Luis Toro M. y las pinturas del teatro Palais Concert de Oruro

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Este artista ecuatoriano muy ligado al arte boliviano nació en la ciudad de Ibarra el año 1890 y falleció en Cuenca el año 1957 a la edad de los 67 años.

Fue profesor y director de la Escuela de Bellas Artes de Cuenca y fundó la Academia de Pintura “Remigio Crespo Toral”.

Llegó a Bolivia en 1916, estuvo en las ciudades de Sucre, Potosí, La Paz y Oruro, muy ligado a entidades de arte de Bolivia, como el Movimiento Cultural “Gesta Bárbara” de Potosí, donde en 1920 alentó una serie de movimientos pictórico literarios, junto al escritor Carlos Medinaceli y doña María Gutiérrez, en el local “Cafetín con Gramófono” donde al son de música selecta, se desarrollaban tertulias con temas de arte y cultura por lo que figura en la “Antología de la Revista Gesta Bárbara (1918-1920), prologado por doña Aurora Valda de Viaña.

En 1922 funda una Academia de Pintura en la misma ciudad de La Paz alcanzando un relativo éxito y paralelamente a esta actividad ingresa al Círculo de Bellas Artes como Dibujante.

Luego de su estadía en Bolivia retorna a su país, angustiado por problemas personales y se aloja en la Casa Temperancia (Hoy Museo Municipal de Arte Moderno) y fallece en el Hospital Civil de Cuenca el año 1957.

En Oruro, a instancias del señor Juan F. Luzio, procedió a decorar los interiores del Teatro Palais Concert, cuya estructura principal fue ejecutada por el Ingeniero Italiano José Cosani y la ornamentación de la fachada por el escultor Marcelino Ramírez Villacorta.

En el interior de este recinto se encuentran seis paños (murales), verticales, enmarcados con molduras terminado en zarcillos angulares de acanto, constituyendo un todo armónico estético.

Ahora describiremos brevemente las características de estos murales:

1.- En el cuadro del lado derecho dentro de una especie de guirnalda, se encuentra en retrato del músico italiano Giussepe Verdi.

Inferiormente se aprecia una alegoría en cuya parte inferior se figura un rosal de flores amarillas y un incensario de bronce, ornamentado en relieve con dos querubines, de donde emergen volutas de humo, formando una figura femenina o musa, que toca un instrumento musical, sostenida por querubines.

2.- En el segundo cuadro, se encuentra en el medallón Tomas Alba Edison, inventor del fonógrafo.

En el espacio o cielo se encuentran cuatro querubines; uno sosteniendo una cámara proyectora y los otros dos, sostienen un écran, donde se proyecta un pasaje con una escena del beso.

Lo curioso es que de esta cámara, pende un cable sostenido por un querubín y que en su serpentear forma la palabra “Elena”. Se asegura que el pintor, en su estadía en Oruro, se enamoró de una bella dama cuyo nombre era Elena Vidaurre, a quien habría dedicado esta escena.

3.- En el tercer cuadro de la derecha, se encuentra el poeta nicaragüense a Rubén Darío.

En la parte central, se puede apreciar, sobre un paisaje andino muy colorido, una tierna escena de una familia indígena en donde la madre sentada amamanta a su hijo ante la mirada de su padre; a los pies de la madre se encuentra un querubín clásico tocando una lira.

Conforme a mis deducciones personales Toro Moreno pudo haber sido un condiscípulo del maestro potosino Cecilio Guzmán de Rojas, quien inició en nuestro país el estilo indigenista, lo que llama la atención de la época

4.- En la guirnalda del cuadro de la izquierda se observa al genial músico Beethoven.

Se puede apreciar en su alegoría un incienciario de bronce al medio de rosas blanquecinas, de donde emerge humo blanco formando una figura semidesnuda o musa, muy clásica en su pose, formando un ritmo ondulante muy exquisito.

5.- En el segundo paño de la izquierda en un medallón apreciamos el retrato de Pavlova, famosa bailarina de ballet rusa.

Sobre un paisaje muy clásico se encuentra en un jardín entre rosas y vegetaciones, una danzarina y un busto sobre un pedestal, que representa a un dios mitológico y donde la bailarina ofrece un racimo de uvas.

6.- En la guirnalda de este paño encontramos a Luis de Góngora, (?) escritor y dramaturgo español.

Este cuadro se característica por su dramatismo, en el fondo del cielo, entre nubes grises y tules, emerge una figura femenina semidesnuda y como entre sueños es sostenida entre sus brazos por una figura masculina, formando una escena muy romántica

En la parte inferior de este acto se localiza la muerte con su guadaña y parece esperar el final de este acto de amor. Completa esta conmovedora escena los movimientos de las olas del mar turbulento.

Finalmente en la parte inferior derecha figura la firma de Luis Toro Moreno y la fecha de 1920.

Indudablemente, este mural realizado con la técnica al óleo tiene características muy peculiares especialmente por su simbología, pero también tiene un alto valor compositivo artístico y que actualmente se encuentra en proceso de deterioro debiendo ser sometido a una intervención de conservación y si es necesario a una restauración, para evitar su paulatina destrucción.

Fuente: LA PATRIA