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Domingo 12 de diciembre de 2010

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Revista Dominical

Augusto Dávila Sanabria

Del niño canillita al Premio Nacional de Periodismo

12 dic 2010

Fuente: LA PATRIA

“El periodista ha sido el ciudadano más perseguido, vejado e incomprendido por sus propios compatriotas” (A.D.S.) • Por: Dehymar J. Antezana A. - Periodista

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“Cuando estaba de unos seis años en plena época de la Guerra del Chaco. Visitó la casa de mis abuelos el padre Javier Tumiri en Macha (Potosí). Él era por entonces director del diario “Alas”, un diario famoso de Potosí. Llegó con unos ejemplares a Macha, medio en broma me acarició la cabeza, tomó unos cinco ejemplares y me puso bajo el brazo y me dijo vas a vender el periódico, tú vas a ser periodista. Empecé como canillita, vendí uno o dos periódicos a la gente que estaba a nuestro alrededor, más en broma que en serio me compraban el periódico”.

Así contaba el premio Nacional de Periodismo 2010, Augusto Dávila Sanabria, el inicio de su carrera como periodista, sentado cómodamente en el sofá de su sala y en medio de bromas y buenos recuerdos, que pese a la avanzada edad de 82 años, cada momento de su vida era narrado como si recién hubiese pasado ayer. Asumió el periodismo, en principio, como una afición, luego se convirtió en su pasión, considerado por él que en el fondo era algo de predestinación.

Esas palabras del padre Tumiri, quedaron grabadas en el corazón de don Augusto y fueron archivadas hasta su reencuentro con él, que fue años después cuando el ilustre periodista, estaba estudiando aún en el Colegio Bolívar de la ciudad de Oruro.

El padre Tumiri, en ese entonces era parlamentario por Oruro, visitó la casa de don Augusto: “Yo estaba jovenzuelo, se acordó de ese episodio de infancia”.

“Qué dices periodista – yo le dije no soy periodista – entonces que has hecho en todo este tiempo, desde que vendías Alas. – Nada pues, estudiando Padre – Vamos a ir desde mañana al periódico “La Mañana” (era uno de los tres periódicos más importantes que existía en Oruro por 1940)”.

Tras su visita al periódico “La Mañana” que tenía sus talleres en la calle Potosí y Montesinos, don Augusto se quedó a trabajar previo diálogo de Tumiri con el director, David Ríos Reynaga, uno de los periodistas notables de esa época.

“No sé de qué hablaron, la cuestión que me dicen: “Mañana en la noche tienes que venir a trabajar”, tenía 14 ó 15 años. Después de canillita (cuando era niño) trabajé como corrector de pruebas, ahí fue donde conocí a un señor Mendizábal que era un corrector de pruebas, un maestro, un sabio en lo que se refiere al manejo del castellano, él fue enseñándome modismos, palabras, luego él fue a dar al diario “Noticias”, donde llegué más tarde. Después fue a LA PATRIA, allí Abraham Portillo lo bautizó como kakarachi (pajarito vivaz que está en constante movimiento), porque era una persona bajita, delgada y de un físico esmirriado y ya de alguna edad. Desde esa vez a todos los correctores les llamaban “kakarachis”, recordó.

Su presencia fue por algunos meses en “La Mañana”, allí todavía se movía la prensa de imprimir a pura tracción humana. Había un originario robusto que era quien movía la rueda de la impresora.

“De ahí me fui, casi por casualidad al diario “Noticias”, me encontré con un amigo (k’olito Ortiz) y ya tenía el deseo de tener algunos billetitos. Le dije que estaba buscando trabajo y me respondió: Yo estaba trabajando en Noticias con nuestro profesor de Literatura, don Luis Gutiérrez Monje, porqué no vas a lo mejor todavía hay ese trabajo”.

“Sobre la marcha fui a buscarlo y le dije a don Lucho que quería trabajar, entonces me dijo que vuelva al día siguiente. Me pusieron como secretario, simplemente atención de la oficina y nada más. Estuve un tiempo con una actividad un poco burocrática, cumpliendo las funciones de secretario y un día de esos faltó el redactor, había un solo redactor que era el señor Arturo Perales, era un periodista que llenaba páginas y páginas de material, era profesor y un día de esos faltó.

Había que llenar el periódico de alguna manera y en mí, no me confiaban como redactor, yo vi por ahí alguna información de un campesino que murió al estar viajando de Oruro hasta su población, y hasta ahora me acuerdo en el título que le puse”.

“Por no perder su maleta, perdió la vida”, la cuestión que el campesino viajaba en el camión y se le cayó la maleta, él se tiró del camión en marcha para recuperar su maleta, con tan mala suerte que cayó de cabeza y murió instantáneamente.

