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Domingo 16 de enero de 2011

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Revista Dominical

Año Nuevo: Nuevas autoridades en el Ayllu

16 ene 2011

Fuente: LA PATRIA

Por: Donato Ayma Rojas

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Después de cada Año Nuevo, en las ciudades la primera quincena del mes de enero, se puede observar en las calles y las plazas, a las nuevas autoridades en pequeños grupos vestidos de ponchos y aguayos, muchos de ellos vienen a realizar alguna gestión para su comunidad y al mismo tiempo aprovechan para visitar a las autoridades departamentales y gubernamentales.

Dentro la organización social del mundo aymara, en las markas en la región del altiplano, cada Año Nuevo (gregoriano), el 1 de enero, se realizan la transmisión de mando de la primera autoridad del ayllu o cambio de autoridades originarias, más conocido como el tata y mama jilaqata o el tata mallku y mama mallku, dependiendo según las costumbres de cada marka. Las nuevas autoridades del ayllu, asumen el mando junto a su esposa, en presencia de la comunidad (kumun wawa qallu), vestidos de poncho y aguayo, ambas parejas cargados de hermosos aguayos, con chicote y bastón de mando en el brazo, la ch’uspa y el tari, son símbolos de autoridad originaria. En este escenario, se puede observar la lógica aymara de chachawarmi, en el saludo de ambos, en los diferentes ritos y coordinación mutua en todas las decisiones de pareja en la administración del ayllu

GOBIERNO COMUNITARIO DEL AYLLU

El sistema de gobierno del ayllu, viene desde más antes de la República, que actualmente la organización social está administrada por una pareja de autoridades originarias, salidos de su comunidad con todas las costumbres y ritos ceremoniales, íntegramente al servicio de la comunidad, que administra el ayllu, periódicamente se convoca al Cabildo es la asamblea del Ayllu, para reunirse con sus pobladores de su administración territorial.

La primera autoridad del Ayllu junto a su esposa, a partir de su asunción queda al mando de las comunidades (kumun wawa qallu) con todas las facultades según sus usos y costumbres. En el mundo aymara, en otros ayllus, asumen el mando de la jilaqatura, la última semana de junio (Año Nuevo aymara), con las mismas características ceremoniales y rituales. La ceremonia central se realiza en el centro “taypi” del pueblo “Tayka Marka”, en ambas circunstancias, sean estas el 1 de enero o el 21 de junio respectivamente.

Las autoridades originarias, desde el momento que asume el mando del gobierno del ayllu, está completamente al servicio de la comunidad, velando el bienestar de la familia “suma qamañataki”, principalmente en la producción agrícola y la procreación de la ganadería, como el único medio económico que tiene la comunidad, por eso esperan buen año agrícola en su gestión.

En salud, si por algún caso, si se presentara alguna epidemia “qhapaxa” en la comunidad, acuden inmediatamente a algún anciano “yatiri” conocedor en estos casos, para despedir de la comunidad esa enfermedad con un rito de una “wilancha” de un cordero y una “mesa preparada” adornadas con lanas de color y dulces, siempre acompañada de un poco de alcohol, llevan al camino troncal “tupu thakhi”. Una vez cumplido el rito sobre el camino, simbólicamente se dice que están alejando la epidemia que ha azotado la comunidad dejando varias bajas principalmente en los niños. En este caso, el yatiri como sabio es el intermediador con los dioses de la naturaleza, como puente para hacer pasar al otro lado. Esta práctica, en los últimos tiempos ya no se escucha, porque la ciencia médica ya ha llegado hasta las comunidades rurales. En todo caso, la autoridad originaria tiene uno de sus funciones de velar el bienestar social y económico, la salud y la educación de sus pobladores.

LA SILLA

Para llegar a la silla de la jilaqatura, antiguamente se cumplían varios servicios sociales dentro la comunidad, dando los primeros pasos, como para subir las gradas, paso por paso, hasta alcanzar automáticamente la investidura de la primera autoridad del ayllu. Sin embargo, hasta los finales del pasado siglo XX, este proceso desaparece en el ayllu. Hoy en los últimos tiempos, se ha implantado el sistema de rotación de autoridades originarias, por ejemplo en un determinado ayllu, hay varias comunidades, de las cuales hacen rotan anualmente la giratoria en forma circular, de izquierda a derecha, para asumir el cargo de la jilaqatura.

