Warning: inet_pton(): Unrecognized address in /home/lapatri2/public_html/wp-content/plugins/wordfence/vendor/wordfence/wf-waf/src/lib/utils.php on line 28
Warning: session_start(): Cannot start session when headers already sent in /home/lapatri2/public_html/impresa/index.php on line 8 Verdadera Navidad - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
La primera Navidad tuvo como celebradores a los pastores “que se fueron glorificando y alabando a Dios, porque todo lo que habían visto y oído era tal como se lo habían anunciado” (Lc 2, 20).
San Francisco de Asís había dicho que había dos lugares a los que el cristiano siembre volvería: Belén y el Calvario. Es que la principal celebración de la Navidad debe ser, como siempre, la Eucaristía, la Misa.
El sacrificio redentor de Jesús culminó en el Calvario, pero se inició con su anonadamiento divino en la Encarnación y con su nacimiento en la pobre gruta de Belén. Por eso se dice hermosamente que esa gruta de Belén es la cripta del Calvario.
El gran arzobispo Fulton Sheen dijo “Uno -Cristo- nació para morir. Gracias a Él, todos los demás nacemos para vivir”.
San Francisco, el feliz inventor de los “nacimientos” salía a proclamar por los caminos y plazas, la grandeza de la Navidad, y lo hacía con tanta vehemencia y ardor que quienes lo escuchaban “quedaban profundamente conmovidos”. La Navidad era para él tan significativa que su sola mención lo hacía llorar. Afirmaba que el día bendito de la Navidad habría que dar doble ración de cebada a los asnos y bueyes, en gratitud del asno y del buey, que con su aliento, habían dado calor al Niño Dios aquella fría noche.
Navidad es la fiesta del amor. Quizá la única época del año en que caen las barreras sociales, se les ensancha el corazón a los humanos, el hombre se siente hermano de su hermano, generoso, dadivoso, comunicativo de sus bienes. Porque la felicidad consiste en hacer felices a los demás, pero si la Navidad es la fiesta del don divino a los hombres, ¿por qué no ha de ser la fiesta del don de tu corazón a Dios?
Para la inmensa mayoría de nosotros los cristianos, la Navidad no es Navidad, porque estamos más preocupados en repartir tarjetas, decorar el árbol y comprar regalos; de la cena familiar o de la música que ha de sonar, convirtiéndola en un ambiente artificial de evasión.
Porque hacemos de la Navidad, una celebración tan poco cristiana, con tanto ajetreo, movimiento, preocupación, inquietud, que olvidemos su punto focal que es recibir dignamente al Redentor.
Para quien ha comprendido lo que significa esta gran fiesta, la Navidad es un paso de las tinieblas a la luz, del pecado a la gracia.
No confundamos la Navidad que es Pan del Cielo, con un banquete terreno, no confundamos la Navidad con bebidas, canciones y hasta con danzas groseras, sino con la invitación del Salvador que llega a cambiar nuestra conducta, a elevar nuestras ilusiones, a llenarnos de un gozo que no pueden destilar los contentos humanos.
Puede darse una maravillosa Navidad sin música, sin comidas abundantes, sin árboles con regalos. Pero no puede darse una auténtica Navidad sin purificación del alma, sin deseo de Dios. Si no preparas tu alma, con el reconocimiento de tus pecados, con la confesión de los mismos y con la recepción de Jesús en la Eucaristía, significa que hemos convertido la dulce y alegre Navidad en una vergonzosa fiesta de Carnaval.
(*) Director Nacional Pioneros de Abstinencia Total
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.