Medvédev exige encarcelar a instigadores del odio étnico
17 dic 2010
Fuente: Moscú, 16 (EFE).-
El presidente ruso, Dmitri Medvédev, ordenó hoy (ayer) encarcelar a los instigadores del odio étnico, tras los violentos disturbios ocurridos en los últimos días en Moscú entre ultranacionalistas y caucasianos.
“La instigación del odio étnico en nuestro país es un crimen muy grave. En otros países, esto puede pasarse por alto. Aquí, no. Ustedes saben cuántas etnias hay y qué importancia tiene la religión para ellas”, afirmó Medvédev durante una reunión con altos cargos policiales.
El jefe del Kremlin, quien advirtió esta semana de que el racismo, la xenofobia y el odio religioso “amenazan la estabilidad del Estado”, subrayó hoy que “los pogromos, las peleas y el vandalismo son todos crímenes”.
“Insisto, éstas no son infracciones administrativas, sino delitos. Sus participantes deben ir a la cárcel. Hay que encerrarlos, y no educarlos. La responsabilidad por esas acciones debe ser penal, no administrativa”, apuntó.
El líder ruso recalcó que los radicales deben ser castigados, “independientemente de donde ocurran los sucesos, del lugar de residencia del infractor, sea moscovita o procedente de regiones sureñas o norteñas, vista ropa deportiva o civil”.
Medvédev conminó a las fuerzas de seguridad a impedir todos “los mítines y las manifestaciones no autorizadas”, ya que “pueden desembocar en acciones radicales (...) y amenazar la vida y seguridad de la gente”.
“Con los que llevan máscaras, no hay que hablar. ¿Para qué se las pusieron? ¿Quieren celebrar el Año Nuevo? Las máscaras en tales acciones son símbolo de pertenencia a una banda. A éstos hay que empaquetarlos, a todos los que salgan a las calles”, dijo.
La actual tensión étnica entre la mayoría eslava y la minoría caucasiana fue provocada por el asesinato hace dos semanas a manos de un caucasiano de un aficionado del Spartak Moscú, el equipo más laureado de Rusia, durante una trifulca callejera.
Al respecto, Medvédev llamó a castigar también a los implicados en ese asesinato que desató primero manifestaciones por parte de aficionados radicales en Moscú y el pasado sábado enfrentamientos violentos con las fuerzas del orden frente al mismo Kremlin.
Las autoridades consideran que el detonante de los disturbios fue la decisión de la policía de poner en libertad a los sospechosos del asesinato de Yegor Svirídov, de 28 años, entre ellos un individuo de la república norcaucásica rusa de Kabardino-Balkaria.
“Hay que aclarar qué ocurrió con esos investigadores. ¿Quién liberó a los culpables? ¿Para qué lo hicieron? ¿Se asustaron? ¿Por dinero?”, dijo Medvédev, que también criticó a los padres de los adolescentes radicales que salen a la calle “a abalanzarse sobre la gente y romper vitrinas”.
En la misma línea, el primer ministro ruso, Vladímir Putin, afirmó que se deben frenar todas “las manifestaciones extremistas” sean quienes sean sus autores, y culpó a la negligencia policial de poner la mecha de los disturbios.
Putin indicó que los ciudadanos deben sentirse cómodos en cualquier región del país, “de modo que el caucasiano no tema salir a la calle en Moscú y ciudadanos de nacionalidades eslavas no tengan miedo a vivir en las repúblicas norcaucásicas”.
“El Estado existe para defender los intereses de la mayoría. Hay que librarse del miedo a los que llegan de otras regiones. Rusia ha sido desde siempre plurinacional y multiconfesional. Según algunos teóricos, estamos más cerca del islam que del catolicismo”, dijo.
Ambos políticos llamaron a la policía a defender a todas las personas, independientemente de su origen o aspecto, tras las críticas de que los ultranacionalistas agredieron a los caucasianos e inmigrantes sin que los agentes hicieran nada para evitarlo.
La policía, que detuvo en Moscú a más de un millar de ultranacionalistas y caucasianos, muchos de ellos armados con pistolas y cuchillos, siguió hoy patrullando las plazas, el metro, los mercados y otros lugares neurálgicos de la capital rusa.
Las detenciones de decenas de jóvenes radicales continuaron en otros lugares del país, donde habitan 142 millones de personas de casi 200 etnias.
Las autoridades municipales han pedido a los moscovitas que informen de inmediato si avistan grupos de jóvenes agresivos en el metro.
Mientras, el Ministerio del Interior de Rusia anunció que las medidas de seguridad para las vacaciones de Año Nuevo serán reforzadas para evitar nuevos intentos de desestabilizar la situación.
Un portavoz del Kremlin informó a Efe sobre la reapertura de la Plaza Roja, donde la policía cerró ayer por la tarde todos los accesos por temor al estallido de disturbios en su histórico empedrado.
El ministro del Interior, Rashid Nurgalíev, cifró en más de 50 los grupos extremistas y xenófobos activos en este país, donde varias decenas de extranjeros son asesinados anualmente a manos de cabezas rapadas.
Fuente: Moscú, 16 (EFE).-
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