El avance de ciertas políticas de orden comunitario en el país llama la atención de algunos organismos internacionales, tal el caso del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) que en un reciente informe considera que “la democracia ha conseguido grandes logros en Bolivia” recomendando que en adelante esos avances deben afianzarse a través de un proceso de “participación colectiva en la construcción de políticas públicas”.
Entre los análisis que se hacen de los avances en democracia pero también de las dificultades aún existentes en el país para encarar un verdadero cambio de beneficio general y no sólo de hechos aislados y de algún modo concatenados con el manejo del poder público muestran la necesidad de encarar programas de orden social, especialmente de algunos que permitan a los ciudadanos de todas las capas sociales acceder en iguales condiciones a los beneficios de políticas públicas que deben ser implementadas por encima de las partidarias.
Lo que todavía “entraba” la inclusión ciudadana en los alcances de una abierta práctica democrática, con derechos y obligaciones iguales para todos, es justamente el modelo “estatista” que sigue priorizando la agenda política y con el resultado de beneficio directo para los parciales del sistema, pero de manera muy relativa para el gran conglomerado nacional.
La construcción del Estado nacional, participativo, pluralista, equitativo y justo está aún lejos de su aplicación pragmática, todavía sigue siendo parte sólo de la estructura teórica, mientras en la realidad hay grandes segmentos de nuestra sociedad que se sienten excluidos de los logros “sociales” que sólo se destinan a quienes “están en el sistema”.
Hay necesidad de afianzar la democracia y ese objetivo será el resultado de un amplio debate entre Gobierno y partidos políticos, empeñados todos en promover políticas públicas que respondan a necesidades de la población que sean respuesta a los padecimientos que se confrontan por la miseria reinante y la carencia de recursos económicos que pueden lograrse sólo través de empleos dignos, sostenibles en el tiempo y con perspectivas de crecimiento.
Hay necesidad de trabajar en el establecimiento de fortalecer la democracia pero desde un ángulo propicio que permita crear, aplicar y beneficiarse de verdaderas políticas públicas que anulen las brechas socioeconómicas aún existentes y que son trabas para unir a los bolivianos y avanzar en el proyecto de una nación sólida y ampliamente competitiva en el contexto internacional.
Pasada una “gestión de prueba” ya no es posible que la segunda mantenga el mismo esquema de validez política, frente a la necesidad de abrir el desarrollo de la agenda productiva afianzando la democracia en base a la construcción de verdaderas políticas públicas que están siendo reclamadas en los cuatro confines del país.
Hay que tomar en cuenta las sugerencias que provienen de programas internacionales como el PNUD que observa de lejos, pero con el lente de la realidad, proponiendo eliminar las diferencias de justicia y equidad, imponiendo un programa “socialmente apto” para todos los bolivianos.
Fuente: LA PATRIA
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