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Domingo 05 de diciembre de 2010

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Cultural El Duende

Norah Zapata-Prill

05 dic 2010

Fuente: LA PATRIA

En adhesión a los 404 años de la Fundación de la Real Villa de San Felipe de Austria, el Club Oruro y el Comité Departamental de Clubes del Libro, propiciaron el Encuentro de Poetas donde la escritora cochabambina Norah Zapata-Prill (Norah Talía Zapata Parrilla) presentó su producción bilingüe Antología. Otros poemarios de ella son: De las estrellas y el silencio (La Paz, 1975), Géminis en invierno (La Paz, 1978), Fascinación del fuego (La Paz, 1985), Diálogo en el acuario (Cochabamba, 1985). Es miembro correspondiente de la Academia Boliviana de la Lengua. Ha recibido el Primer Gran Premio Nacional Franz Tamayo en 1973 y 1977. Actualmente es Directora de La Naz, establecimiento médico Social psicogeriátrico en Lausanne, Suiza.

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A los cactus de Oruro

Me siento al lado de los cactus

Las espinas me tocan sin querer herirme

Y por mi espalda se deslizan sus labios hechos tunas

como diciéndome, yo te he querido como nadie

orfandad de la puna

Duerme

Entonces sé que no hay amor más grande

que el seguir amando

A pesar de la espina y sus espinas.

No están muertos todos los hombres que han muerto

A René Bascopé

No es la caída del sol quien sangra en la altipampa

sino las amapolas que han crecido

sin el brazo pródigo de los trigos

El pan es una luna rota que se esconde

haciendo temblar el labio de los hombres

Alguien apaga el cirio

y se infiltra el miedo por las rendijas de chozas

¿Por qué ha de ser tan frío el mundo

este frío que acuchilla las narices mojadas de los niños?

¿Por qué ha de tragar su moco el hombre?

No tienen manta nuestros hijos

y esta noche, junio va a congelar sus sueños

Alcánzame tus manos

frota las piedras de mis ojos

enciende mis cabellos en el fogón sin leña de las bocas

calienta el mate en mis axilas

exprímeme los senos

vamos a hacer un ponche

con el alcohol amargo del sudor que lloramos

Mis solas manos se fatigan.

En la colina

A Oscar Cerruto y a los hijos de la indiferencia

¿Qué podías hacer mi niño?

Naciste brincando como el saltamontes

y en la noche soñabas cielos en silencio

¿Qué podías?

Naciste tarde para los juguetes

Demasiado pronto para elegir el color de tus lágrimas

Y en nombre de un Dios ajeno al tuyo

te metieron un ojo de Caín

sin que fueras su hermano

Qué poco tiempo tuviste para conocerte

y reconocer en buen tirador de cartas blancas

Te has muerto

Te has ido con la lluvia evaporándote intacto

Te he visto irte

Como otras veces te imagino

abriéndote paso entre las nubes

Urgido de venir a contarnos que allá arriba

los dioses de los hombres no tienen templos

ni tiempo, ni espacios

ni lamentos, ni culpas

Que todo es UNO en uno

Que todo lo que hacemos

es, al fin de cuentas, un mal soñar despiertos

Géminis en invierno XLIII

Brindo por los insatisfechos

por los polos opuestos

que son los negativos

Por quienes rompen los seguros de vida

y mueren a destiempo

Por quienes se besan en los límites

y lloran sus abismos

Y ríen, sobre todo, ríen

como tú

de sus rodillas pobres

que tienen que aguantar muchos caminos

todavía.

Diálogo en el acuario XXI

Un remolino

Una ola fuera del mar

Un frío

Un eje en cuyo centro eres

La marea que emigra hasta mis huesos

Mi espejo

Mi espejismo

Mi opacidad

Mi otro lado de la nube

Mi corazón no está dispuesto a desangrarte.

Manchas

A Daisy Zapata, mi hija

Las manchas que yo llevo

que tú ves

no están sucias

Son la sombra

nada más que la sombra

de nubes pasajeras

Fuente: LA PATRIA
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