Una frase incuestionable que motiva preocupación fue la pronunciada ayer por el ministro de Gobierno Sacha Llorenti, cuando afirma que “la droga que más daño causa al país es el alcohol”, hecho que debe llamar la atención de autoridades departamentales, municipales y policiales, para combatir este flagelo que corroe los cimientos de nuestra juventud y es el origen de la violencia y delincuencia.
El comercio y venta indiscriminada, así como el consumo de alcohol entre los jóvenes, tiene que motivar un cambio de actitud entre los padres de familia, profesores y las autoridades, puesto que hay gran número de bebedores en las plazas, los parques y otros sitios, donde nadie les dice nada y lo que es más, incluso se quedan a dormir a plena luz del día, hasta que pase su borrachera.
Una constante es la presencia de los jóvenes en los denominados Pub, donde consumen alcohol de dudosa procedencia y luego salen a cumplir sus necesidades fisiológicas en la calle y acuden a las licoreras para compran bebidas baratas o cerveza y luego “siembran” de vidrio la calzada, después de arrojar los envases de los tragos que consumen, asumiendo actitudes violentas.
Muchos de los Pub en la ciudad de Oruro tienen licencia de funcionamiento como confiterías o salones de té y resulta ser que operan como los mayores proveedores de bebidas a los jóvenes y hasta adolescentes que luego salen en estado inconveniente y lamentable, en algunos casos casi al arrastre, para ir a sus casas, hecho que demuestra que no hay ningún control en sus hogares.
Todos los centros de diversión nocturna deberían funcionar hasta las 03.00 horas, vale decir tres de la mañana, pero recién a esa hora comienza la diversión y son decenas de jóvenes y señoritas que incluso se apostan en las puertas de los locales, consumiendo alcohol en distintas variedades, llegando muchas veces a protagonizar riñas y peleas que provocan protestas de los vecinos.
La vigilancia policial resulta reducida porque el número de patrulleros del PAC, es mínimo y en algunos casos se acercan a los jóvenes reunidos en las plazas para echar las bebidas que consumen, pero nada más pueden hacer y sólo cumplen las tareas de vigilancia hasta la media noche. Después todos los jóvenes farrean a su libre albedrío, muchos alrededor de vehículos motorizados, donde escuchan música a todo volumen y pasan la noche y la madrugada consumiendo alcohol.
La denuncia del ministro Sacha Llorenti, debe servir de alerta para asumir una acción efectiva y enérgica durante las fiestas de fin de año para evitar el consumo de alcohol, porque constituye el primer paso para llegar a la drogadicción y muchos otros problemas que luego se convierten en conflictos familiares que son difíciles de controlar y prevenir.
Para controlar y evitar el consumo de alcohol, las autoridades departamentales están obligadas a dotar de medios a la Policía para que sus efectivos salgan en recorridos y procedan a identificar a los propietarios de las licoreras próximas a las discotecas y karaokes. Así quizá se pueda disminuir el consumo de alcohol y en caso de reincidencia sancionar a los propietarios de locales de expendio de bebidas y remitirlos al Ministerio Público para enjuiciarlos por perversión de menores.
La presencia de los jóvenes y señoritas, todavía adolescentes, en los Pub, incluso se registra con mayor frecuencia durante los días de la semana, no sólo sábado y domingo, habiéndose iniciado las “despedidas de fin de curso” en varios locales donde toleran la presencia de los estudiantes, incluso con útiles escolares.
Admitir y alentar el consumo de bebidas alcohólicas en los Pubs es una contravención que debe ser sancionada y para ello el Ejecutivo municipal tiene obligación de iniciar un control a través de la Unidad de Defensa al Consumidor del Municipio y planificar una acción conjunta con la Policía Departamental, para cuidar la salud física y mental de las muchachas y jovencitos que cada noche concurren a esos locales.
Por otra parte se debe también evitar y sancionar el consumo de alcohol al aire libre en los improvisados “bares a cielo abierto” que se instalan en sitios céntricos de la capital, donde los jóvenes incluso con sus motorizados forman grupos que escuchan en competencia la música a todo volumen y hacen de las suyas hasta horas de la madrugada.
Para graficar podemos afirmar que las plazas “10 de Febrero” y “Sebastián Pagador”, los parques “Castro y Padilla”, “Avaroa”, Walter Khon, Unión Nacional, Villarroel, así como otras en barrios alejados y la zona de la terminal de buses, están presentes estos “autobares” y además sirven para el consumo masivo y permanente de bebidas alcohólicas en medio de las jardineras.
En su análisis el ministro de Gobierno Sacha Llorenti, recomendó que se evite el consumo de alcohol, porque es el origen de la violencia y la delincuencia existente en el país. Si el Poder Ejecutivo dotará de los medios necesarios, ese control podrá ser efectivo, pero mientras los policías no tengan gasolina para sus motocicletas y automotores, el consumo del alcohol siempre irá en aumento y perjuicio será mayor para los miles de jóvenes y señoritas que están siendo cada día atrapados en las redes del alcoholismo. Ojalá esto se pueda evitar pronto.
(*) Periodista
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