Domingo 09 de enero de 2011
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Nuestro maravilloso país reconocido por tantas e interesantes peculiaridades, especialmente naturales y otras que se adaptan en el contexto de asimilar las experiencias de amigos y vecinos, resulta que ahora también tiene otro hecho que marcará una connotación particular y cotidiana al romper el esquema, que asegura aquello de que “todo lo que sube debe bajar”.
No es exageración, seguramente en cuestión de tiempo se dará ese hecho lógico e irrebatible, pero que en Bolivia tiene sus “alternativas” de temporalidad comprobándose que en el caso de precios que subieron, primero por efecto de una incontrolada inflación y luego como consecuencia del gasolinazo, simplemente no bajaron.
Es evidente que con el paso atrás del gobierno al abrogar su decreto de “nivelación de precios” de carburantes se evitó una escalada de tarifas en los servicios públicos de transporte, pues, gasolina y diesel volvieron a sus valores regulares… gracias a la subvención que continuará, no se sabe por qué tiempo.
Lo inaudito es el hecho de la inconsecuencia en los sectores del comercio y los gremiales, más claro los mercados, almacenes, tiendas de barrio, algunos “súper” mercados y el comercio informal que aprovechando la coyuntura de los dos factores anotados, inflación y gasolinazo, subieron los precios y los mismos no bajan favoreciendo al enriquecimiento ilícito de un sector que aprovecha las coyunturas y contradice las reglas.
Fuente: LA PATRIA
