La situación actual y la marcada diferencia entre una fuerza delictiva poderosa como la del contrabando frente a un ridículo Control Operativo Aduanero (COA) obliga a tomar acciones de alto nivel, con una estrategia que incluya de manera obligada a las Fuerzas Armadas de la Nación, pero además a la aplicación de un programa integral de reforzamiento de la Aduana Nacional.
Como resultado de los cambios estructurales en todo el sistema de la aduana se entiende que las autoridades de gobierno tendrán la misión de elaborar normas especiales que permitan el desplazamiento de efectivos militares y policiales, de manera permanente o temporal, allí donde se ubiquen focos de contrabandistas cometiendo acciones ilícitas.
Entre las medidas “regulares” que deben aplicarse hay que consignar también el cierre de fronteras, lo que significa disponer de contingentes especiales de “guardianes de la heredad nacional” que permanecerán en la delicada misión de combatir el contrabando por periodos eventuales hasta poner fuera de circulación a las “bandas” de comerciantes ilegales, que con seguridad no dejarán de asediar los puntos débiles en la extensa frontera boliviana.
La derogada medida para evitar el contrabando de carburantes ha desnudado las principales falencias de la Aduana Nacional, la falta de personal para el COA que actualmente tiene 120 efectivos y que se duplicará en breve tiempo, la falta de motorizados, actualmente tienen 11 vehículos y han solicitado 75 más, con lo que se espera hacer frente a los contrabandistas que de momento superan en número de gente y movilidades a nuestra aduana.
No sólo se trata de disponer mayor personal y algunos motorizados, deberá también disponerse de equipos de comunicación modernos pues los que usan los contrabandistas son de última generación, se requieren dotación de armas y otros pertrechos que también deben facilitar las actividades de los efectivos militares que no pueden ser enviados a cerrar las fronteras sin un mínimo de consideración para vivir temporalmente en zonas propiamente inhóspitas.
Si el contrabando es la causa principal de nuestros males hay que definir las medidas más extremas de lucha contra ese flagelo, pero que sean parte de actitudes que favorezcan a la comunidad en su conjunto y que sirvan para “sentar” soberanía en nuestras fronteras y para eliminar las dos formas de contrabando, el extractivo de nuestros recursos estratégicos y el de internación de millones de dólares en variada mercadería.
Según la Aduana se han detectado tres “zonas rojas” en las que se producen las mayores actividades del contrabando y donde inclusive existe un apoyo de la población civil que fomenta el trabajo ilícito de familias enteras, por ejemplo en las zonas de Sabaya y Challapata en Oruro, el caso del Desaguadero en la frontera con Perú, Villazón con la Argentina y una zona reservada en Pando de conexión con Brasil donde se producirían los primeros desplazamientos de militares y el COA para extender luego esa tarea en labor envolvente hacia donde sea necesario y donde se detecte más contrabando.
La acción que se pondrá en marcha es una respuesta obligada a la pregunta que se hizo la población cuando se dictó el gasolinazo para detener el contrabando de gasolina y diesel al exterior bajo un gran manto de duda sobre el trabajo de aduana y militares. Se espera que las tareas del futuro eliminen el principal problema que sirvió de argumento para dictar una dura medida.
Fuente: LA PATRIA
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