En la redacción dijo don Lucho:

– ¡Quién ha hecho este título!

Entonces le dije

– Don Lucho, yo he hecho

A lo que respondió:

– En serio, no me mientes, entonces desde mañana eres redactor.

Desde ahí me quedé a colaborar con el señor Perales a hacer ese trabajo.

Luego por casualidad pasé a la página deportiva, Luis Lazzo era el redactor deportivo y por alguna razón falló y no había redactor, yo era aficionado al fútbol, entonces le dije a don Lucho:

– Yo puedo hacer deportes

A lo que dijo:

– ¿Seguro sabes hacer deportes, sabes la terminología?

– Don Lucho yo voy a jugar fútbol, todos los domingos voy a ver el fútbol y me lo corrige usted.

Don Luis Lazzo fue fundador de la primera publicación deportiva diaria de Oruro, me dice:

– Anda este domingo al fútbol y haces la crónica

El lunes voy al periódico y me dice:

– Bien, perfecto, estás queriendo quitarle el puesto a don Lucho Lazzo, te quedas como redactor general y redactor deportivo – entonces asumí otra especialidad del periodismo por bastante tiempo en el diario Noticias.

En 1944, don Augusto ya trabajaba de planta y un año después don Enrique Miralles y Cristóbal Molina a quienes no los conocía aún, compraron el matutino LA PATRIA.

Luego tuvo la oportunidad de conversar con don Enrique Miralles, y junto a él fueron gestores de revivir la Asociación de Periodistas de Oruro, tenía en ese entonces 18 a 20 años don Augusto.

“Unos días nos reuníamos en la redacción de “Noticias” y otros días en la redacción de “LA PATRIA”, hasta que hicimos revivir la Asociación de Periodistas que por muchas razones había dejado de ser una entidad activa, sobre todo en la época de la Guerra del Chaco”.

Don Augusto contó que en esa época conoció a grandes periodistas como don León M. Loza, Luis Antezana (cucufate) quien era columnista y un sabio en el manejo del idioma, “él me daba clases en el banco de la Plaza sobre el buen manejo del idioma”, don Eloy Cabezas Villa y otros.

Su propósito dio resultados y lograron reunirlos, ellos eran periodistas un poco especiales, más eran columnistas, escribían artículos. Simultáneamente don Augusto conoce y trabaja junto a don Luis Mendizábal Santa Cruz, figura de la poesía orureña, persona calificada como “muy interesante”.

“Nunca lo he visto sano, pero tampoco borracho, siempre andaba un poco “punteadito” como decimos, él iba por la mañana a la redacción de “Noticias” y me decía que le acompañe. Ya sabía a dónde le iba a acompañar, ¿a dónde?, al Huari.

Allí, él tomaba dos coctelitos preparados con mucha maestría, antes, era todo un rito preparar el cóctel. Él se servía dos vasos y yo me servía dos salteñas. Me gustaba verlo cómo saboreaba el coctelito. Seguramente era una bebida muy agradable, con seguridad.

Cuando ya teníamos más años y nos íbamos a servir nuestros traguitos, decíamos que nuestros viejos amigos periodistas tenían razón porque saboreaban el trago y uno se antojaba viéndolos. Y ahora tomando el chuflay, echó a perder la bebida de por vida, por una mezcla de trago con gaseosa.

Entonces, llegué a trabajar con don Luis Mendizábal Santa Cruz, él me dedicó un poema, tras unas visitas que hicimos al Huari, allí se me perdió mi piloto. Piloto decíamos a una especie de abrigo livianito que usábamos muy parecido a la gabardina, pero era blanco, era lo máximo de la elegancia, especialmente para los jóvenes. Todo un sueldo nos costaba.

Se perdió cuando fuimos y no lo encontré y seguramente él vio toda mi aflicción, mi cara de tristeza y escribió el “Piloto blanco”, lastimosamente no pude tener ni la copia del poema. Luego dije no importa si pierdo otro piloto”.

GENERACIÓN

La generación de periodistas del Premio Nacional de Periodismo, emergió en una época casi de transición del periodismo antiguo desde 1924 más o menos hasta la década del 50.

Ese periodismo tenía una característica de tipo señorial, escrito en un castellano puro y con gente de mucha valía como don Porfirio Díaz Machicado, Rodolfo Salamanca, gente que después fue conductor del periodismo nacional en La Paz, Cochabamba, todos ellos se reunían en la redacción de LA PATRIA, especialmente por la noche y se iban todas las noches al bar “Los tres osos” que estaba en la calle Murguía, donde acostumbraban a beber el té con té y el carajillo, que era una bebida más liviana que el cóctel.

