Causó desasosiego en el ambiente deportivo, la danza de miles de dólares para contratar a directores técnicos, ayudantes de campo, jugadores nacionales y extranjeros, para conformar equipos que participarán en torneos que controlan la Federación Boliviana de Fútbol y la Liga, tratándose de un fútbol empobrecido a nivel internacional y en un país sumido en crisis económica.
Sin remordimiento, pero con aspavientos, la dirigencia del club Bolívar de la ciudad de La Paz contrató a un director técnico argentino, Ángel Hoyos, con sueldo de 50.000 dólares mensuales, existiendo profesionales bolivianos con gran capacidad que, pueden estar a nivel de aquel foráneo que comenzó con exigencias a la dirección bolivarista para traer a su séquito de ayudantes de campo, kinesiólogos, preparadores físicos incluso, utileros que también estarán forrados con dólares, aunque el presidente del club celeste diga que es parte normativa en las contrataciones y que su director técnico será pagado por un empresario catalogado como “Sponsor” por no decir en nuestro lenguaje inversionista o auspiciador.
El D.T. también exige la contratación de jugadores argentinos y algunos nacionales de buen nivel para que su presencia en Bolívar esté garantizada con buenos resultados deportivos, aunque no siempre los entrenadores son poseedores de varita mágica para que todo sea exitoso: Pero, son hábiles para formar camarillas y, exigir a jugadores de los que fácilmente tendrán réditos para no mantenerlos en el banquillo de suplentes; una práctica que se hace común en nuestro medio y en el fútbol internacional.
La contratación de Hoyos con sueldo de 50.000 dólares equivalentes a 352.000 bolivianos mensuales, equivale a 25 veces más que el sueldo del Presidente Evo Morales; 35 veces más de un profesional altamente calificado de nuestro país, además 525 superior al salario mínimo vital, enorme diferencia que asombra a cualquier ciudadano aunque no sea éste aficionado al fútbol.
Esta danza de miles de dólares abrió el camino para que otros directores técnicos y jugadores sean exigentes, dejando sin respiro y movimiento a varios clubes que se debaten en una pobreza franciscana tal el caso de Wilterman y Strongest que tienen hipotecados sus bienes inmuebles. lo mismo ocurre con Guabirá, Universitario, La Paz Fútbol Club y Real Mamoré que atravesaron por penurias para cubrir el sueldo de esos jugadores, porque nuestro fútbol no es atractivo y los equipos profesionales casi nunca llevan a los escenarios deportivos a más de 4.000 espectadores, con excepción de Bolívar, San José, Oriente Petrolero y Blooming considerados los más taquilleros.
San José, el plantel orureño que no pierde a su hinchada en los escenarios del país, hoy bajo una nueva dirección después que el anterior presidente, Florencio España dejó el cargo con una sede social saneada, 240.000 dólares como fondo de arranque y ninguna deuda pendiente con jugadores, surge como principal ejecutivo Walter Mamani que diseña una estrategia conductiva en su institución; pero, sin que sea llevado a extremos porque en las instituciones deportivas, especialmente en el fútbol, existen tapices oscuros que pueden dañar su imagen, aunque creo, como empresario sabrá sortear cada obstáculo para llevar a su club hacia fa catalogación de un equipo grande, entendiendo que dentro de la FBF y la denominada liga que controlan los campeonatos existen intereses mezquinos y discriminatorios en contra de instituciones que no sean del eje central Santa Cruz- La Paz-Cochabamba.
Como periodista auguro una buena gestión al nuevo presidente en la gestión 2011 y que su “hinchada” sea permanente seguidora en los campos deportivos.
(*) Periodista, ex Jefe de Deportes y
Ex Jefe de Redacción de este Matutino
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