“Coquito” y sus “picadas” ganadores por su ojo artístico - periodístico

¿Fotos en alta resolución?, cámbiate a Premium...

Conocido por los lectores de LA PATRIA, bajo el seudónimo de “Coquito”, Jorge Gutiérrez Torrico, es el hombre que por más de 17 años le pone humor a la página editorial, describiendo con creatividad y picardía a través del dibujo la realidad local, nacional y en algunos casos internacional, creaciones que le valieron para ser galardonado con el Premio Nacional de Caricatura 2010 que forma parte de los mejores trabajos periodísticos premiados anualmente por la Asociación de Periodistas de La Paz (APLP).

“Coquito” tiene 35 años de trabajo como funcionario administrativo en filas de la Policía Nacional, institución en la que por algún tiempo tuvo a su cargo la elaboración de identikits de supuestos delincuentes, labor muy distante de la gracia de sus dibujos para robar sonrisas.

En la narración de su faceta como caricaturista asegura que su familia, Marcela López, su esposa; junto a sus hijos Jorge y Marcelo; son quienes le brindan el mayor respaldo para seguir adelante.

Su vocación por el dibujo, cuando era estudiante de secundaria, por la rigidez de sus profesores, fue confundida con la indisciplina, habiendo quedado muchas de sus creaciones decomisadas por sus “profes” que constantemente lo amenazaban con llevarlo a la dirección y convocar a sus padres para presentar la prueba en contra del alumno indisciplinado.

“Yo no me descuidaba de mis notas, pero así me perjudicaban. Eso ahora ya suena a anécdota, pero dolía” cuenta el bonachón “Coquito” entre risas.

DESQUITE EN DIBUJO

Una de las mayores anécdotas de su vida, se produjo en su época estudiantil, cuando al momento de tramitar su título de bachiller, se enteró que cuando cursaba el primer curso de secundaria en el Colegio “San Francisco” de La Paz tenía nota de aplazo en la materia de dibujo, y desde ese momento vivió un “vía crucis”, porque no le resultaría nada grato repetir el curso, nada más que el primero, cuando aspiraba contar con el documento que lo acreditaba como bachiller. “Se me derrumbó el techo sobre mi cabeza”, expresa.

Evocando sus años mozos, se describe como un joven de timidez extrema, y como si la nota de aplazo, paradójicamente en la materia de dibujo fuese poco, tras muchas gestiones ante instituciones educativas consiguió se le tome un examen de desquite, y lo que fue peor se le programó la prueba en un colegio religioso y de sólo señoritas, donde tuvo que enfrentar a un “ejército de chicas” para rendir el examen.

“Realmente fue un trauma, no sabía si ingresar o no, la directora una monjita. Hablo con ella y me manda donde otra monjita, era la profe de artes plásticas. Tantas chicas y por mi timidez, realmente era grave, lo peor, me hizo sentar de frente a todas las señoritas, ahí se me borró todo. La monjita me pide hacer un dibujo libre, la inspiración se me borró, sólo atiné a sacar un billete de un boliviano, donde había la imagen de un campesino con su pututu, eso dibujé”, cuenta.

Superada la prueba para vencer la materia, pero siempre con timidez, el joven sosteniendo en las manos un sobre cerrado, se dirigió a la dirección del establecimiento. Allí se encontró con “una cara agria”, la secretaria, cuyo rostro no le daba muchas esperanzas al dibujante reprobado.

“Esa cara malita, me dio miedo, yo decía tendré que repetir el curso, pero luego me alegré saqué un 7 (máxima nota). No puedo negar que ese fue uno de mis mayores traumas por el dibujo, después fue todo alegría”, dice Coquito.