El servicio de la autoridad originaria es completamente gratuito, durante todo el año, asume su función plenamente al servicio de las comunidades, velando como padre y madre a sus hijos “wawa qallunaka” son los pobladores de la comunidad. En las diferentes comunidades y markas, la denominación de las autoridades originarias, defieren de una marka a otra, en algunos lugares se las conoce como: tamani, awatiri, marani awki, jilaqata, mallku, jilanqu, etc. El término de secretario general, es más frecuente en algunas comunidades rurales del departamento de La Paz, también llevan poncho y chicote, la autoridad que administra la comunidad. Los ayllus de Jesús de Machaca, tienen su propia particularidad en sus usos y costumbres, las nuevas autoridades originarias de los ayllus de arax suxta y aynach suxta, los mallku awkis y mallku taykas de Machaca; de la misma manera los ayllus de San Andrés de Machaca entre otras en la provincia Ingavi.

MARA THAKHI

En la lógica aymara, el thakhi o sara, es el camino a recorrer del tata jilaqata o el mallku, como autoridad del ayllu, en medio “taypi” del patio, alcanza una “dulce mesa o q’uwa mesa” a la “pachamama”, que acompaña la challa con el “pusi suyu” el alcohol puro, esparciendo las cuatro esquinas, como una forma de pedir protección a la naturaleza, al “kamana kasita” que todo le vaya bien durante su gestión. Kamana kawiltu, es la oficina principal del tata jilaqata.

MUYTA

Las nuevas autoridades originarias, después de asumir el mando del ayllu, cada 1 de enero ó 24 de junio (año nuevo aymara), después de cumplir los ritos ceremoniales en las pukaras, marka qullus, según sus usos y costumbres, no falta la ch’alla y el pijcheo de la coca, para cada elemento, con el deseo y esperanza que en su gestión sea lo mejor la economía del ayllu, eso quiere decir que haya buena producción agrícola, pastos y forrajes para sus animales, además evitando que se produzcan cambios bruscos de temperatura, protegiendo así de las heladas, sequía y granizadas, son los fenómenos que dañan la producción agrícola.

La muyta consiste es salir a visitar casa por casa, a todas las familias en las comunidades del ayllu, este comienza en el taypi, generalmente la primera semana del mes de enero, como nuevas autoridades inician una gira con una wilancha de un cordero, para que todo, le vaya bien en toda la muyta, ahí la acompañan algunos familiares más cercanos formando una pequeña comitiva, cumpliendo así la primera actividad el recorrido que abarcará una semana, dos semanas dependiendo el tamaño del ayllu. En este recorrido, las nuevas autoridades se presentan personalmente como primera autoridad del ayllu o como awatiri, esta es como una forma de alentar, recomendar y exigir el trabajo dentro la familia.

El tata y el mama jilaqata, anuncian su llegada haciendo ulular el pututu antes de llegar a la casa de una familia. Entre tanto, la gente ya sabe que la primera semana de enero, cualquier momento puede llegar el tata jilaqata, por lo tanto la familia está pendiente de la visita de las autoridades, muchas veces preparados para recibirlos a sus autoridades en el patio principal de la casa kaman kawiltu, donde hay una mesa de piedra empotrada en tierra y sus asientos tendidos de chusi (tejido).

El tata jilaqata junto su esposa, sentados en mesa se presentan expresándose con énfasis: “Wawa qallu, wawa qallu wawita, jichha maratak awatirix nayatwa uñt’asxapxitaya; después de presentarse, pide a la familia qué trabajos han realizado: kawkis qaputa, kawkis sawuta, kawkis yapu yapuchata, kawkis uywa mirayata. Después de exigir los trabajos, hace una recomendación y pregunta cómo están viviendo: Wawa qallu wawita walikti qamasiskapxta. Janiw uru kam ikiñati, janiw jayrasiñati, irnaqañawa wawanakataki (…). (Propia investigación de campo, Ayma, 1980)

Al pedido de las autoridades, la familia les muestra los hilados, ovillos, tejidos, trenzado de sogas, sembradíos y otros. Los niños y las niñas, no se quedan atrás, traen también para mostrar los hilados y trenzados que han podido hacer.

