Rebelde, práctica y responsable. Así se define Sonia Rubio Hernando, madrileña de 41 años, ingeniera de telecomunicación y madre de dos niños y una niña. Socia, voluntaria y consejera de la organización desde hace años, en el pasado mes de marzo fue elegida presidenta de Greenpeace España.
¿Qué te gustaría conseguir como presidenta de la organización en los próximos años? Globalmente, es un momento, cuanto menos, interesante, con una crisis económica y de valores, en el que Greenpeace tiene que seguir desempeñando su papel de referente en la defensa del planeta. Nuestro objetivo es que la colaboración de Greenpeace España en este empeño sea la mejor posible.
Tu trabajo profesional está muy relacionado con las tecnologías de la información. ¿Cómo ves que influye este tema en Greenpeace?
Las tecnologías de la información son una herramienta fundamental para agilizar el trabajo y democratizar la información. Hace diez años nos costaba mucho más que nuestros socios y socias recibiesen la información y nos resultaba también más difícil que nuestro mensaje llegase a la ciudadanía. Hoy en día generamos, editamos y publicamos nuestros contenidos globalmente, al alcance de casi cualquiera y la ciudadanía puede realimentarnos con su opinión con facilidad y puede difundir y colaborar en las campañas de Greenpeace sin necesidad de moverse de casa.
¿Cuáles son los retos a los que se enfrenta el mundo y Greenpeace en los próximos años?
El planeta tiene un enorme problema al que no se está haciendo caso. El cambio climático ya está aquí y lo único que hacemos es mirar hacia otro lado. No podemos seguir así, tenemos que cambiar ya. El consumismo del primer mundo es insostenible y aplasta al planeta y a la mayoría de sus habitantes. Han conseguido convencernos de que tenemos que tener muchas cosas y cambiarlas continuamente para ser felices. Y así no somos más felices, al contrario, extendemos la infelicidad. Creo que tenemos que reivindicar la sencillez en nuestras vidas.
Eres madre de dos niños y una niña. ¿Crees que les vamos a dejar un mundo mejor o peor que el nuestro?
El mundo que les vamos a dejar será difícilmente mejor que el nuestro. De seguir así, habremos quemado muchas posibilidades de solución y generado muchos problemas irreversibles. Nuestros hijos e hijas pueden ser los que salven el planeta o los que lo terminen de destruir. Que hagan una cosa u otra depende fundamentalmente de lo que vean en nosotros. Es importante enseñarles la repercusión que tienen nuestros actos, que nada es gratis y que todo merece el mismo respeto que merecemos nosotros. Greenpeace lleva muchos años trabajando en educación y dando espacios de participación a niños y jóvenes, ahora con la nueva Sección infantil y juvenil tenemos una gran oportunidad para que estos niños, niñas y jóvenes, que son nuestro futuro, nos ayuden a defender el medio ambiente y la paz. Hay mucho trabajo que hacer y necesitamos todas las manos.
Ecologista en casa
“En casa aplicamos lo que predicamos, claro. Formamos parte de un grupo de consumo que nos permite adquirir, sin intermediarios, productos ecológicos básicos: fruta, verdura, legumbres, huevos, lácteos, aceite... de gran calidad, retornando envases que ya están reducidos a lo imprescindible. Compramos muy poco más, prácticamente todo ecológico y evitando los productos manufacturados. Se puede vivir con niños, sin chuches y sin refrescos. Minimizamos el transporte, andamos mucho y antes de comprar cualquier cosa pensamos si nos es realmente necesaria; si lo es, intentamos que sea de segunda mano y si es nueva buscamos la fabricación local, eficiente y de larga duración”.
(*) Revista Greenpeace España, http://www.greenpeace.org/espana/
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