El 2010 fue un año con altibajos a nivel nacional e internacional

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El año que acaba fue de muchos altibajos, en los ámbitos nacional e internacional, pues además de los problemas políticos, los enfrentamientos entre diferentes sectores y la crisis económica, los fenómenos naturales causaron dolor y luto en diferentes lugares del planeta, en otros sitios dejó a miles sin un hogar, ni protección.

Por otra parte, tanto la prensa como la libertad de expresión sufrieron duros golpes, especialmente en Bolivia, donde disimuladamente y con leyes que no tienen que ver directamente con el ámbito periodístico se atentó a la libertad de expresión, como en los casos de la nueva ley electoral y la ley antirracismo.

Pese a esa drástica medida, los políticos siguieron su plan e hicieron oídos sordos a la prensa, calificaron las medidas como una cuestión de los propietarios de los medios, cuando de manera sui géneris se unieron periodistas asalariados, libres y propietarios de los medios para hacer escuchar su voz, pues no era posible semejante atentado a un derecho humano fundamental reconocido internacionalmente.

Finalmente, los gremios de la prensa optaron por conseguir el apoyo de la población y abrieron más de 100 libros de firmas para que el pueblo se manifestara, pero fue otro intento, minimizado por el gobierno, al que se trató de desprestigiar porque nadie quiere a un fiscalizador como es la prensa que les diga la verdad cuando los que poseen el poder se sienten incómodos con ello.

En el ámbito local, uno de los acontecimientos más impactantes fue el incendio de oficinas y depósitos de la Aduana Nacional, regional Oruro, pues, además de ser un edificio antiguo, se vio que el valor de la mercadería quemada y de los documentos que allí se guardaban era grande, no obstante que hasta el momento no se conoce una cifra exacta de lo derdido. Asimismo, no se dio con los culpables y no hay resultados en las investigaciones.

Se tuvo numerosos enfrentamientos, especialmente entre vecinos de urbanizaciones que se encuentran en la periferia de la ciudad, pues unos reclaman su derecho propietario al afirmar que pagaron por los terrenos que fueron arrebatados por otros vecinos que desean conseguir un pedazo de tierra de manera gratuita y por la fuerza.

Numerosos accidentes se presentaron en las diferentes carreteras que unen a Oruro con otros departamentos y a la ciudad con poblaciones circundantes. También presenciamos accidentes dentro de la misma urbe. En algunos casos se trató de personas en estado de ebriedad que causaron dolor en muchas familias al cegar su vida o dejar heridos por las eventualidades de diversa variedad. En otros casos, más se trató quizás de la prisa y la intransigencia de los conductores que no soportan que otros los rebasen o tienen demasiado apuro en llegar y provocan los incidentes que muy rara vez tienen un final feliz, en caso de ocurrir un milagro.

Hablando de intolerancia, nuevamente entramos en el ámbito político, pues con la aprobación de la Ley Contra el Racismo y Toda Forma de Discriminación, numerosos fueron los políticos que quisieron aprovecharla y estrenarla, tomando como ideas racistas o discriminatorias cualquier palabra cuyo significado no entendieron o lo tomaron como algo ofensivo, como en el caso de los concejales que se ofenideron con la palabra concejiles y amenazaron con juicios, hasta que se dieron cuenta de su error.

A nivel nacional, en diferentes lugares la población se enfrentó a la terrible sequía que azotó tanto a Occidente como a Oriente, presenciamos tristemente la muerte de animales y pérdida de la producción agrícola.

También asistimos a un escenario enrarecido en la política, pues algunas autoridades elegidas democráticamente fueron alejadas de sus puestos por diversas razones, los opositores coinciden en señalar que se trata de una persecución de detractores del gobierno central, que según indicaron lo que se buscaba con esas acciones era tener el poder absoluto.

En el ámbito internacional, vimos de todo, desde la elección de la primera mujer presidenta en Brasil hasta desastres naturales que enlutaron a vecinos como Chile, con el que el gobierno boliviano mantuvo el acercamiento que logró con la ex presidenta Michelle Bachelet, pese a que el nuevo mandatario, Sebastián Piñera es de la línea contraria.

En el ámbito de relaciones exteriores, Bolivia se acercó más a Perú y se estudia la posibilidad de obtener una salida soberana al mar, para nuestro país, a través del vecino andino.

Asimismo, en cuestión de desastres, naturales o no, uno de los más golpeados fue nuestro vecino próximo Chile, pues asistimos a uno de los terremotos más devastadores de los últimos años, que se combinó con un maremoto o tsunami.

Más adelante, los ojos del mundo se volcaron nuevamente hacia el hermano país para presenciar un milagro, 33 mineros, entre ellos un boliviano, quedaron atrapados en una mina al haberse derrumbado, pero todos se mantuvieron con vida durante casi dos meses y también fuimos testigos del heroico rescate.

Otro desastre con un final no feliz, sino rodeado de fatalidad, fue el mayor incendio carcelario de Chile, en el que 81 personas perdieron la vida, lo que removió el debate sobre el hacinamiento y las condiciones infrahumanas de los penales chilenos. Los medios de comunicación reflejaron que por otros hechos similares ya se había puesto sobre la mesa el debate que quedó en nada hasta ese momento en que decenas de personas volvieron a perder la vida por el mismo hecho de que no se dio solución a ese problema que soportan las cárceles y los presos allí.

Una vez más, un latinoamericano, el peruano Mario Vargas Llosa se hizo con el premio Nobel en Literatura, Argentina lloró el fallecimiento de su ex presidente y esposo de la actual mandataria, Néstor Kirchner, mientras en Bolivia también se lamentaba la pérdida de una vida ejemplar y muy querida, la de Ana María Romero de Campero, primera defensora del Pueblo.

Bolivia se puso en el centro de atención del mundo cuando millares de personas llegaron a Tiquipaya, Cochabamba, para participar en la cumbre climática organizada por el gobierno de Evo Morales con miras a participar en la cumbre de Cancún, México, donde nuestro país no tuvo el éxito esperado, pues muchas de las resoluciones que se intentaron imponer no fueron tomadas en cuenta.

Ese fue más o menos el panorama general que vivimos en el mundo y la conclusión personal que se refleja a través de esta nota es que todos los problemas del mundo se deben al ego y el apego de los que adolecemos los humanos.

Por el ego, la gente pierde la cabeza y deja que la ira inunde su ser, se enoja, en ocasiones la ira y el ánimo de competir y siempre ganar pueden provocar accidentes, asesinatos y otros, que pueden llevar a las personas a cegar otras vidas humanas.

En cambio el apego a las cosas materiales, a los mismos seres humanos, la ambición de dinero, de poder, nos ha llevado a destruir la naturaleza y la biodiversidad, llegando a poner en peligro nuestro propio hábitat.

Por lo tanto, es momento de reflexiones, es momento de tomarnos un descanso y analizar, debemos dejar de lado el ego y el apego, acercarnos más a nuestra espiritualidad y en esta época tan especial en que la mayoría olvida rencores, perdona y deja resurgir el amor, llega la esperanza de un mundo mejor y de aumentar nuestra calidad humana, para evitar nuestra propia autodestrucción y la de nuestro planeta.

Es momento de pedir al supremo Creador, Dios, que es nuestro Padre, que nos ayude a superar las dificultades, la ira, el rencor, la ambición y el deseo de poder, de suplicarle que llene nuestros corazones de amor e inunde nuestras vidas de paz y armonía.

Fuente: LA PATRIA