Eran reuniones de alto nivel intelectual, cenáculos en realidad y todos elegantemente vestidos, como que así asistían al periódico y no iban a trabajar permanentemente, ya que su labor era más de opinión, eran columnistas. Iban impecablemente vestidos.

“Nosotros llegamos después de ellos, cuando se estaba perdiendo todo ello que era maravilloso, lo señorial, llegamos un poco hualaychos, era una época de transición.

La bohemia se quedó todavía, pudimos heredar esa su bohemia, pero lo nuestro era más liberal, nos quedábamos a jugar cacho todas las noches en los boliches que estaban cerca de LA PATRIA después de trabajar, sin plata y pagábamos con reloj o con anillo, que no se salvaban para financiar los traguitos.

Las reuniones eran de temas de más actualidad entre ellos, los salarios, la actividad que desarrollábamos, éramos de los periodistas callejeros, buena parte de nuestro trabajo cumplíamos en las calles, oficinas públicas, recogiendo información.

Ya habíamos estado formando otro tipo de periodismo, ya no tan culto como de nuestros antecesores, un periodismo más aproximado a los deseos de información que tenía la población, pero seguíamos con nuestras reuniones que eran más de alcohol que de otra cosa.

Intercambiamos opiniones y siempre estábamos vestidos con traje negro y corbata. Alguna vez la gente nos decía que estábamos de fiesta, pero era nuestro traje común”.

SINDICATO

Ya en la década del 60, los periodistas de Oruro tenían contacto con sus similares de La Paz, “estaba Mario Marañón Zárate, había otro que no recuerdo el apellido, pero le decíamos “huelga maestre”, porque inició una, dos o tres huelgas pidiendo mejoras salariales en La Paz”.

El intercambio de ideas y pensamientos en las reuniones que eran financiadas por cuenta propia, llevó a don Augusto un par de años después, a fundar el Sindicato de Trabajadores de la Prensa de Oruro en 1962, pero como en esa época aún no había una conciencia sindical, no tuvo muchas repercusiones, hasta un año después, ya que producto de la necesidad de participar de un primer Congreso Nacional de la Prensa, se refunda el STPO en marzo de 1963.

Uno de los primeros temas que se comenzaron a analizar fue el salarial y mejores condiciones económicas para todos los periodistas, es así que hacen su visita a los dueños de los medios de comunicación para lograr con ese objetivo. Sin embargo, un año después, en 1964 don Augusto que era jefe de redacción, es despedido por esa petición de LA PATRIA, por don Cristóbal Molina, quien era el administrador. Días después se arrepentiría de su acción, sin embargo, sería tarde porque don Augusto toma la decisión de no regresar y por el contrario alquila “La Prensa”.

Pese a ese impasse laboral, las relaciones con LA PATRIA nunca fueron malas hasta nuestros días, “LA PATRIA para mí ha sido mi hogar y lo es ahora”.

El deporte y su pasión por el fútbol, lo llevó a fundar el Círculo de Periodistas Deportivos de Oruro, encargado por varios años de la página deportiva en “Noticias” y “LA PATRIA”.

CARNAVAL

El Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad fue otra de sus pasiones y escribió centenares de notas periodísticas al respecto, cuando era corresponsal en Oruro para el periódico Presencia.

Fue uno de los artífices para que en ese diario se elaboren las primeras revistas o separatas del Carnaval de Oruro.

“Hemos hecho las mejores coberturas del Carnaval de Oruro en el diario Presencia, es el diario donde sacamos los primeros suplementos dedicados al Carnaval de Oruro, y también hice el penúltimo número de su separata de Carnaval, cuando ya no trabajaba en Presencia.

Tengo un recuerdo de cuando vino la Dirección y Gerencia de Presencia, cuando se hizo un acto y tenía que jubilarme. Luego salió un artículo escrito por doña “Anamar” (Ana María Romero de Campero) que decía que yo no tenía necesidad de ver el Carnaval para escribir lo que sucedía.

Era en cierto modo evidente y verídico, como no teníamos el telégrafo o ningún otro medio para mandar nuestra información del Sábado de Peregrinación que decíamos, entonces había que recurrir a ciertos artilugios. El fotógrafo, “negrito” Torrico venía, sacaba fotografías hasta las 17:00 ó 18:00 horas y luego se iba a La Paz, pero la nota no se podía mandar porque se desarrollaba lo mejor del Carnaval a esa hora.

Entonces yo mandaba día antes, la nota hecha sobre lo que había sido el Carnaval de Oruro. ¿Y cómo podía hacerlo? Nunca faltaba en absoluto a ninguno de los ensayos del Carnaval, a ninguno de los convites, estaba en contacto directo con los que manejaban las cosas del Carnaval, estaba con los dirigentes de los conjuntos folklóricos que me contaban qué tipo de disfraz o qué tipos de pasos estaban innovando, con qué bandas iban a ingresar, entonces, podía escribir sobre todo ello.