En ese momento, las palabras del tata y mama jilaqata, son muy importantes, para la unidad de la familia. En su visita, estas autoridades invita un manojo de coca a cada uno, a los niños algunos dulces, y se los ch’alla para el bienestar de la familia. Después de concluir la visita, se despiden para continuar su recorrido visitando a otras familias. Muchas veces, el ayllu territorialmente es grande, las casas son muy dispersas, antiguamente tenían que caminar a pie o montados en mulas, donde se tardaba hasta un mes, si el ayllu es grande. En este trayecto, encuentra la casa está vacía, entonces como símbolo de visita en la puerta de entrada, deja un manojo de coca tapada con una pequeña piedra plana o con pedazo de k’analla, como signo que visitó el jilaqata.

Al mismo tiempo, este recorrido “muyta”, es oportuno verificar los límites inter ayllus, los mojones son promontorios de piedra. Donde se sientan unos minutos a modo de descansar, pijchean la coca, ch’allan con alcohol, es el momento donde divisan objetivamente en el mismo terreno la parte de los límites.

Después de varios días de recorrido, finalmente termina la “muyta” en el mismo lugar de partida taypi centro, como símbolo de buena llegada y agradecimiento a la naturaleza, alcanza una mesa y wilancha de un cordero, la ch’alla respectiva por haber cumplido la primera actividad. Ahora en estos tiempos, tiempos la “muyta” lo hacen en menor tiempo, haciendo uso de la bicicleta o en motocicleta.

EL CABILDO

El Cabildo del ayllu, como el acto central y ritual más importante, es el escenario donde se discuten los problemas y necesidades, planean propuestas y actividades sociales y económicas, el tata y mama jilaqata escuchan atentamente los planteamientos de la comunidad, la intercomunicación todo es en aymara. En todo caso, es el centro “taypi” como el ombligo del ayllu, está abierto para conocer, escuchar y resolver los problemas internos que hubiera en la comunidad. Muchas veces presentan quejas de tipo familiar, problemas vecinales por daños ocasionados por los animales a los pastizales y los sembradíos, etc. Este tipo de quejas es común, que se puede escuchar.

Una vez instalada el Cabildo del Ayllu, las autoridades originarias toman asiento en la mesa instalada en medio del patio, en el centro el tata jilaqata en ejercicio, vestido de poncho, en ambos lados acompañan las futuras autoridades originarias, del año siguiente y del subsiguiente, conocidos como (machaqa y lluxchi), igual vestidos de poncho, también en ambos lados están sentados los ancianos y ex-jilaqatas, es la presentación de autoridades originarias; en la mesa no falta el aguardiente (bebida) en botella, la coca y las flores de clavel y sak’a, además un pequeño baúl de madera, para recaudar la contribución territorial, cada familia de la comunidad anualmente paga por sus sayañas, conocida como la tasa.

La mama jilaqata, esposa del tata jilaqata, también sentada en el suelo entre las mujeres en el medio, sobre un phullu tendido, que sirve de mesa, puesta de un hermoso aguayo y cargado; acompañan de ambos lados las esposas de los futuros tata jilaqatas del año siguiente y subsiguiente, además las “ancianas” mama pasados, todas llevan su tari de coca. Son dos mesas diferentes, el primero para los varones y el segundo de las mujeres en el suelo, sentados en el mismo orden. Aquí, se puede observar un desequilibrio, las autoridades varones en una mesa, esta sea de piedra o madera, con asientos de chusi y mientras las autoridades mujeres sentados en el suelo sobre un tendido de phullu, que sirve de mesa, pero las decisiones son equitativas.

La comunidad o markachiri, se encuentran ubicados de pie o sentados en el suelo, para escuchar a las autoridades. Una vez instalado el Cabildo, la primera autoridad del ayllu saca su lluqu y ch’alla con alcohol a las deidades de la naturaleza, que todo salga bien, y dando la bienvenida en aymara a todos y a todas, en esta oportunidad hace conocer su plan de trabajo, pidiendo que todos participen en el mejoramiento de los caminos, trabajos comunitarios aplicando el sistema ayni, además informa sobre algunas gestiones que ha emprendido para su gestión. Su preocupación del tata y mama jilaqata, es el bienestar de la comunidad, con la esperanza que haya buena cosecha en la producción agrícola, que no haya ninguna epidemia para los niños y niñas, exige trabajo, solidaridad y respeto mutuo en cada familia.

Fuente: LA PATRIA
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