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Domingo 16 de enero de 2011

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Revista Dominical

Qué es el racismo

16 ene 2011

Fuente: La Habana, 14 (EFE).-

Por: Vicente González Aramayo Zuleta

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Abogado, escritor nacional Miembro de Número de la Academia de Ciencias Jurídicas; ex catedrático de Teoría del Estado de las facultades de Derecho y de Economía- de la Universidad Técnica de Oruro.

El racismo es una doctrina, igual que el socialismo, el comunismo, el fascismo, el nazismo, capitalismo, y cuantos “ismos” se conocen como tratados de algo, gravita en lo subjetivo y corresponde a la parte metafísica de la filosofía. Consecuentemente, pueden existir individuos completamente racistas, pero no demostrarlo nunca, es decir, no objetivar ese sentimiento, En otras palabras, no atacar al prójimo con actitudes y palabras degradantes que muestren claramente el criterio de superioridad que cree tener el racista...

Existen otros fenómenos de la conciencia humana que tienen esa misma posición. La envidia por ejemplo, es otro fenómeno metafísico, por el que, si existe envidia en un individuo, y si éste jamás levanta un dedo o profiere un insulto contra quien envidia, es como si no existiera. Sólo por dentro se carcome el envidioso.

Siendo el racismo una doctrina metafísica no se puede saber quiénes son racistas. ¿Habría que esperar que lo demuestren con sus actos? Puede que no lo hagan nunca y siempre en sus conciencias se fermenten odio por causa de ese sentimiento racista y desfoguen ese odio contra el que creen inferior racialmente, en otra forma de conducta.

Una ley debería esperar esa manifestación que nunca puede darse y quedaría esa ley sin aplicación. Los encargados de hacer cumplir una ley semejante no pueden caminar detrás de los individuos como la Inquisición, para olfatear si son racistas, ni entrar a su casas, ni poner espías, o colocar micrófonos en las casas para saber quién es racista. ¿O se podría castigar el pensamiento, o la sola palabra...? Si alguien dijera “yo soy racista”, mientras no haga daño a nadie de palabra siquiera, ¿podrá ser sancionado? No pues. En suma, la sanción correspondería cuando el racista exteriorizara su sentimiento ofendiendo, menospreciando o ultrajando a otros desde el punto de vista racista.

Aun aquel comentarista de televisión, en Santa Cruz, un pelón y coprolálico, de nombre Valverde, cuyo único defecto es faltarle groseramente respeto al televidente con ese lenguaje selecto, no tiene la actitud ni conducta racistas, en cambio el que vierte la frase “indio cruce de piedra y llama”, como lo dijo, o dijeron otros, refiriéndose a los originarios del occidente, es, o son simplemente imbéciles congénitos, y serían entonces pasibles a las sanciones que dispone esa ley... ¿No saben acaso que los imperios quechua y kolla han sido grandes civilizaciones, que los “civilizados” europeos, blancos, de ojos verdes, o celestes se encargaron de destruirlos?

Tengo ahora la oportunidad de aclarar algo: en la cátedra de Ciencia Política, o Teoría del Estado que me honra haberla dictado en las facultades de Derecho y de Economía, desde un comienzo y, consta también en mi libro de esa materia, y el testimonio de varios miles de alumnos universitarios que les aclaraba que no existían razas superiores ni inferiores, que lo de las razas superiores eran un mito de los belicistas alemanes, porque todos éramos iguales, de modo que para ser racista alguien, no necesitaba estar imbuido de factores ideológicos profundos; por el contrario, simplemente debe ser ignorante, poco instruido, o analfabeto.

Un hombre de elevada cultura no puede ser racista y si alguna vez lo fue, su ilustración le ha ensanchado el cerebro de modo que ya no pueden caber en él, ideas retrógradas, y porque ese cerebro ya no puede volver a su antigua estrechez, pero, sin embargo, si existiera gente que creyéndose civilizada es ostensiblemente racista y, a veces en pugna contra sí mismo, seguramente debe asumir una posición singular, llevado de grandes intereses económicos o geopolíticos.

Algunos analistas opinan también que es probable que los alemanes, altamente civilizados, hayan creído realmente que existen razas inferiores. Los nazis alemanes, buscaron el pretexto del racismo para invadir a sangre y fuego a los pueblos. Sostenían que ellos eran arios puros, que no existían en su sangre plasmas extraños. Su geopolitismo estaba basado en la necesidad de espacio vital, bajo el aforismo de que “las razas superiores (o sea ellos) no pueden vivir como las ratas… que deben invadir la tierra que necesiten…”

La doctrina geopolítica de los racistas alemanes se funda en que ellos son la raza superior y provinieron de la raza Thule, originada en el Ártico, de piel blanca, color nieve y ojos tan celestes como el cielo, y formaron esas primeras sociedades con Eckardt, Rossenberg, Hess y otros.

Según el analista Anglebert, en su libro Hitler y la tradición Cátara donde concibieron el propósito de tomar el poder del mundo y eliminar a todos los “seres inferiores”, y quedar sólo ellos, como los preferidos de los dioses de Walhalla. Entonces los que condujeron en adelante la doctrina racista fueron Hausshoffer y Helmut Kjellen, Rudolf Hess participó en la segunda guerra mundial. Es posible que desde entonces la doctrina racista haya influido entre la milicia castrense de los pueblos, no obstante desde antiguo existe la estratocracia (estrato social clasificado por los sociólogos que estudian el poder).

Anglebert y otros sostienen que la doctrina generada en la sociedad Thule, tenía otra finalidad, no la racista. Tenía el propósito de la superación de todos los hombres, no de una sola elite. Pero una secta de ellos, devenida en el imperio alemán, tomó las prácticas de esa doctrina para generar el poder del dominio que finalmente condujo a la gran conflagración.

Los racistas del Ku Klux Klan, en los Estados Unidos, basan su doctrina en principios de orden religioso oscuro y de odio criminal, y rezan diariamente su tautológica e increíble evocación a Dios bajo esta frase: “Señor, ayúdanos a hacer desaparecer al negro de la faz de la Tierra antes que sea demasiado tarde” y no obstante a que han habido adelantos sobre derechos civiles y otros a favor de los negros, el racismo existe en el ciudadano rubio norteamericano. Odio a los latinoamericanos más aún que a los negros, en algunos casos.

Muchos no saben que el ídolo de cine John Wayne, era insoportable, su desprecio por los latinos era ya clínico. Refieren que cuando viajaba en avión, compraba los asientos de sus cuatro lados, por sí tuvieran que ir a ellos alguno o algunos latinoamericanos. Cuando el poderoso país del Norte invade Viet Nam, Iraq y Afganistán, la mayor parte de soldados reclutados son latinoamericanos y negros. La idea bien clara de eso, es disminuir su número. Esta es una medida racista, nazi- fascista. Incluso bolivianos se han prestado a ello, y no por alguna ideología, sino vulgarmente por dinero.

Fuente: La Habana, 14 (EFE).-
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