La COB se ha convertido en reducto de conformistas
10 ene 2011
Por: Jorge Lazzo Valera
La otrora combativa Central Obrera Boliviana (COB) se ha convertido en la mayor trinchera de los conformistas y de quienes a todo dicen sí al gobierno que aplica una política económica inmisericorde con los trabajadores de base que claman por mejores salarios, mientras su máximo ejecutivo Pedro Montes, acepta aplicar gradualmente el “gasolinazo”.
“Eso necesariamente tenemos que hacerlo, no hay otra; pero lo primero que debe hacer el Gobierno es reactivar al aparato productivo, pensar en el estómago de los pobres y en todas aquellas personas que no tienen que comer”, dijo el dirigente al pretender justificar “ante sus bases” que cuida sus derechos, cuando más bien defiende la política del MAS.
Sus bases le pidieron al dirigente Pedro Montes Gonzales que se vaya, porque no supo defender el derecho de los trabajadores y no cumplió con los postulados de la COB. Para contrarrestar esa posición –enguerrillado- Montes anunció que no permitirá ninguna forma de “gasolinazo” y ahora resulta que el incremento en el precio de los carburantes es necesario para sanear la economía boliviana.
Su discurso resulta ser embustero porque mientras dice defender el derecho de los trabajadores, está apoyando una medida que perjudicial para los más pobres que somos el 60% de la población de este país, es decir una mayoría que no puede darse el lujo de regalar un auto a su hijo o tener a disposición un vehículo otorgado por el Gobierno, “para cumplir tareas sindicales” ni conseguir acomodo para “sus familiares”, en una clara actitud prebendal que ejercitan algunos dirigentes alineados con el oficialismo.
La defensa de los derechos laborales es la principal misión que debe cumplir el ejecutivo de la COB y no acordarse recién que el Gobierno tiene la obligación de reactivar el aparato productivo, cuando esa tarea debe ser una gestión que debe realizar mañana, tarde y noche, durante todos los días del año hasta conseguir una respuesta favorable, para los cientos, miles de desocupados que deambulan por las calles en busca de trabajo.
No podemos olvidar que el dirigente Pedro Montes, al igual que muchos otros, están declarados en comisión y gozan del pago de sus salarios, fruto del esfuerzo y sacrificio de los trabajadores de base, que tienen que además de soportar las inconductas de sus líderes, trabajar para que siga ejerciendo la función, aún haya fenecido su mandato hace mucho tiempo y con el pretexto de “cuidar los derechos de los trabajadores” continúen prorrogándose.
La inconducta sindical es un acto reprochable, porque no puede ser representante de un sector y trabajar abiertamente a favor de otro, por el sólo hecho de haberse beneficiado con un vehículo para realizar campañas a favor del oficialismo y justificar que se trabaja en defensa de los asalariados del país, como denunciaron los trabajadores y dirigentes sindicales que advierten que es una política equivocada con el peligro de llevar a los trabajadores al enfrentamiento, si se incrementa el precio de los carburantes.
Muchos sectores están bajo el control gubernamental, porque esa es una política totalitaria que también se practica en otros países como Venezuela y Cuba, donde el poder abarca y corroe las estructuras de las entidades laborales, gremiales, sindicales y hasta políticas con tal de mantener la hegemonía a favor del régimen imperante para no tener ningún rechazo a sus medidas y asumir el control total del país y sus organizaciones.
Los bolivianos ya soportamos mucho de eso durante las épocas de facto y gobiernos militares y llegamos al convencimiento que la democracia es el mejor camino para convivir, cuando se respetan los derechos y libertades ciudadanas y están siempre presentes los principios y el respeto que debe primar ante nuestros mandantes, lo contrario resulta ser una actitud totalitaria, abusiva, autoritaria y hasta falta de ética, porque no se puede servir a dos a la vez.
La protesta de los miles de trabajadores afiliados a la COB que critica la cómoda postura del dirigente Pedro Montes, ojalá obligue a un cambio de actitud en la cúpula cobista, porque lo contrario sería convertir a la máxima entidad obrera en la dirección sindical del gubernamental Movimiento Al Socialismo, dejando atrás una rica e histórica tradición de la vanguardia de los trabajadores que tuvieron en su máxima entidad de defensa su mejor aliado. La consigna debe ser ¡No al prebendalismo sí a la democracia obrera!
*Periodista
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