El rol de conjuntos salía con anterioridad y podía escribir sobre el Carnaval sin falsear. Era como que nunca, nadie se dio cuenta que había algún desliz, era justo, justo, ajustado a lo que había sido la Peregrinación del Sábado.

De las autoridades sabíamos quiénes iban a llegar para nombrarlos y especificarlos, además en La Paz ya sabían si el Presidente iba a venir a encabezar la entrada, entonces, yo le ponía el Presidente estaba encabezando la entrada; pero si por algún motivo no llegaba, en La Paz suprimían esa parte.

ANÉCDOTAS

Una de las anécdotas que más recuerda, fue cuando era director del diario “Noticias”. En ese tiempo, por un accidente un campeón de automovilismo atropelló a un ciudadano en proximidades de Caracollo, matándolo por el golpe. Como se conocía el rumor y para identificar a la víctima, se prestaron una bicicleta y la instrucción era recorrer toda la ciudad de Oruro, para dar con el lugar del velorio de la víctima.

Tras un incesante peregrinar se dio con el lugar del velorio y se pudieron extractar todos los datos del fallecido incluyendo testimonios de la familia.

En otra oportunidad, cuando era corresponsal de Presencia, fueron designados para cubrir la llegada de los marcianos, que supuestamente habían aterrizado en el distrito minero de Siglo XX.

“Cuando cubrí el aterrizaje de los marcianos, fui en taxi contratado por el periódico y acompañado del fotógrafo. Hice entrevistas con los habitantes y todos juraron ver a los marcianos. Indicaron que uno de ellos se peleó con uno de los gallos del corral y el marciano murió, solo que nunca constatamos la evidencia.

Cuando llegamos a Llallagua, casualmente estaba el The Strongest que tenía que jugar un partido de fútbol, aprovechamos para hacer esa cobertura, cuando la gente se aproxima y dice que los marcianos que querían hacer declaraciones, pero no lo iban a hacer ante los “stronguistas” porque querían hablar con personas de más alto rango, entonces digo en señal de broma: “Querrán hablar entonces con los del Bolívar”, por lo que en ese instante los jugadores se molestaron”.

PREMIO

Don Augusto nació con el don para hacer periodismo, hecho que se reflejó por la dedicación que le puso a su trabajo, a lo largo de su vida.

“He sentido pasión, devoción, ha sido lo mejor que me ha pasado en la vida (hablando del periodismo). Si volvería a nacer, elegiría nuevamente ser periodista. Es la oportunidad que uno tiene de servir honestamente a la población”.

El fruto a todo ese sacrificio de trabajo hizo que el sábado 4 de diciembre, el jurado de la Asociación de Periodistas de La Paz (APLP) que convocó al Premio Nacional de Periodismo 2010, determinó que este galardón sea para el periodista emérito, Augusto Dávila Sanabria, postulado por el matutino LA PATRIA, con el apoyo de varias instituciones locales.

“Para cualquier periodista este premio, es la culminación de la dedicación de toda una vida. Ha sido cumplir con el periodismo en forma leal y responsable, máximo galardón que uno tiene y también es fruto de la divina providencia y del apoyo de los colegas de Oruro”.

PERIODISMO

Finalmente, para don Augusto, la situación del periodista no cambiará jamás, ese hecho es reflejado en la tesis que escribió para conseguir la licenciatura de la Facultad de Derecho Ciencias Políticas y Sociales. Un texto de 1952 que refleja el tema de la Libertad de Expresión.

“Nada ha cambiado, los periodistas siguen siendo la piedra en el zapato de los gobernantes. Tenemos la Ley de Imprenta que no debe ser modificada porque no ha perdido actualidad, los cimientos de nuestro trabajo están ahí”.

Por ello, extractamos tan solo un par de párrafos que están en una de las 322 páginas de su tesis, aspecto que refleja la situación de los periodistas de antes, lo que sucede ahora y seguirá pasando mañana:

“El periodista ha sido el ciudadano más perseguido, vejado e incomprendido por sus propios compatriotas. Uno de estos escribió descorazonado su queja en 1848: “¡Pobre Periodista! Si ataca los abusos de los mandatarios y pide garantías para el débil, entonces cae sobre él todo el peso de la desconfianza y los que le impulsaron, en vez de darle ayuda, lo ven riendo hundido en una cárcel, buscando un escondite o mendigando el pan del extranjero.

Pero, si elogia imparcialmente un acto de injusticia, entonces es el menguado palaciego que se vende aún cuando su pureza afrentosa haya sido proverbial. ¿Qué hará en tan duro el cuitado?”.

Fuente: LA PATRIA
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