Los mil y un usos del cuero de la llama ya no son desconocidos para nadie, puesto que existen experiencias interesantes que bien podrían complementarse con la fabricación de balones de fútbol, como pretende el viceministro de Desarrollo Rural del Estado Plurinacional, en el marco del Proyecto de Valorización de Camélidos (VALE).
Bien vale la pena hacer el esfuerzo y de esa forma conseguir que el cuero de llama tenga un valor agregado, que podría ser mayor si se piensa en la confección de calzados, carteras, chamarras, cinturones, correas, zapatillas deportivas, cobertores, colchas y una variedad de otros productos que revalorizarán a los camélidos andinos.
Pensar sólo en las pelotas de futbol, quizá también de voleibol y futsal es tener una visión poco emprendedora, puesto que la cadena productiva de los camélidos y de la quinua puede obtener excelentes resultados si pensamos en grande y no dividimos los proyectos por parte del Ejecutivo del Estado Plurinacional y el Gobierno Autónomo Departamental, donde hay una propuesta definida y que más bien debería tener pleno respaldo del Viceministerio de Desarrollo Rural.
Siempre se recomienda no dividir esfuerzos, porque ello supone postergar o manejar a medias los proyectos. No se puede tener como objetivo sólo un punto de la variedad de propuestas que existen para diversificar la producción de camélidos, sino más bien acrecentar esa variedad que puede ser beneficiosa tanto para el productor como el consumidor final, que con absoluta seguridad pueden ser los potenciales compradores que hay en Europa y Norte América.
Así Oruro, ahora como región autónoma, podrá alcanzar el mayor beneficio por ser la principal zona productora de camélidos, puesto que se estima que en Bolivia hay una reserva de tres millones de camélidos, entre llamas y alpacas, sin tomar en cuenta a las vicuñas que se están repoblando para evitar su extinción. El precio del ejemplar de llama en pie, para la venta a los “productores” chilenos varía entre 30 y como un máximo de 50 dólares cuando ellos vienen del otro lado de la frontera, para llevar el ganado a centros de engorde y mejoramiento, donde luego de una crianza adecuada de algunos meses los mismos ejemplares son exportados a un precio mínimo de 1.000 dólares por cabeza en pie, lo que representaría en un simple cálculo aritmético una reserva potencial de tres mil millones de dólares para nuestro país.
Los proyectos tienen que ser ambiciosos si queremos generar ingresos para la región que tiene una gran responsabilidad de administrar y potenciar el desarrollo regional, en base a la variedad productiva del aprovechamiento de nuestros recursos, tomando en cuenta que en el caso de las llamas, la crianza de esta raza camélida se complementa con el cultivo de la quinua, inclusive teniendo tierras de descanso, puesto que la llama no erosiona los suelos.
Avanzar con firmeza en la producción de camélidos a partir del aprovechamiento de su carne, hasta llegar al corte clasificado, la industrialización de su pelaje y su cuero de sus tres variedades, es algo que no se puede quedar en la simple declaratoria de una ley que reconoce a los camélidos como nuestros o declara capital al pueblo donde está concentrada la mayor reserva animal. Entonces urge adoptar una posición y estar seguros que la existencia de esta producción ganadera y la agrícola con la quinua real, considerado del “grano de oro” en Europa, debe ser coordinada para obtener reales beneficios, lejos de líricos anuncios y posibilidades que hace tiempo ya fueron tomadas en cuenta y ahora deben ser ejecutadas.
El Gobierno Autónomo Departamental desde la Gobernación y la Secretaria General presentaron un ambicioso plan para la producción y mejoramiento genético del ganado camélido, lo que supone que existe una decisión pero falta el impulso que bien podría ser gestionado por el viceministro Víctor Hugo Vásquez para no quedarnos sólo a producir pelotas, cuando hay otras cosas más importantes, aunque el fútbol sea el deporte favorito de su primo el presidente Evo Morales.
Para darnos ese gustito debemos pensar en grandes y las cadenas productivas son la única solución al problema económico regional, después de la minería y también a la diversificación de la producción y generación de empleo. Ojalá cambie de opinión y tenga un criterio más visionario y emprendedor el viceministro proponente de la fabricación de pelotas con cuero de camélidos, así podremos dar aplicación a las mil y una forma de uso y aprovechamiento del cuero de llama.
(*) Periodista
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