ROBARSE EL

ESPECTÁCULO

El funcionario policial, Jorge Gutiérrez, cada 24 de junio tenía una forma peculiar de rendir homenaje a la institución “verde olivo”; pues mientras sus camaradas participaban del acto principal en el patio del Comando Departamental de Policía o la plaza 10 de Febrero, él organizaba una exposición en el salón “Ildefonso Murguía” de la por entonces Prefectura del Departamento, con las caricaturas de coroneles, mayores, capitanes, sargentos y otros uniformados.

Los policías pasado el acto formal, ingresaban al salón prefectural para compartir el vino de honor que ofrecía el prefecto de turno. Los uniformados reconocían sus peculiares retratos y minutos después la prensa desplazaba toda la atención en torno a “Coquito” y sus creaciones. “Yo me sentía incómodo, me daba la impresión que les robaba el espectáculo”, dijo.

Querido en la entidad policial, es descrito por sus compañeros como un hombre alegre y con la chispa para crear acertadas caricaturas. “No me gusta que mis compañeros trabajen enojados, soy bonachón, y me gusta alegrar a la gente”, dice él como retribución a los comentarios favorable respeto a su personalidad.

SU HIJO, UN

IMPULSO

Reconociendo el valor de la creatividad de su padre, su hijo también llamado Jorge, es el principal impulsor para motivar a “Coquito” a presentarse a los concursos de diverso orden en la especialidad de caricatura.

“Mi hijo también dibuja, incluso me da envidia la calidad de sus trabajos. Pero él no se anima a publicar o exponer”, comenta.

COMO BATMAN

Y ROBIN

A pesar que el Premio Nacional a los mejores trabajos periodísticos en la categoría caricatura 2010, otorgado por la Asociación de Periodistas de La Paz, se constituye el mayor logro en su carrera artística que de alguna manera está combinada con el periodismo, “Coquito” asegura que su dicha hubiera sido mayor si el galardón lo recibía junto al director de LA PATRIA, Don Enrique Miralles Bonnecarrere, fallecido el año 2006.

“Con Don Enrique éramos como Batman y Robin, es decir un dúo maravilla. Cuánto me hubiese gustado que nos premien juntos. Qué lindo hubiera sido, nuestro trabajo era coordinado. Mi inspiración gráfica se combinaba perfectamente con los versos que él escribía, por entonces en el espacio conocido como Apuntes, por eso este premio se lo dedico a él a Don Enrique”, confiesa.

“Coquito” desde 1993 hacía una dupla perfecta con nuestro director, Don Enrique Miralles quien luego de redactar los versos para acompañar las creaciones del caricaturista decía: “Que les parece éste verso, creado por un viejo perverso”, paseando por la Sala de Redacción para hacer gala de su fino humor.

Tras el fallecimiento de Don Enrique, “Coquito” pensó que hasta ahí llegaba su participación en LA PATRIA, sin embargo la familia Miralles le pidió continuar, pero ya no dentro el espacio “Apuntes”, sino como “Picadas”.

LUCHA POR LA

LIBERTAD DE

EXPRESIÓN

Al igual que los periodistas, Jorge Gutiérrez, considera que la recientemente promulgada Ley Contra el Racismo y toda forma de Discriminación”, en sus artículos 16 y 23, afectó su trabajo, pero no le cortó la inspiración para seguir robando la sonrisa de los lectores.

Dice que si bien antes a la promulgación de la norma legal tenía mayor libertad para expresar sus ideas, no lo hacía con mala intención. Pero ahora no puede actuar con amplitud. “Me pueden acusar de racista”, lamenta.

PREMIOS

Entre otros premios “Coquito” es ganador del “Premio Nacional a la Sobriedad 2007” promovido por la Asociación Pionera de la Abstinencia Total en Bolivia”. Su defensa por la libertad de expresión el 2009 lo hizo acreedor a otro premio otorgado por la Fundación para el Periodismo, la APLP, el Goethe Institute y las embajadas de la República Federal de Alemania y Francia.

Gestiones anteriores fue ganador de otro premio a convocatoria del semanario “Aquí”.

Fuente: LA PATRIA