Lunes 10 de enero de 2011
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La población viaja en una total incomodidad en los minibuses de servicio público por el mínimo espacio existente entre los asientos y algunos objetos que se colocan debajo los mismos.
Los pasajeros deben estrecharse bastante porque los espacios para sentarse son reducidos, como para niños, pero en los que obligan algunos choferes a sentarse a tres personas, debiendo la tercera equilibrarse, pues mitad de su cuerpo está en el asiento y la otra sin ningún apoyo.
Los asientos que no son en muchos casos los originales con los que viene el vehículo, son adaptados, colocando más asientos de lo que el espacio permite, por lo que las personas deben hacer una serie de “contorsiones” para entrar y salir de los minibuses.
No sólo es el problema por el reducido espacio que tienen los usuarios para moverse, sino la cantidad de pasajeros que los choferes recogen, especialmente en horas pico, debiendo la gente que está parada doblarse en dos para trasladarse en los minibuses.
Existen ocasiones en las que los pasajeros tampoco tienen consideración con los demás, e ingresan a los minibuses con cajas y otros que ocupan el espacio que se supone es para la gente, pues es un transporte de personas y no de carga.
Fuente: LA PATRIA
