Sábado 15 de enero de 2011
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El pueblo incaico alcanzó un gran desarrollo moral merced a las normas y leyes que regían sus relaciones sociales, preceptos que se transmitían generalmente de padres a hijos, es decir mediante la educación informal.
De ese modo se pudo construir una sociedad casi perfecta, donde no existía el robo, los crímenes, la ociosidad, la mentira, la pobreza y la mendicidad. Formas de vida, que según dicen los historiadores fue destruida por la ambición de los españoles, quienes trajeron consigo sus tras inmortales.
Dicen que la sociedad incaica se distinguió por el respeto mutuo entre sus miembros, el trabajo comunitario y la justicia de sus leyes que se traducían en el bienestar común.
Tenían muchas leyes leyes, pero en las principales que es llevaron bienestar y tranquilidad tenemos las siguientes:
• Ama Llulla = No seas mentiroso,
• Ama Sua= No seas ladrón,
• Ama Quella = no seas ocioso,
• Ama Sipex = No mates,
• Ama Huachicanqui = No seas adúltero.
El inca Garcilazo de la Vega en sus crónicas nos menciona que las sanciones eran muy severas, en la mayoría de los casos se castigaba con la muerte por apedreamiento o en la horca, también existía la muerte por arrastre destinada a los asesinos de curacas y nobles, la muerta por descuartizamiento por graves cusas militares o contra la Casa Real, y la más cruel de todas era la muerte en la hoguera, en casos de sacrilegio y atentados contra el Inca. Muchas veces se hacían extensivas a los parientes del infractor.