Policías murieron cruelmente a manos de comunarios de Uncía

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En pleno siglo XXI, los bolivianos y el mundo entero fueron testigos de uno de los sucesos más horrorosos de este año, cuando grupos irracionales de campesinos de las comunidades cercanas a Uncía (Saca Saca y Cala Cala), victimaron con sus propias manos a cuatro efectivos de la Dirección de Prevención e Investigación de Robo de Vehículos (Diprove) de Oruro.

Ese hecho ocurrió entre el domingo 23 de mayo cuando desaparecieron los uniformados y el viernes 4 de junio, cuando los familiares recuperaron los cuerpos de sus seres queridos y los trajeron a nuestra ciudad, para que reciban cristiana sepultura.

ANTECEDENTES

El domingo 23 de mayo, el Sof. Nelson Antonio Alcócer Casana, los cabos Esteban Alave Arias y Rubén Cruz Aruquipa y el Pol. Miguel Ramos Pañuni salieron de la ciudad de Oruro poco después del mediodía rumbo a Huanuni, con la finalidad de hacer un patrullaje de rutina, ya que días antes se tuvo conocimiento de que dos vehículos robados estarían en ese lugar.

Fueron días de incertidumbre hasta que finalmente se supo que los cuatro estarían de rehenes en las comunidades aledañas a Uncía. Vanas y tibias fueron las negociaciones de las autoridades porque se conoció que el día de su desaparición, fueron victimados tres de los cuatro uniformados y un par de días antes del rescate de los cuerpos, fue muerto el Sof. Alcócer.

A las 5:30 horas del 4 de junio, “sin recibir ayuda ni del gobierno y menos de la Policía Nacional u otras entidades humanitarias, el vicario de la región, William Ugarte, el fiscal del Distrito de Potosí, Juan Carlos Ramírez, y los fiscales de Uncía, Sandro Fuentes y Trifón Romero, además de esposas y familiares, lograron rescatar o recuperar los restos de los uniformados”, afirmó ese día el abogado Johnny Castelú, que en forma valiente y mediante presión psicológica, logró convencer a los líderes indígenas de los ayllus del Norte de Potosí para que devuelvan los despojos mortales de los cuatro policías en proximidades del cerro Colorado.

Los cuatro cadáveres que estaban irreconocibles fueron trasladados a nuestra capital y llevados a la morgue del cementerio. Allí se estableció la data de muerte, tres de ellos que tenían cerca de diez días y Alcocer más de tres y menos de cinco. Este hecho causó polémica porque el gobierno no quiso aceptar el resultado, hasta que días después presionó para que se practique una necropsia, cuyo resultado ratificó la autopsia del 4 de junio.

“¡Maldito Evo Morales, maldito!“, gritó la viuda del sargento Nelson Alcócer, Mónica Corrales, durante el sepelio. “Hemos tocado tantas puertas, pero a mi esposo recién lo han matado, no tiene nada de descomposición. El Gobierno no hizo nada, más bien entorpeció“, afirmó.

Los restos de los policías fueron velados en el coliseo del Batallón de Seguridad Física y el domingo 6 de junio fueron enterrados ante una multitudinaria presencia de ciudadanos que muy indignados por lo sucedido, despidieron a los policías en medio de homenajes póstumos.

PERITOS

Tres peritos forenses, practicaron el 18 de junio, necropsias en los cadáveres de los cuatro policías de Diprove-Oruro, que fueron flagelados y asesinados por hordas indígenas de los cantones de Saca Saca y Cala Cala, del Ayllu Laimes del Norte de Potosí, con el propósito de establecer las circunstancias y data de muerte de los efectivos policiales, poniendo particular atención en el deceso del Sof. Nelson Alcócer, de quien se aseguró inicialmente, que había fallecido “más de tres días y menos de cinco días”, de la fecha (11-06-2010) en que se practicó la autopsia legal en la morgue del cementerio general de esta capital.

INVESTIGACIÓN

Las investigaciones se efectuaron en forma lenta, fueron implicados desde el ministro de Gobierno, Sacha Llorenti y varios jefes policiales. A la fecha se detuvo solo a una persona y anoche se conoció que una mujer sospechosa del asesinato de los policías fue trasladada a Potosí, en calidad de aprehendida, donde se efectúa el actuado judicial.

Fuente: LA PATRIA