Ya transcurrió otro año en el que los bolivianos cifraron esperanzas para alcanzar esos cambios anunciados que mejorarían la situación general del país y en su interior de todos los bolivianos. Los cambios más esperados estaban en el marco del orden social, especialmente en más fuentes de empleo seguro y con salarios dignos, en el crecimiento de la producción en todos sus niveles y en una justa distribución de las riquezas que genere nuestro propio Estado.
Transcurrieron las últimas horas del año 2010 y así como se perdían en lontananza los cánticos de navidad quedó el mal recuerdo de un presente que nos dejó el Gobierno y que tendrá sus efectos en la gestión que ya comienza.
Todavía con la imagen del Dios humanizado, hecho hombre por amor a la humanidad despedimos un año en el que vivimos de esperanzas y pocas realidades, pero de una continuidad de anuncios que de la manera más lógica pero no práctica se trasladan al año que comienza, otra vez con esperanzas.
La alternativa en el paso de los años es simple… cuando nace y como todo lo que nace es un motivo de ternura que irá creciendo y tomando forma bajo las condiciones de su entorno más próximo, lo que marcará su solidez o fragilidad en la cotidiana actividad que al avanzar nos lleva irremediablemente al otro extremo del cansancio y la vejez. No hay nada que cambie el inexorable ciclo de la vida, pero sí hay muchas opciones para aprovechar de la mejor manera ese periodo que nos da la Providencia.
Hemos vivido con signos negativos, producto de intolerancias y desmedido abuso del interés extremadamente político partidario, lo que ha frustrado las ansiedades de una buena parte de la comunidad que no ha podido ejercer sus derechos en la misma proporción en que fueron vulnerados por la inconciencia de pocos y afanosos políticos arribistas.
Menos mal que no todo el tiempo está perdido, algo se ha recuperado para afianzar la continuidad de un proceso democrático en el que se respeten las leyes, se obre con equidad y justicia, pero sobre todo que se reconozcan los valores humanos de absolutamente todos los bolivianos porque se trata de mejorar la suerte de un país con todo su material humano, sin distinciones y por supuesto sin exclusiones, eso significa una gobernabilidad equilibrada pero además limpia, justa y pragmática.
Anhelamos que este 2011 florezca en todo ser humano el sentimiento emprendedor del entusiasmo constructivo, la sublime capacidad de crear, la grandeza de acciones heroicas y el noble gesto de bondad entre semejantes.
Deseamos que dentro de toda la actividad ciudadana en los rubros de la economía, de la industria y el comercio, de la política social particularmente, como en el avance cultural los gestores de ese avance seamos los propios bolivianos, fortaleciendo el sentido de amor a la Patria desde el respeto por el hogar y la familia como núcleo y base de la sociedad.
Que nuestros gobernantes trabajen con responsabilidad por el bienestar de toda la colectividad y por el progreso de nuestra Bolivia, libre y soberana, creemos que es el deseo sincero de todos los bolivianos en el nuevo año.
Fuente: LA PATRIA
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