente por prácticas no sostenibles respecto a actividades agropecuarias, madereras, mineras, petroleras y asentamientos humanos.

Recalcamos Oruro, no escapa de esta cruel realidad y las autoridades departamentales y municipales deben tomar muy en serio la necesidad de realizar permanentes y sostenidas campañas de arborización, para fortalecer los pulmones de nuestra casa, el planeta tierra.

Fuente: LA PATRIA