No es desconocido el poder que tiene el contrabando para neutralizar la acción y el control de los organismos aduaneros y llegar a destino con camiones de alto tonelaje cargados de voluminosa y variada carga.
Una confesión del comandante del Control Operativo Aduanero (COA) muestra el problema “gordiano” del asunto y es que la Aduana, como tal, no puede pagar lo que se constituiría en un salario antisoborno, por tanto el poco personal de la unidad policial de aduana está sujeto a la tentación que implica no ver ni escuchar nada de nada cuando se trata de ejercer control sobre el nutrido movimiento de contrabandistas.
Los bajos salarios que se paga a los efectivos policiales en general, excepto los que corresponden a la plana mayor, abren esa posibilidad de buscar y encontrar compensación a una tarea difícil y además peligrosa, como la que cumplen los policías “de base” y especialmente los que son parte del COA.
Los contrabandistas se dan modos para relacionarse con los “coas” y arreglar, según se dice, las operaciones y tránsito de los camiones de carga que deben sortear algunos retenes donde se dispuso el control aduanero. El jefe policial habló de un “permanente acoso” de los contrabandistas sobre sus efectivos que controlan las fronteras, admitiendo que el “poder ilícito” es muy fuerte y difícil de combatirlo.
Varios planes puestos en práctica con la intención de erradicar el contrabando han quedado simplemente en cero. Menos mal que ahora se reconocen las falencias de la Aduana y se pretende corregir los errores de siempre para enfrentar de veras al poder de los contrabandistas que como ya lo dijimos en repetidas ocasiones está por encima de los limitados pertrechos con que cuenta nuestra entidad de lucha contra el contrabando.
La Aduana tiene un reducido número de vehículos, poco personal, casi desprovisto de lo más elemental, armamento y medios de comunicación, inclusive faltan uniformes de protección. Para no enumerar caso por caso los contrabandistas sino triplican, posiblemente cuadruplican el número de gente en movimiento, la posesión de equipos de comunicación y de movilidades de control, fuera de las caravanas de transporte de mercadería.
Para combatir el contrabando hace falta invertir la numerología del presente, hay que mejorar los salarios policiales, facilitarles una buena dotación de prendas especiales, incluyendo chalecos antibalas, armamento apropiado, equipos modernos de comunicación y suficiente número de movilidades acondicionadas para las sacrificadas tareas de enfrentar la ilegalidad sin el peligro de caer en la tentación del soborno.
Por supuesto que tan difícil misión no puede dejarse en manos de un reducido grupo de policías pertenecientes al COA, esa unidad debe ser reforzada con más efectivos pero indudablemente la tarea de apoyo logístico, la presencia de efectivos militares desplazados a las fronteras y posesionados en unidades debidamente implementadas permitirá enfrentar al flagelo del contrabando.
Es un proyecto que demorará algún tiempo pero que debe ejecutarse porque es la única manera de enfrentar la ilegalidad que hace millonarios a unos pocos y genera en la misma proporción una (millonaria) evasión impositiva que le hace daño a la economía nacional.
Fuente: LA PATRIA
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