Entiéndase de cualquier manera y manéjese con cualquier sistema, sean los más rústicos o primarios, los regulares y prácticos o los más modernos y sofisticados la economía financiera familiar es todo un proceso digno de los más meticulosos estudios para establecer su desempeño en una diversidad de condiciones, inclusive las más halagüeñas o a la inversa las más dramáticas.
Hay una artífice en la administración familiar, es la conocida “ama de casa”, la esposa, la madre o la hija que se dan modos para “estirar” el salario del esposo, el padre o el hijo de manera que la cada vez más reducida canasta familiar pueda satisfacer las necesidades mínimamente de una familia “tipo”.
Las cosas se complican en el tiempo presente justo en el mes más crítico del año por las obligaciones que conlleva responder a tradiciones, o entrar cuando se tienen posibilidades a la competencia de los regalos, aprovechando quien sabe el sueldito extra que se llama aguinaldo.
Para mucha gente ese salario extraordinario que se cobra una vez al año sirve para cubrir los gastos extras y las deudas acumuladas de la gestión, especialmente el caso de servicios como agua, luz, teléfono o alquileres devengados, posiblemente deudas contraídas para compensar el desequilibrio entre salario y presupuesto de la canasta familiar, consiguientemente el aguinaldo sólo es un paliativo en la coyuntura financiera de cada hogar.
Por supuesto que a diferencia de la gran mayoría que está en el cuadro que acabamos de describir hay otro más reducido, pero ampliamente beneficiado con los sueldos de privilegio que otorga la “consecuencia política” y que justamente se aprecia en toda su crudeza en las fiestas de fin de año… en la navidad y el año nuevo.
Un simple análisis de las amas de casa en torno al presupuesto familiar señala la existencia de una escalada de precios que hará muy difícil comprar lo mismo que el año pasado para reunir a la familia en una sencilla cena tradicional.
Todo ha subido, los precios de productos de primera necesidad están por las nubes, no hay control por parte de las autoridades y tampoco posibilidades de cortar la especulación radicalmente debido a la vigencia del famoso D.S. 21060 que permite el juego de la “oferta y la demanda”, que actualmente es el mayor castigo para las amas de casa que diariamente se enfrentan a la especulación.
Mientras tanto desde las esferas gubernamentales se insiste en mostrar a la ciudadanía la “bonanza” financiera del país, con unas reservas estratégicas que ganan intereses diariamente en bancos extranjeros, pero que ni en mínima proporción llega a la población para sortear el complicado trance económico por el que pasa la mayoría de los hogares bolivianos.
Las macro cifras no han llegado al bolsillo de los trabajadores, por tanto tampoco llegarán a la cartera, ni al monedero de las amas de casa que cada día sienten con más fuerza el grave desequilibrio financiero familiar.
Todos tienen la esperanza que este año pueda cambiar el cuadro de las grandes restricciones, aplicando medidas “sociales” que eliminen la gran diferencia entre los muchos que tienen poco y los pocos que disfrutan la “temporalidad” de muchas actividades partidarias.
Fuente: LA PATRIA
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